sábado, 31 de octubre de 2009

Una tarde en Murcia: a la firma de Alvaro Peña y a conocer en persona a CABOPÁ

Lo siento, pero tengo que empezar presumiendo de la dedicatoria que me hizo Álvaro Peña, es que no me digáis que no es para emocionarse. Y si hubiérais visto con qué agilidad la dibujó...es algo extraordinario.

Aquí está Álvaro en plena acción.

Para llegar a la Feria del Libro desde la Estación, tuve que recorrer un buen trecho.

Os invito a acompañarme en algunos pasos por Murcia.


Al llegar al jardín de FLORIDABLANCA me encontré con esta imagen de un nazareno portaestante murciano. Con su buche típico lleno de caramelos, habas, monas con huevo y de todo para repartir.

Al pasar por el puente de los Peligros me acordé de la jota murciana:

La Virgen de los Peligros

que está encimica del puente,

sabe que yo te camelo

con fatiguicas de muerte.

En el río Segura doña Sardina se bañaba tan tranquila, puesto que aún faltan meses para que la quemen.


Sobre la baranda del puente las flores perfumaban el ambiente

Mientras cruzaba el puente contemplaba la torre de la catedral, que a esa hora de la tarde aparecía dorada por el sol de la tarde de otoño. Hacía un calor terrible, que me hizo sudar la gota gorda. Este es el otoño murciano, visto al pasar por la Glorieta.

Y la plaza Cardenal Belluga, con el imafronte de la catedral ya a media luz, coronada por el último beso del sol.

Entré a la Catedral, qué bonita es. Me detuve ante el arca que contiene el corazón de Alfonso X el Sabio, que amaba a Murcia. Y fui a ver el rincón escondido en donde se halla este pequeñísimo cuadro medieval de las Ánimas del Purgatorio. Siempre me llamó la atención, y creo que muchos murcianos no saben que existe, ya digo que está en un rinconcito en el que pocos reparan.
*************
Por fín recorrí Trapería, la Plaza de santo Domingo con su arco, su ficus gigantesco y sus terrazas repletas, y llegué a Alfonso X.

***************
Inmediatamente vi a Álvaro que ya estaba allí y estuvimos charlando un poco hasta que llegó el momento de comenzar la firma. Yo tuve el honor de ser la primera de la fila. El fotógrafo de la Feria captó el momento.
************

Me fui a pasear por el resto de caseta y...CABOPÁ apareció frente a mí. Fue ella la que me habló, porque yo no le había visto jamás la cara y no la hubiese reconocido, claro.

Fue muy emocionante. Inmediatamente ambas nos sentimos como amigas de toda la vida. Estuvimos en una terraza, invitó ella, y pasamos una rato estupendo.

Aquí está Cabopá mientras Álvaro le firma sus ejemplares.

Aquí estamos las dos conversando con Álvaro.


Aquí estoy sacándole una foto a cabopá, ella estaba enfrente sacándome una foto a mí, fue muy divertido.

Otro día contaré más, pero espero a ver qué cuentan Álvaro, Cabopá, Illán Vivas...

jueves, 29 de octubre de 2009

Antonio Verdú Asís, Álvaro Peña. Presumiendo de amigos hechos a través del blog.

Antonio Verdú Asís es un pintor genial, pero tambiés es un hombre que se caracteriza por poseer en grado superlativo la rara virtud de la humildad. En consecuencia, el responderá a vuestros comentarios admirativos que no los merece, que sus cuadros no son para tanto y otras cosas parecidas, estoy segura de ello. Si yo no lo conociera personalmente, podría llegar a creer que está fingiendo una modestia falsa de todo punto, pero da la casualidad de que puedo presumir de conocerlo -gracias a este mundo del blog- y puedo asefurar que Antonio es tan modesto como geniales son sus cuadros, y eso es decir MUCHO, con letras mayúsculas.

Claro, no puedo sino presumir de amigo, y mostrar las fotos que atestiguan que sí es verdad que tengo el honor de contar con su amistad.



VISITAD su blog
RINCÓN DE ANTONIO,
y veréis canela fina. Pero os adviero, que ninguna foto hace justicia a sus obras, ver sus cuadros al natural asombra por la perfección técnica y artística que derrochan.



En la foto estoy con Antonio en una exposición suya.




Otro amigo es Álvaro Peña, pintor, humorista, dibujante...



Este viernes 30 a las 6.30 h de la tarde estará en la Feria del Libro de Murcia, firmando ejemplares.

Habrá que ir ¿no os parece?




Como Álvaro es genial, pues no me queda más remedio que presumir también de su amistad, hecha también por medio del blog.





Visitad su blog PAPARRUCHAS y veréis qué maravillas dibuja, crea y

publica.

En la foto en la misma exposición con Antonio y con Álvaro Peña.



Y otra foto.


