jueves, 29 de septiembre de 2011

PRESENTACIÓN DE "ISLA CUEVA LOBOS" EN MAZARRÓN

Mañana viernes 30, a las 9 de la tarde se presenta en la Universidad Popular de Mazarrón, Av. Constitución nº11, mi novela "Isla Cueva Lobos".
Si algún mazarronero o persona que esté por allí cerca quiere ir, me dará una gran alegría.

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Por si os interesa os ofrezco una breve sinopsis del argumento

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Sinopsis de “Isla Cueva Lobos”

En las profundidades de Cueva Lobos, en Mazarrón, reposan valiosas monedas de oro romanas. Un grupo de expertos buceadores las busca, pero peligrosos expoliadores extranjeros están dispuestos a matar por hacerse con ellas.
En Isla Cueva Lobos encontraremos a los mismos personajes de “Buceadores”, viviendo otras aventuras, junto a otros nuevos, que no nos dejarán indiferentes; el mercenario despiadado, la espía voluptuosa y seductora, el numismático apasionado de la apnea, el detective sagaz serán algunos. La novela también transita por la Historia desde la época de los iberos, los cartagineses y los romanos hasta nuestros días. Piratas berberiscos, nobles cristianos, gente del pueblo, cautivos de Argel, crearán un ambiente variado y realista, basado en una exhaustiva documentación. Tampoco faltarán los contrabandistas del siglo XIX. Todo en una trama amena que captará al lector.

martes, 27 de septiembre de 2011

Un baño en Isla Cueva Lobos

Este pasado domingo he tenido la oportunidad de bañarme en aguas de la Isla Cueva Lobos.
Rosa y Pau, que por cierto son también personajes de mi novela "Isla Cueva Lobos", nos ofrecieron llevarnos a navegar y a darnos un baño en algunas localizaciones de la acción...
Embarcamos en el Columbia II con buena mar, aunque ellos ya nos habían advertido que a mediodía saltaría lebeche.
La costa desde la embarcación mostraba su abrupto relieve.
Y la estela del Columbia nos alejaba del puerto deportivo de Bahía. Al fondo se divisa el edificio Paula, el único rascacielos del Puerto de Mazarrón, que sirve de referencia al viajero.
El barco abre surcos de espuma blanquísima en el azul marino de las aguas profundas.
Bandadas enteras de peces voladores saltan y siguen en vuelo al barco, como si quisieran competir con él en velocidad.
La costa de Puntabela tiene calas escondidas frecuentadas por los amantes del naturismo.
Playa Grande y el Castellar quedan atrás.
Los acantilados muestran su belleza bajo las altas cumbres de la sierra que abraza Mazarrón.
El islote de Cueva Lobos visto desde la parte contraria a la costa. Ni una zona de playa, ni un mínimo lugar en donde pueda atracar un barco. Era el santuario de la foca monje, o lobo de mar.
Sobre unas rocas, una gaviota y a la derecha, en el punto más elevado, un cormorán.
En la costa formaciones de greda amarilla.
Cueva Lobos y yo con la isla que da título a mi novela.
Fondean el barco tirando el ancla y nos damos un baño a quince metros de profundidad.
Yo pensaba que el agua estaría mucho más fría que en la playa y me encuentro con la sorpresa de que es al contrario. Mi hija me explica que en altamar aún está dos grados más caliente, en superficie, desde luego.
la Isla Cueva Lobos desde el barco a contraluz.
La costa con formaciones de láguena (de color lila morado), greda (de color amarillo) y almazarrón (rojo).
Y aquí está, bien escondida a quien no conozca su existencia, la cueva de los contrabandistas en donde se desarrollan los capítulos de Trapajuar, el Gorguel, el Guapo y los bandoleros del s. XIX que forman parte de la acción de la novela.
A la cueva sólo puede accederse en barca, no en un barco como el Columbia. hay que fondear a cuierta distancia pues las paredes rocosas representan un peligro, y más ahora, que ha saltado lebeche y poco después jaloque, un viento que levanta olas que hacen moverse el barco si no las toma de proa.
Javier y Rosa saltan por la borda y se acercan nadando a la cueva, que tiene dos entradas comunicadas por un arco interior. Yo me quedo en el barco con Pau, ellos se toman su tiempo porque las dos cuevas gemelas son muy grandes y las recorren encantados, ya que son amantes de la espeleología.
El Bolnuevo visto desde el mar. Las erosiones en la greda son patentes.
Pau le imprime velocidad al barco y navegamos hacia La Isla de Dentro, donde naufragaron las dos naves fenicias que se conservan perfectamente, una allí mismo, en el fondo, en un sarcófago de cristal, y otra en el museo arqueológico de Cartagena, a donde la llevaron.
Playa Grande muestra su alineación de palmeras. Las olas son apreciables.
Una oquedad rocosa me llama la atención.

