jueves, 26 de junio de 2014

La vida y el mar


Yo comparo la vida con el mar. Mientras existimos estamos como inmersos en aguas marinas en las que el oleaje es a veces suave, soportable, y otras es fuerte, nos azota y nos derriba.
En otras ocasiones el mar de la vida está en calma, como una balsa de aceite. Nos dejamos mecer por él, flotando en su superficie amable.  El sol brilla y nos calienta, nos alegra con su luz que aviva los colores...Entonces nos sentimos en paz con todo, contentos de vivir.
 Hasta que salta de nuevo la brisa. Es cuando ésta se convierte en galerna y las olas levantan sus empenachadas crestas de espuma cuando nuestros brazos se elevan pidiendo socorro. 
Pero hay que soportar, aguantar, luchar...
Vivir bien la vida consiste en no perder nunca la esperanza de que los días de calma retornen.