Yo los conocía a ambos del blog. Los conocí en persona en una presentación de una novela mía. Por cierto, que a Álvaro le jugué una pasada sin querer, lo dejé para el último a la hora de firmar ejemplares, cuando resulta que el pobre se había "escapado" para lo de mi libro y no tenía tiempo. Ha quedado como anécdota.



Y en otra exposición de Antonio, esta vez en Santomera. Detrás, uno de sus cuadros que más me gusta. Al natural despide luz, es la subida al castillo de Mula.

Vuelvo a insistir, sus cuadros parece que tuvieran detrás una luz que los atraviesa y llega al espectador, tanta es la certera forma de trasponer la luz del sol que despliega Antonio Verdú. Es un pintor de la luz, ya lo he dicho en otras ocasiones, pero me reitero en tal afirmación.

martes, 27 de octubre de 2009

Perpetrando poemas narrativos y dialogados en pugna de ingenios repentizadores

Poema en métrica de romance castellano compuesto y repentizado a medias con Cayetano, es decir, que somos coautores de este poema dialogado que comienza parodiado una famosísima Oriental de Zorrilla y luego se extravía por vericuetos abstrusos.


Durante un par de días anduvimos añadiendo versos y llego un punto en que decidimos finalizarlo, considerando que el reto había quedado en empate.


Para que sepáis la parte escrita por cada uno, asignaré un color a los versos.


CAYETANO, en azul
ROSA, en idem.


Corriendo van por la Vega
a las puertas de Granada,
hasta doscientas novicias
y el capellán que las manda.
Al pararse en el umbral
de una casa grande y blanca,
le dijo éste a una mujer
que por la puerta asomaba:

-Señora ¿este es un convento?
-No padre, que es una casa
de lenocinio y de vicio
muy justamente afamada.
-Pues, ya ve, me he equivocado
con la calle y con la casa.
¿Qué haré yo con las novicias

y dónde podré alojarlas?
-Por tal cuestión no merece
que sufra su señoría;
tengo lechos para todas,
ésta es la mancebería.
-¿Y a cuánto se paga el lecho?-
preguntóle el capellán.
-Es gratis, pero en justicia
lo tendrían que pagar,
que es casa de lenocinio,
no casa de caridad.
-Por la pela no ha problema-
dijo amable el capellán-
que son chicas hacendosas
y no temen trabajar.
barrerán su sucia casa ,
las ventanas limpiarán,
sacarán brillo a su loza,
su clientela atenderán.
¿Y el que conduce el cortejo...
qué ganancias sacará?
-Pues sacará un diez por ciento,
que yo creo que no está mal
por vigilar el cotarro,
que no pido nada más.
-El cometido es ingrato-
se revolvió el capellán-,
que vigilando a las mozas
pareceré un haragán
de eso que viven del cuento
explotando al personal.
Si es personal femenino,
la sospecha alentará
de que sea un vulgar chulo
controlándole el corral
a una señora que todos
dicen que es una "madame".
-¿Madame yo? ¡Virgen María!
qué cosas he de escuchar -
protestó la mujeruca,
y echó dos pasos atrás.
-¡Váyanse con viento fresco
y no me alboroten más!
Que una "esputa" por catarro,
no por falta a la moral.
-Mostrando su enojo el cura
a la dama interesada,
soñando con otras puertas,
emprendió la retirada.
Y diciendo: ¡Vamos, chicas!
volvió en silencio la espalda.


¿Que os ha parecido?
Es la primera vez que en este blog alguien entra en este especie de reto de repentizar conmigo. La verdad es que Cayetano siguió unos versos y retó a todos a rivalizar con él continuando la historia, pero nadie recogió el guante ¡cobardicas! Entonces me arrojé yo, como inspirada por una musa maldita, espeluznante y zumbona que no podía sino soplarme dislates a mansalva. La musa que se le arrimó a la oreja a Cayetano tampoco parecía muy seria, así es que ambos acordamos cejar en el empeño y firmar la paz considerando el empate como resultado final, porque si seguimos, por el camino que íbamos...jajaja






lunes, 26 de octubre de 2009

Retales de novelas, El EMBOSCADO y BUCEADORES



Un fragmento de mi novela EL EMBOSCADO La novela es de ambiente medieval, se desarrolla en tierras de Valencia y Cataluña.

El fragmento es parte del capítulo sobre la boda del conde Raymond y su prima Yolaine.


La cosa es que con tanta coplilla todos van a creer que eso es lo mío, y lo mío de verdad es la novela, en serio.

(...)


