El viernes tuve una experiencia que hasta el momento desconocía: me reuní con el Club de Lectura de la Biblioteca Publica de Orihuela, que había estado leyendo mi novela "El Emboscado".
Resultó una reunión amena, cálida, me lo pasé muy bien, la verdad.
Jamás había estado en un grupo así, reducido, sentados en corro, dialogando distendidamente sobre mil aspectos diferentes de esa novela y, al final, de otras novelas mías que alguno de ellos conocía.
Estoy acostumbrada a dar conferencias, a hablar de mis obras y que nadie se atreva a hacer ninguna pregunta. Sentada en la gran mesa, con el micrófono delante, veo al público desde lejos y ellos a mí, ni lo sé, seguramente me ven como alguien ajeno, al que no cabe preguntarle nada. Y yo estoy deseando que me hagan preguntas, que me digan los lectores qué detalle les agrada o les inquieta, o tal vez cuál no les ha quedado claro.
Las preguntas hacen que surjan temas que habían quedado en el tintero. Así fue en esta ocasion.
En fin, que estuvo muy bien. Y yo quería dar testimonio de ello.