Me extasío ante la espuma de la estela, que salta y me rocía la cara, es un placer que disfruto acercándome a la borda.La Isla de Dentro o Isla de Paco, como localmente se la conoce.
La casa abandonada en donde finaliza la acción de BUCEADORES y se inicia la de ISLA CUEVA LOBOS.
Una playita permite el acceso a la escarpada isla si se dispone de una barca.
El Columbia fondea a cierta distancia, y nos damos un baño oyendo la melopea de los cientos de gaviotas que tienen su territorio en esa isla.
Luego regresamos al puerto deportivo de Bahía. Enfilamos la bocana del puerto.
Entramos, Javier y yo desembarcamos, Pau y Rosa van a atracar el barco en su punto de amarre.
¡Misión cumplida! Ya puedo decir que me he bañado en aguas profundas de Cueva Lobos y de La Isla.

domingo, 25 de septiembre de 2011

Las gredas de Bolnuevo



Es curioso pensar cómo a los ojos

en las cosas se acerca la belleza,

y el vehículo en que viaja la hermosura

unas veces es flor y otras es piedra.

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Esta impresionante erosión debida al mar y al viento está en el Bolnuevo, frente a la playa de Bolnuevo.

Es uno de los paisajes de mi vida, conocido de siempre, familiar en su belleza gigantesca , una persona parece una hormiga al lado de estas moles de greda, que a veces llega al mar y emulsiona formando espuma.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

El Dragón vencido




Yo tenía una herida en el alma,


como el desgarro hecho por la garra de un Dragón enorme,


de fauces que arrojan llamaradas tan certeras


que chamuscan justamente el pelo de las cejas.


Yo sentí la tentación de dejarme devorar


por ese Dragón hambriento,


os lo confieso, de veras lo pensé, no os miento.


Pero algo, no sé qué fue


o quién pudo ser (quizás vosotros)


algo, digo, me impulsó a tomar mi espada


abandonada a mi costado


(como el corazón, mirad qué coincidencia)


y me puse a luchar


con una valentía nueva


que me sorprendió incluso a mí.


Siempre, ya os digo, hay motivos de sorpresa en esta vida.


Y el Dragón, que era enorme en un principio,


se fue empequeñeciendo


hasta hacerse como un perrillo de esos


que ladran y ladran


y en vez de miedo dan risa.


Y ahora, ya veis,


tengo otra vez ganas de reir.


¡Gracias, amigos!

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UNA PETICIÓN DE SOCORRO


Intento comentar a muchos de vosotros y no lo logro, me sale "Selecionar perfil", lo hago, Google, y nada de nada, no consigo nada:

Algunos estarán pensando que ya no sigo su blog, pero no es eso, Cayetano, Cathy, mil más e intentado un montón de veces y no sé cómo podría hacer. Si alguno me lo aclara, se lo agradeceré mucho.

domingo, 18 de septiembre de 2011

Cuadro de Honor de mis Lectores

Os presento a María Bote, una amiga extremeña, lectora mía.
En la foto sostiene mi novela "El Emboscado (Un travestido de la Edad Media)", creo que se distingue muy bien el título en la magnífica imagen que me ha enviado.

El blog de María se titula "Destello", es un maravilloso blog de poesía en el que podéis deleitaros con el buen hacer y la altura a la que vuela la lírica de esta autora.
La dirección del blog es:
http://mariabotebote.blogspot.com/

Os aseguro que a los amantes de la lírica les encantará por su sensibilidad y perfección técnica, al estilo clásico.
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Si yo os hablo ahora de lo que para mí significa cada lector de mis novelas, os diré que estoy convencida de que entre el lector y yo se establece un vínculo de conocimiento que desemboca, de manera espontánea, natural, casi inevitable en la amistad entre ambos.
Conocer a alguien suele significar comenzar a entenderlo, y entenderlo es el comienzo de apreciarlo. Pues bien, quien lea una novela mía me encontrará en ella, retratada anímicamente, verá el mundo por unos días (los que emplee en la lectura) con la misma óptica con que yo lo veo.
Por eso, repito, un lector atento y contento con la lectura de cualquiera de mis novelas, es alguien que me conoce, e incluso quizás me aprecia...y si es así ¿cómo no va a tener mi agradecimiento y mi amistad?
Os parecerá lo más lógico del mundo que ahora agradezca públicamente su atención a las dos primeras integrantes de este segundo Cuadro de Honor, y que os prometa reeditar aquí el primer Cuadro.
¡Gracias Montserrat!
¡Gracias María!

jueves, 15 de septiembre de 2011

Mis queridos lectores.