Mi madre queda en silencio. No estima oportuno hacer partícipe al juglar de sus evocaciones sobre aquellos días de su doncellez ilusionada.
Pero a ella acuden las deliciosas imágenes de su pasado y las paladea como paladearía un poco de vino endulzado con miel.
Se ve de nuevo a sí misma recorriendo el camino con su séquito hasta Sant Joan de les Abadesses - que aún se parece tanto a La Provenza- donde había de hospedarse hasta el día de la boda, que se celebraría tres días más tarde en Ripoll. Allí la aguardaba su pariente y prometido al que no veía desde casi once años atrás. Él había preferido ese monasterio fundado por Wifredo el Velloso, que está enterrado allí, para pronunciar los votos matrimoniales y a ella le había

parecido bien.



Una de las damas que la acompañan es catalana. Se trata de doña Núria, que ha recibido a los viajeros –novia y acompañantes- nada más traspasar éstos los Pirineos, por uno de los pasos fronterizos. Doña Núria es dama de respeto, señora de las tierras norteñas, rodeadas de altos picos montañosos y regada por los ríos Ter y Riutort. La dama es dueña de predios en Camprodon y en Setcases y está emparentada, aunque con parentesco lejano, con el novio, que le ha pedido que acuda al encuentro de la comitiva de su prometida, en representación de la familia, ya que él tampoco tiene ya padre ni madre que tal cometido de bienvenida puedan hacer.
La dama acepta y recibe a los viajeros cordialmente. Apenas habla palabra de francés, sino que su lengua es la de la Vieja Cataluña, pero entre lo poco que sabe ella y lo que recuerda la novia de sus tiempos de niñez, cuando jugaba con su primo (el que ahora la espera para desposarla y que no recuerda más que como el niño que fue) las dos logran comunicarse, siquiera precariamente.
Doña Núria quiere agradar y distraer a la joven, porque la encuentra lógicamente preocupada y nerviosa. Y no se le ocurre otra cosa sino contarle una vieja historia sobre el Monasterio de Sant Joan de les Abadesses, acaecida muchos años atrás.
-Dicen, mi señora, que el conde Arnau era entonces el señor feudal de estas tierras. Cruel con sus vasallos, disfrutaba sometiéndolos a un trato brutal, en especial a las doncellas que violentaba sin compasión, valiéndose de su supuesto derecho como conde. Y dicen, señora, que se atrevió a entrar por sorpresa a este santo monasterio una noche, a través de unos túneles, y raptó a la abadesa, para satisfacer su lujuria.
Yolaine se sobrecoge de espanto. Es doncella de natural pusilánime y además ya viene muy alterada, con susto en el alma. Teme la brutalidad más que nada en este mundo y no sabe cómo será el carácter de su conde Raymond. Después del cuento de doña Núria, da en cavilar sobre si el hombre que pronto se convertirá en su marido se parecerá al del conde Arnau de esta historia.
-Cuando don Arnau murió, fue condenado a vagar por estos contornos, envuelto en llamas, montado en un corcel de fuego y flanqueado por infernales perros. Muchos lugareños dicen haberlo visto aparecer vagando por las montañas en las noches de tormenta.
La joven novia no puede disimular el efecto que la narración le ha causado, y su aya doña Loise se apresura a apaciguarla, pues conoce lo impresionable que es. La abraza con afecto y le susurra palabras tranquilizadoras, medio en francés, medio en la lengua del país que pisan por primera vez, porque sabe que tanto la dama como ella misma, deben acostumbrase a esa lengua que es la que habla el novio y porque llegan a esta nueva tierra del sur de los Montes Pirineos, para quedarse el resto de sus vidas.
-Pero tu conde, ma petite, ne sera pas ainsí, sino que como accompli cavaller, será tu paladín y tu siervo d´amour. Te fera très hereuse*.
*(Pero tu conde, pequeña mía, no será así, sino que como un cumplido caballero será tu paladín y tu siervo de amor. Te hará muy feliz).
Yolaine sonríe, porque doña Loise siempre dice la verdad y nunca la engaña. Se deja acunar por los brazos de su dama, y encuentra en este abrazo el ánimo que ha estado a punto de faltarle hace bien poco.
La dama se separa de su petite Yolaine en cuanto la nota calmada. Y va a reconvenir a doña Núria con ásperas palabras para que no vuelva a contarle cosas de miedo a su damita. Y está tan indignada que la llama incluso cabeza loca.
-¡Ne reviennes pas à lui raconter ces choses à la dame, tetê folle!*
*(¡No vengas a contarle esas cosas a la señora, cabeza loca!)
Pero le ha hablado en francés y doña Núria no entiende nada. Así es que se encoge de hombros con una sonrisa.


***************************


Y ahora otro fragmento de BUCEADORES que en esta entrada me toca ponerme seria.


A Lola Ifre no le fallaba casi nunca la voluntad ni el valor, pero lo que sí le estaba fallando últimamente era el neopreno de su traje que no hacía más que rajarse.
“Pobre traje, está lleno de rozaduras. A ver si ahorro para uno nuevo” –pensaba mientras se afanaba en arreglarlo por enésima vez.
De rodillas en el suelo del “hangar de recepción” para los hallazgos arqueológicos de los romanos sito en el puerto pesquero bajo el monte del faro, Lola Ifre se inclinaba sobre su traje de buceo, extendido sobre el que echaba, absorta en su tarea, pegamento especial para neopreno.
Con el tubo amarillo en la mano aplicaba el producto en los dos trozos desunidos y los unía tras unos minutos de espera, volviendo a aplicar una capa adecuada del pegajoso engrudo sobre la cicatriz de caucho sintético.
No advirtió la entrada del desconocido hasta que los pies de éste no invadieron su campo visual.
Levantó algo sorprendida la cabeza. Su rostro, enrojecido por la postura, su rebelde flequillo sobre la frente tersa y el brillo de los ojos castaños, agradaron de inmediato a Daniel Leyva, que se presentó tendiéndole cordialmente la mano.
-Encantada de conocerte, Daniel –dijo Lola estrechando su diestra.
Los restos de pegamento para neopreno hicieron que sus manos se pegaran un poco, lo cual hizo que ambos estallaran en carcajadas.
-Perdona, chico, no me he dado cuenta.
Mientras ambos desprendían los pegotes de sus respectivas manos, Daniel bromeó.
-Es la primera vez en mi vida que una chica me quiere ligar tan drásticamente.
(...)
-¿Te ayudo con el traje? –preguntó él.
-Sí, pero haciendo una colecta para ver si reunimos lo suficiente para que me compre otro.
(...)
Los dos jóvenes arqueólogos-buceadores saltaban de un tema a otro, verdaderamente animados e impacientes por comenzar las inmersiones que habían de planear conjuntamente. Los minutos pasaban sin que ellos percibieran el paso del tiempo. Se encontraban bien juntos. Esa era la verdad.
A la media hora de estar de “palique intenso”, hizo su aparición en el hangar el propio Leandro Galifa acompañado de un hombre joven, en traje de neopreno, caído sobre la cintura la parte superior que mostraba unos pectorales de gimnasta y unos hombros y bíceps igualmente atléticos.
-Ya veo que os habéis conocido. Os presento a los dos a Giacomo Fiorentini. Mi buceador italiano.
-Buon giorno –saludó el aludido-. Ho aspettato il nostro incontro… incantato di conoscervi.
Comprendiendo que se estaba expresando en su idioma, intentó rectificar y esforzarse en hablar en español. Lo que consiguió fue una mezcolanza de idiomas algo peculiar, pero bastante útil para comunicarse.
-Mi dispiace… o… lo siento… voglio tradurre… deseo parlar espagnolo… io esperado nuestro encuentro, por fin oggi ci vediano, hoy nos vemos ¿se dice así?
-Sí, sí –contestó Lola riendo al ver el exceso de expresividad del arqueólogo italiano.
Daniel, sin embargo, no tenía malditas ganas de reírse.
<>.
-Potremmo fissare un appuntamento… tener cita… para tratar la labore de buceo.

-Sí, certo, quiero dire, por supuesto, molto bene, ma so puntuale (Muy bien pero sé puntual) ¿A las seis?
-Lo seremos –dijo con evidente mala uva Daniel Leyva- porque la cita la tenemos los tres, estimado Giacomo.
El gesto del italiano reveló una evidente contrariedad.
-Certo.
-Cierto, sí. Te recuerdo ahora que yo también soy miembro del equipo de buceo.
-Comprendo. Mas io lo había olvidado.
-No importa, yo te lo recordaré las veces que haga falta.
La cara del italiano se puso lívida al percibir el reto patente en la voz del español.
-No será necesario, amigo, tengo molto buona memoria –contestó secamente.
-Ah, pues también debo informarte de que faltan otros dos miembros del equipo.
-¿Sí? –preguntó Giacomo.
-Sí; Paco Gañuelas y Guillermo Tell.
-Ma tú stai de broma… Guillermo Tell…
-Así se llama, de broma nada, para que los entiendas mejor: “niente de niente”.
<>