Yo siempre agradezco a mis lectores su atención hacia mis novelas.
Hace ya unos meses empecé a publicar las fotos de algunos de ellos, también amigos del blog, que se fotografiaron con una novela mía en la mano, leyéndola o mostrándola. Entonces ya os presenté a esta amiga que hoy traigo a mi CUADRO DE HONOR.
Se llama Montserrat LLagostera Vilaró, y su blog http://rosadabril.blogspot.com.
Montserrat es una de mis mejores lectoras, creo que conoce casi todas mis novelas, además tiene la deferencia de comentármelas. Ahora mismo me va diciendo por dónde va con la trama de "Isla Cueva Lobos", con la que aparece en esta foto.
"Isla Cueva Lobos" es mi última novela publicada, en ella se entremezclan Historia y acción actual.
Pronto empezaré con las presentaciones, pues nada más que ha visto la luz en la Feria del Libro de Alicante el pasado más de julio.
Si hay más lectores míos que quieran aparecer en mi CUADRO DE HONOR, ya saben; me mandan la foto y hecho.
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Aviso: estoy pasando unos momentos familiares complicados, no tengo ni un minuto libre, os pido perdón si no os visito asiduamente y si no contesto pronto y extensamente a vuestros comentarios, que por otra parte agradezco infinito.

domingo, 11 de septiembre de 2011

Una casa para ser feliz en ella.

Como siempre, me detengo a fotografíar el llamador de una casa cualquiera en un lugar cualquiera de los que visito.
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Me fascina la belleza de los detalles y el gusto que algunas personas tienen a la hora de adornar su casa, su espacio, su vida en suma...
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Y sin que esté conectado necesariamente con lo que en un momento puntual me ha llamado la atención, me viene a la mente una frase llena de sabiduría, a mi modo de ver, que he leído alguna vez en alguna parte que ya he olvidado.
La frase en cuestión es la siguiente:
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"Una casa tiene que estar lo suficientemente limpia para que sea sano vivir en ella y lo suficientemente sucia para que en ella podamos ser felices".
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Para mí estas palabras constituye toda una filosofía de vida, y yo las comparto plenamente.
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Conozco muchas familias en que los conflictos de convivencia tiene origen en la manía del orden y la limpieza de alguno de los miembros, especialmente del ama de casa, aunque sea también trabajadora fuera del hogar.
Casas en las que no se permiten los libros (me parece increíble, pero conozco algunas) porque son "nidos de polvo" (yo tengo la casa "alicatada" de libros y me encantan), ni periódicos, porque luego quedan sobre cualquier mesa de cualquier manera y "hacen feo" (yo crecí leyendo diariamente uno o más periódicos y sigo haciéndolo).
Casas en las que todo tiene que estar en su sitio, en las que no se puede poner los pies en el sofá o en una silla, casas en las que "estalla la tragedia" si alguien pisa el suelo recién fregado o si trae barro en los zapatos...
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¡No hagamos motivo de conflicto tonterías así!
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Una casa tiene que tener un cierto grado de desorden e incluso de suciedad (esa manía de estar limpiendo a todas horas, de castigar a las niñas, especialmente a las niñas ¡Ay! a quedarse el sábado desollinando la casa con la madre...) para que sus moradores se encuentren a sus anchas en ella, para que, en esta azacaneada vida, tengan ahí su paraiso de libertad y acogimiento, para que, en resumen, puedan ser felices allí.

viernes, 9 de septiembre de 2011

Orejas de mar


El mar tiene voz para clamar exaltado o para cantar una canción adormecedora bajo el sol o bajo la luna.
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Pero el mar también tiene oídos, y el que tiene oídos también tiene la mayor parte de las veces orejas; el mar las posee, os lo aseguro.
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Para demostrarlo aquí os traigo una oreja de mar, un regalo de nacar, exquisito y sencillo como una joya de la Madre Naturaleza.
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Esta maravilla de oreja de mar es tan perfecta que hasta luce delicados orificios como si quisiera adornar su lóbulo con pendientes de brillantes.
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Lo repito: el mar tiene orejas.
Y es que el mar puede y sabe escuchar a los que le hablan.
El mar guarda los secretos.
El mar recibe las lágrimas y las une a su inmensidad azul porque las lágrimas son como su agua, saladas y amargas a la vez.
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Pero hay algo que os hará comprender cuál es el misterio profundo del mar; y es que el mar es también la mar, ambivalente, diverso, de dos naturalezas, masculino y femenino a la par, encanta, seduce, subyuga...
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El mar, la mar, tiene
coraje y dulzura,
fuerza y suavidad,
empuje y caricia...
Porque es dual y en su dualidad radica su milagro, su vivificador y tranquilizante prodigio...
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Sí, amigos, el mar sabe escuchar; ya lo estáis viendo: el mar, la mar, tiene orejas.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Piedras de jaqueca