-Yo me encargo de buscar a Guillermo Tell y a Paco Gañuelas –anunció Daniel.
-Yo hablaré con Facundo Espejo y con Absalón Cobo –dijo a su vez Lola.
-Habrá que decirle a Donato Durán que le de un repaso al motor de la zodiac ¿no?
-Pero de eso te encargas tú Daniel.
-Bueno, pues ya está acordado. Esta tarde nos ponemos de acuerdo en todo lo demás.
-¿Dónde quedamos? –preguntó Lola.
-Dove ci troviamo? A che ora? Fra la cinque e le sei?
-Si no so parece mal nos encontramos en el “Bala Azul”, que por lo menos nos da la brisa del mar, porque aquí nos asfixiamos, que ni ventiladores tenemos –propuso Daniel.
-Eso es verdad, habrá que traer un par de ellos, por lo menos –estuvo de acuerdo Lola.
-Por lo menos. Ah… y una cosa, Giacomo –dijo Daniel que, de repente, volvía a sentir la necesidad de enseñarle los dientes al guaperas extranjero.
-¿Sí?
-Lola y yo, más o menos, te entendemos cuando hablas medio en italiano medio en español, Guillermo Tell, que es un hombre con muchos viajes a sus espaldas, seguramente también te entendería, pero Paco Gañuelas… me da la impresión de que no. Y, verás, tío, para que lo comprendas (que estoy seguro de que lo comprenderás dada tu inteligencia), a Paco Gañuelas no hay que tocarle mucho las narices, porque es un mazarronero zumbón que, como la emprenda contigo, te desjarreta.
-Ma qué cosa e zumbón? e desjareta, desjarieta?
-Pues que se ríe de su sombra y de ti, si sigues hablando en tu jerga italiana de película de Fellini. -Ma io sono italiano.
-Y yo español ¿no te jode? Y me apuesto la paga extra a que sabes hablar español por un tubo.
(...)
Daniel rezongaba de mal humor con el italiano. Tío fantoche. Estoy seguro de que a Leandro Galifa no le habla en italiano. Te he calao, bacalao, tú lo que quieres es hacerte el interesante…

domingo, 25 de octubre de 2009

La consulta de vidente, ripio indecente pero inocente


He puesto una consulta
como vidente,
y hay que ver como pica
toda la gente.
Como yo tengo cara
de inteligente,
se creen tó lo que digo
tan tontamente,
y yo disfruto
tan ricamente
del dinero que gano
tan fácilmente.
Esta tarde ha venido
una pobre pardilla
y la tengo engañada
con tres cerillas.
Le he dicho que predicen
muchas venturas,
siempre que a mi consulta
venga segura
y a mí me pague,
que adivinar es caro,
eso ya se sabe.
Le he echo las cartas
y pá que esté contenta ,
saco una tarta
con plato azul oscuro
y con cuchara
verde esmeralda,
y le aseguro
que el dulce hará dichoso
lo que le auguro,
pero que pague ella
que, si no, el rito
no se aligera
porque no hará su efecto
en las estrellas.
¡Vaya negocio que me he montao!
¡Sin pegar palo al agua estoy forrao!



La imagen es un pisapapeles en piedra pintado por mí. No tiene relación con el poemilla satírico, pero algo tenía que poner ...




viernes, 23 de octubre de 2009

Flores en acrílico, dibujos y poemas de pasada.

Agradecen las flores
las gotas de rocío,
Agradecen las almas
el ser acariciadas.
Suave ha de ser el roce
que conforta,
que quita penas,
aligera
y calma.
Leve ha de ser,
como una gota de rocío,
sabia, acertada
ha de ser la palabra.


Ya estoy recuperada de la garganta y demás. Hoy he vuelto a clase.
Ahora me toca cambiar todas las fechas de exámenes que tenía para estos días.

Quitaremos hierro al asunto con unas frases filosóficas de mi cosecha:

Nadie vive en día de otro, por lo tanto la envidia es una tontería.

Comprender a otro es el primer paso para poder perdonarlo.

El perdón es la senda que conduce a la paz.

El perdón es una de las facetas de un diamante que es la sabiduría.

El sabio jamás es cínico, el prepotente siempre lo es.



Coplillas cómicas ahora, para que nadie se aburra.
Te ha dado una zapateta
porque te he hecho la contraria,
pues te he de poner yo firme
en las cosas necesarias.

***********

No es una simple amenaza:

¡Como te pille, te pico!

Pá que digas más tontunas

¡me tienes harta, tío mico!

**************

Como lingüista te digo

que, desde luego, no es bulo:

búscalo en el diccionario,

la "retambunfa" es el culo.

Esta es mi carpeta de corregir, unas coplillas para amenizarla.

Cuando vienes por la calle

tienes pinta de fragata

con las velas desplegadas

¡y luego eres una pazgüata!

*******

Te das aires de corsario,

te das aires de pirata,

si te digo la verdad,

tú sólo eres una rata.

::::::::

...Y amorosas...

Tienes trazas de fragata

navegando por la mar.

Quién fuera bajel pirata

y te pudiera abordar.


























sábado, 17 de octubre de 2009

Me pongo seria. Me pongo enigmática, epigramática y ática.

La tristeza me vino con la lluvia,
con el gris del horizonte
tan nublado...
Pero en días
de cielo tormentoso,
me devuelven la calma
y el sosiego
este perfume
de árboles mojados.


El envés y el haz de mi moneda

se alternan,
días de sol,
días nublados,
días de honda tristeza
y de alegría,
días de lágrimas
o júbilo exaltado.
Pero yo soy en mí,
yo soy
el mismo ente
ambivalente
a sí mismo enfrentado.

**********************
Y ahora...
epigramática y ática,
y gramática y simbólica,
quizás un poco hiperbólica,
pero espero que simpática.
***********************************
La tinta que estoy gastando

escribiéndote una carta,
yo sé que la desperdicio,
porque tienes una falta,
y es que te domina el vicio
de tirarlas ¡y estoy harta!
**********
Te pintas como un payaso,
¡qué exagerada que vas!
Te pones unos tacones
que un día te vas a matar.
**********
A estas horas de la noche
siempre me entra la modorra,
pero tú estás muy despierta
y haces de las tuyas, zorra.
**********
Te gustan las discotecas
porque tienen poca luz,
así todos notan menos
tu carota de avestruz.
******
Vomitar vomitaría
cuando te veo la cara,
de los bichos que conozco
eres la especie más rara.
::::::::::
No sé por qué nunca quieres
creerte lo que te digo.
No te creas que me preocupa,
la verdad, me importa un higo.
::::::::::
Te pongas como te pongas
me da igual lo que me dices.
Y si te parece mal,
pues, te tocas las narices.
::::::::
Y literarias...

"Corriendo van por la Vega",
que decía el buen Zorrilla,
y tú corres por la calle
en bata y en zapatillas.
:::::::::
Estoy leyendo a Quevedo
y llego a considerar
que era un cachondo de a chavo
o es que staba para atar.

De tiempos de tormenta otoñal y constipados con estornudos monumentales y repetidos. Y además, unas coplillas amorosas, que nunca vienen mal.

¡Qué tormentón y qué rayos!

¡Qué relámpagos, qué horror!

Cae el agua que parece,

se ha abierto un contenedor!

*********

Como ha llovido esta noche,

está muy resbaladizo,

y yo aprovecho las cuestas

y por ellas me deslizo.


A Javier, mi marido, mi compañero, mi amigo, mi todo...

Las mareas con la Luna

se elevan desde la mar,

la libertad que yo tengo

se pliega a tu voluntad.

*********

Si quieres que yo te quiera,

mírame muy despacito,

que tienes unos ojazos,

que de verlos me derrito.
**********
Si te miro bien la cara,

el corazón me enterneces.

te daría el mundo entero,

que tú todo lo mereces.


Ahora...de risa:

Se me tiró un gato loco

y me ha arañado la cara,

como estaba muy rabioso

me ha dejao desfigurada.

**********
Contra los faltos de sal en la mollera:

Tienes un pelo bonito
y tienes un gran tipazo,
pero te falta cabeza
porque eres un tarugazo.

Contra los groseros.

Eres un tío petardo
y no sé cómo no explotas,
porque yo estoy ya que ardo
de verte ¡patán, carota!
*********
Por burro y por soplagaitas
ya te tengo aborrecío,
ya me decían mis amigas:
Menudo asquito de tío.

Contra los inoportunos


Me has encendido la luz
cuando yo estaba durmiendo,
de las cosas que me haces
ya te estoy aborreciendo.

Y las del constipado:

Del constipado que tienes
has pegado un estornudo
que me ha arrancado la ropa
y me ha dejado desnudo.

**********
He pillado un catarrazo
que estoy tó lleno de mocos,
Yo no estaré muy bonico,
pero al menos no estoy loco.
********
Has pagado un estornudo
que me has despeinado el moño,
me he quedado desgreñada
y con los pelos de demonio.





























































































viernes, 16 de octubre de 2009

Fabulilla con moraleje y coplillas incordiantes.



Fabulilla del burro presumido, aplicable a quien es narcisista.


Un borrico se miraba

al espejo y se decía:

-Cada vez estoy más guapo,

mejoro de día en día.

Así, todo es convencerse

y lavarse las ideas,

para la que es presumida

no existe el creerse fea.




Algunas veces la separación de sílabas juega malas pasadas. Esta foto es de Évora, y la composición del rótulo de la calle resulta muy divertida para un español.

En Portugal encontré

un rótulo más que chulo,

para nombrar una calle

ponía: rua Cena culo.

Supongo que a estos jabalíes les encantarán las castañas.


Me he puesto a comer castañas,


me han salido agusanadas,


me ha pasao como contigo


que sólo haces... marranadas. (NOTA: la coplilla original dice "que sólo haces cabronadas")

Te tengo ya muy calao,

eres pájaro de cuenta,

y te las das de inocente

¡eso es lo que me revienta!

¿Os gustan mis coplillas? Pues tengo muchas más.

miércoles, 14 de octubre de 2009

Dibujos y coplillas, y algunas otras maravillas






Cuando pasas por mi lado
me alteras el corazón,

me late y se me desboca
y casi pierdo la razón.


***********


No disimules ni quieras
parecer indiferente,
que llevas que tú me quieres
escrito en toda la frente.