He aquí todas las "piedras de jaqueca" que me he encontrado en la playa del Puerto de Mazarrón en mi vida. He puesto mi alianza de casada como testigo para que calculéis el tamaño de los hallazgos.
Aviso que pasan casi desapercibidas en la arena. Y es signo de buena suerte encontrar una.

Del mar son, y aquí las llaman "piedras de jaqueca".
Si uno se fija bien, se advierte la forma helicoidal, es decir de caracol, tanto en el anverso como en el reverso.
¿Qué son las piedras de jaqueca?
Pues lo primero que hay que aclarar es que no son piedras, sino los opérculos (lo que cierra) de las caracolas de mar de nácar. Una preciosidad marina que se resguarda con esta especie de "puertecilla" que resulta se una verdadera joya.
Como fotógrafa soy-ya lo notaréis- malísima jajaja, pero espero que sirva esta imagen para dar una idea de cómo son.
La tradición dice que aplicadas a la frente o a la pien del cuello o el escote alivian y eliminan incluso la terrible jaqueca.

Las hay rojas como el fuego o tostaditas nada más: Si están en buenas condiciones son brillantes como el coral y aquí las venden para engarzar en oro a modo de pendientes, sortijas o camafeos.
Yo le regalé una así engarzada a una muy buena amiga.
Espero que os haya interesado esta curiosidad que hoy os muestro. Lo que no puedo garantizar es que efectivamente quiten el dolor de cabeza.

lunes, 5 de septiembre de 2011

Los mil colores de la sierra minera de Mazarrón



De los mil colores de la sierra minera de Mazarrón, destacan el amarillo de la greda, el rojo del almazarrón (tierra roja) y el morado de la láguena.
Estos son montículos de láguena, me refiero a los de color lila.

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En este mundo se mezclan
las tierras y los colores,
y en la vida que vivimos
los gozos y los dolores.

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Para vosotros esta coplilla repentizada como de cante de las minas.

sábado, 3 de septiembre de 2011

Tierra láguena

Su corazón era como de tierra láguena, una materia impermeable al agua y quebradiza al tacto ante la menor presión.
Decía que llevaba el corazón en su mano, pero esto no significaba nada más que las lágrimas no calaban en él y que su inflexibilidad lo hacía insensible, deleznable, sin fuerza.
Al final la verdad de su corazón consistía en que era incapaz de recibir el benéfico riego de la lluvia de lágrimas o de moldearse para amoldarse a la forma de otro corazón.
Su corazón gris y malva, brillante como el metal, no era un verdadero corazón, sino tierra, tierra láguena.

jueves, 1 de septiembre de 2011

La belleza

Dice un viejo aforismo que la belleza está en los ojos del que mira, y no es mentira, desde luego, pero habría que recordar que los ojos son ventanas por las que mirar pero los ojos del que miramos son espejos que en cierta forma nos ofrecen nuestro propio reflejo.
Nadie que tenga mal corazón podrá apreciar realmente la belleza en otras personas, y me estoy refiriendo a la auténtica belleza, que es mucho más compleja que la simple
belleza de envoltura.
La belleza auténtica complace y hace sentir bien, la belleza de envoltura solamente lo consigue, en el mejor de los casos, por un corto espacio de tiempo y muy a menudo no basta para hacernos sentir cómodos sino todo lo contrario, porque la mera belleza externa (es decir, la que no va acompañada de la interna) es con toda seguridad engreida, fatua, vacua, carece de naturalidad en el trato porque está endiosada y gusta de mirar por encima del hombro.

Los componentes de la verdadera belleza son externos pero más aún internos; es una belleza completa y no están fuera de ella todos o algunos de estos elementos: la inteligencia, la dulzura, la tolerancia, la compasión, el humor (siempre el humor), la buena conversación, el ingenio, la capacidad de ayudar, la cualidad de la disponibilidad, la naturalidad que nos hace estar cómodos, en confianza, el don de saber escuchar (tan raro, ya que lo más normal es el
Yo, Yo, Yo, con mayúscula, o el pues yo, pues a mí...) por decir algunos nada más, porque la belleza auténtica es a la vez sencilla y compleja, difícil de definir, aunque no difícil de apreciar cuando se mira con mirada limpia.