*********


Tienes miradas de miel
y palabritas melosas.
Acércate que te diga
al oído un par de cosas.




Cambiamos de tercio: coplillas de escarnio.



Me he comprado una cadena


a ver si te puedo atar,


que cada vez que andas suelto


me tengo que disgustar.




*********



Estoy como un triquitraque,


un poquico más y exploto,


la culpa la tienes tú


por charlatán y por loco.




********




Me tienes tan aburrida


que ya perdí la paciencia,


eres un total borrico


y te crees hombre de ciencia.




*****************




Si me hablaras en latín


puede que no te entendiera,


pero me parece a mí


que poco yo me perdiera.




*******




Vete a la porra y no vuelvas,


condenado tío gorrino,


si pienso en tu mala sombra


me ciego y me encorajino.





En el mercado he comprao

un paquete de castañas,

pero no para comerlas

¡Pá tirártelas con saña!

¡Toma castaña, toma castaña!

¡ya te he acertao, mira qué maña!


************

Y la que falta para que sean diez:


Me hice la encontradiza,


me miraste con desdén.


Pues no quiero ná contigo,


ve corriendo ¡y que te den!

























martes, 13 de octubre de 2009

Epigramas disparatados e hirientes, y también para piropear a los hombras que se lo merezcan.

Para presentar a don Quijote, yo pondría debajo este letrero:


Soy don Quijote,
Loco y Poeta,
y la Justicia
es mi Norte y Meta.



Me imagino que Quevedo podría presentarse con estos versillos que he escrito para ilustrar su caricatura ¿Qué os parece?:

Soy Francisco de Quevedo,
amante del epigrama,
que hiere con su agudeza
y en la herida sal derrama.

************

Y ahora los disparates. Coplas de escarnio:


Bailando te resbalaste,

te pegaste un buen morrazo,

que ilusión que me hizo verte

tirado como un gargajo.





Los cerdos, con ser los cerdos,
no hacen tantas marranadas
como tú, que bien podrías
tener la boca cerrada.

*******

Has pasao por una obra

y te ha caído un ladrillazo.

No te ha matao de milagro,

pero te ha hecho un chichonazo.

::::::::::Y ahora una coplilla para piropear a un tío que sea gracioso.

El otro día te bañaste,

salado, en una piscina,

y de la sal que dejaste

he puesto yo una salina.

::::::::

Y para escarnecer al que tenga mal genio:

Me voy a hacer una tila

a ver si me tranquilizo,

porque tienes un carácter

que pinchas como un erizo.

:::::::::::: Y de nuevo para piropear al hombre que se lo merezca:

Eres el tío más guapo

que una madre haya parido,

por eso te digo en serio:

te quiero para marido.

::::::::: Y para poner en su sitio a un chulo chiquilicuatre:

No tienes ni media torta

y presumes como un chulo,

te mereces que te peguen

una patada en el culo.



lunes, 12 de octubre de 2009

SI TE LLAMAS PILAR ¡¡¡FELICIDADES!!!


En una agenda pequeña dibujé esta Virgencica del Pilar.
Que sirva para decir ¡FELICIDADES! a las amigas que se llamen así o que sean de Zaragoza.







Y un ramillete de margaritas de regalo.










Y un besico





Esta es la agenda diminuta, de bolso, en la que pintarrajeo lo que se me ocurre, encima de las letras y todo.




Demos un paseo juntas en este precioso día de otoño.
Yo ya he pintado a la acuarela el camino...me falta tu compañía.

































domingo, 11 de octubre de 2009

"De donde crece la palma"....Os invito a un ron de caña.

Hoy quisiera ofreceros unas pequeñas muestras- sorbos de ron de caña- de esta novela caribeña que me divirtió muchísimo escribir.

Está publicada en la Editorial Tres Fronteras, en un mismo volumen con "Sixto con rumor de olas rompientes".


No va ilustrada, pero yo siempre ilustro los manuscritos, me encanta imaginar escenas. Por eso os pongo esta página aquí.


********************** ***********************
La madre de Habanita Rocío se llamaba María del Cobre. Y era blanca como una paloma blanca.
El padre de Habanita Rocío era moreno como un grano de café a medio tostar.
De tal padre y tal madre nació ella, que tenía el tono de piel dulce y cálido de la miel y el sol, por poner una comparación. Muchas otras podrían ponerse, de hecho, sus admiradores solían piropearla a base de metáforas variadas sobre la tonalidad de su sedosa epidermis.
Hay una leyenda que explica el origen de las razas humanas.
La leyenda cuenta que cuando el buen Dios quiso crear a los seres humanos, decidió hacerlos de pan. Amasó la harina y formó las figuritas de hombre y mujer. Luego las metió al horno celestial. Pero se distrajo mirando las nubes y las pequeñas figuras de masa se le quemaron. Ese fue el origen de la raza negra.
Volvió el Creador a amasar figuritas de hombrecitos y de mujercitas de harina y aceite y las volvió a meter en el horno del Cielo.
Pero, estaba tan preocupado por si se le quemaban de nuevo que los sacó antes de tiempo. Estaban todavía crudos y no habían tomado color. Ese fue el origen de la raza blanca.
A la tercera ocasión, ya tenía perfectamente calculado el tiempo que hacía falta para que la masa se horneara con total perfección. Así es que todo salió muy bien esta vez.
Las figuras humanas de pan tenían al salir del horno el color ideal. Tostado, apetitoso y en su punto. Ese fue el origen de las personas de color bronceado.
El tono de la piel de Habanita Rocío, como diría alguno de sus adoradores, era el de la canela aromática, el de la leche a la que se añade un chorrito de buen café, reconfortante y caliente. Era el color del ron que se trasparenta a través del cristal del vaso limpio.
El color de la piel de Habanita Rocío era el tono más perfecto que pueda tener la tez de una mujer.
Como si el mejor maquillador del mundo le hubiese prodigado los cuidados de su arte.





El blanco –Piedechinche, creo recordar que se hacía llamar- , había probado todo el género femenino que estaba disponible en La Habana de su juventud. Una juventud disoluta y dada a toda clase de excesos –vuelvo a decirlo-. Estaba aburrido de las mujeres normales. Buscaba, como suele decirse, un ejemplar raro.
Entonces alguien le habló de una negra joven y de apretadas carnes que vivía cerca del mar y que por las noches celebraba sesiones de vudú en la arena bañada por las olas cuando había luna llena en el cielo.
Parece ser que conocía todo tipo de bilongos, que, por si alguno no lo sabe, he de decir que son canciones de hechizo, que mezclan el idioma español con el bantú africano.
La gente que la conocía decía muchas cosas de ella.
Decían que la hermosa negra Matacumbé no era una santera más, como las que abundaban por aquellos pagos, sino que ella era una auténtica Mambo, una sacerdotisa del vudú traído de África por sus antepasados y llegado a Cuba desde Haití.
Decían que ella invocaba a los orishás, pero más aún a los loas por medio de la danza vertiginosa o candomblé al son de la macumba y que los espíritus malignos acudían a su llamada, que ella caía en trance cuando la poseían.
Decían que degollaba gallos, cortándoles el cuello con un gran cuchillo, mientras recitaba sus conjuros a los viejos dioses africanos de sus antepasados, que con la sangre de los animales preparaba pócimas, que sabía hacer afocheché (maleficios).
Decían que era una mujer extrañísima y muy cruel. Que se rumoreaba que había convertido en zombis a más de cuatro hombres. Que estos muertos vivientes la seguían fielmente y ejecutaban todas sus órdenes.
Decían que los zombis tocaban para ella los batá, los tambores sagrados de la santería: el okónkolo, que es el más pequeño, el itótele, que es el mediano, y el iyá, que es el más grande y el que más pavor provoca. Que así llamaban a los muertos, los Egún.
Todas estas cosas y aun algunas más terribles se decían de la negra que vivía en la playa solitaria en una cabaña a la que nadie había entrado jamás.
(... )
El blanco se sintió picado en su curiosidad. Una noche de luna llena, una luna que rielaba, enorme y plateada, sobre las aguas del mar, se unió al círculo que rodeaba a la hechicera negra.
Justo en el momento de cortarle el cuello a un gallo con espolones que se debatía inútilmente por escapar de la mano de hierro que lo tenía agarrado, ellos dos se miraron.
Eran muy distintos. Opuestos. Él era blanco, elegante, rico. Ella era negra, pobre y vestida con harapos.
Pero por dentro eran iguales. Crueles, supersticiosos, vengativos y soberbios. También eran prepotentes y dados a imponer su voluntad a los demás usando toda clase de medios, lícitos o ilícitos.
Se adivinaron por dentro. Se reconocieron como perros de la misma camada, la camada de Satanás.
La negra se llamaba, o se hacía llamar, Matacumbé. Y sobre ella ya he dicho todo lo que sé. Y tampoco querría saber más.
Entre los dos se desató una pasión como no se había conocido en La Habana. Y eso que La Habana es tierra de calientes pasiones.
Cuentan que el blanco se acercó a ella, entrando en medio del corro de fieles que la rodeaba. Caminaba hacia ella como hipnotizado, sin dejar de mirarla a los ojos.
Cuentan que ella corto de un tajo el cuello del gallo y que se llenó las manos de sangre caliente. Que con la sangre se untó los pechos que había dejado al aire, arrancándose el vestido caído hasta la cintura, sin reparar en romperlo. Luego, se quitó las enaguas y se quedó tal como su endiablada madre la trajo al mundo.
Era una negra de cuerpo soberbio. Como de ébano abrillantado con betún.