martes, 31 de marzo de 2009

ME GUSTA EL MAR, me gusta el mar, me gusta el mar.

¿He comentado alguna vez que el mar me gusta con pasión?
¿Qué decís? ¿que lo he comentado más de un millón de veces?
¡¡¡Exagerados!!! No habrán sido más de 999.999.


¿Qué? ¿Que a vosotros no os inspira nada el mar? ¡Y yo que me lo creo, pedazo de hipócritas!
Quien diga que queda indiferente
ante un horizonte
azul...azul...azul...como nuestros más hermosos sueños,
lo que pretende es disimular, ladinamente, lo que siente su corazoncito...



¿Dónde encontraremos este brillo de diamantes líquidos,
si no es en el mar?
¿Dónde el beso de luz se hace más esplendorosamente
sonoro
y fragante?


¿Dónde se escuchará una canción más dulce
y armoniosa,
si no es
a la orilla del mar?





¿Existe un espejo para el paisaje
más magnánimamente
embellecedor
que la temblorosa
superficie marina?




El mar es un cielo líquido
y profundamente azul
y verde como una hermosa esmeralda,
que regala estrellas rojas como el fuego,
preciosas, como el coral.
Sobre la arena de terciopelo en menudísimo grano
se han posado
las dormidas estrellas de mar.
Ahora ascienden por la pared de mi casa,
hacen de mi hogar otro cielo,
y se dejan admirar.
Y el mar refleja en el cuadro
el velamen colorido
y cálido
de mi playa murciana.

¡Mi hogar en el Puerto de Mazarrón!



También me gustan los erizos de mar
de mil colores.
Sobre corchos, pegados con cierto orden, tengo mi pequeña colección.


Son maravillas de geométricas de simetría perfecta.
¡¡¡Me encanta el mar!!!
Por cierto: ¿Lo he comentado alguna vez?






domingo, 29 de marzo de 2009

PRIMAVERA, CAMBIANTE PRIMAVERA


Exultante es el triunfo de las flores en la primavera,
su belleza se muestra en mil colores que subyugan la mirada y el alma,
su aroma, suntuoso perfume, embriaga los sentidos, los llena de armónica alegría.
Es el esplendor de la campiña y de los jardines,
son joyas valiosas que se ofrecen a los que saben apreciarlas.
Por todo ello, exclamo: ¡Gracias, gracias, gracias!
Luna en la noche serena
de primavera,
pintas en el cielo tu redondel de oblea,
invitas a los sueños,
inspiras la poesía,
sugieres el misterio,
juegas al escondite
de acuerdo con las nubes.
Luna de primavera,
rielando sobre el mar,
escalando montañas,
coronando sus cumbres,
blanca luna preciosa...

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Quede claro que lo que he escrito no es un poema, sino una especie de letanía de elogios a la luna. Me gusta contemplarla, la diosa Selene es guía de los soñadores, y ninguno de nosotros puede desligarse de la atracción poderosa que ejerce sobre nuestro espíritu.
¿Habéis visto algo más hermoso que la luna apareciendo en el horizonte y elevándose, majestuosa, en el cielo, siempre cortejada por su fiel lucero?

Las calles huelen a azahar en mi ciudad,
una eclosión blanca viste los naranjos,
llena de flores como de nieve olorosa los limoneros,
a mi casa llegan los efluvios galanos de la flor del naranjo, que suben desde los huertos en flor de dos conventos cercanos.
Será por el azahar que el sueño se hace más placentero y relajado en estas fechas
Las mañanitas de abril
son muy dulces de dormir.
Eso reza el refrán...
pero lo malo es que nos han quitado una hora de sueño con el cambio de horario- hay que fastidiarse- y yo me levanto todos los días a las siete...
Menos mal que soy madrugadora ya de natural y no me cuesta mucho...
Para colmo hoy domingo ha llovido bastante por aquí. Con decir que el río Segura llevaba un poco de agua y todo...
La foto es de Lugo, de la playa de las catedrales, no era cosa de salir hoy máquina en ristre, sino de taparse bien con el paraguas para sortear los chorros de agua que lanzaban las gárgolas desde los aleros...
Yo soy como un gato..., me horroriza la lluvia...¡De secano total, vaya!
De todas formas la lluvia inspira..., en especial si se contempla a resguardo de ella, desde detrás de los cristales...
Tal vez, también la lluvia
golpea tus cristales,
y tras de la ventana
la veas descargar
gotas como de lágrimas
que se deslizan mansas
fluyendo como ríos
sobre el frío cristal.
Tal vez, también la lluvia
convoque tus recuerdos,
y vayan, con los míos,
hacia un mismo lugar,
mar de melancolía
de dolientes memorias,
de tu alma y la mía,
corrientes ríos de lágrimas
van a desembocar.

sábado, 28 de marzo de 2009

MI CUADERNO DE SUEÑOS. ESCUCHANDO A PACHEBEL


Hoy me apetece invitaros a dar un paseo por uno de mis cuadernos.
No es un cuaderno de tarbajo, sino de ilusión y entretenimiento.
Un cuaderno en blanco, donde caben todo tipo de SUEÑOS FANTÁSTICOS.
Espero que se pueda leer el título que le he dado, y la frase que le sigue.
No hay índice, no hay un plan preconcebido...
Hay imaginación que vuela en alas de un lápiz, un bolígrafo o un rotulador.
Mientras os presento este rinconcito de mi intimidad, escucho el canon de Pachebel, La Fantasía para un Gentilhombre y el pasacalle de Boccherini.
¿Pasan ustedes?

Todo cabe en este cuaderno, aves de mi fantasía, flores exuberantes, frondas lujuriosas...
Vuela, vuela la imaginación...

Perdidos entre frondas imposibles,
aves del paraiso
se pasean.
Igual vamos envueltos
en el mundo
en la hojarasca
de mil cosas necias.
Sin pensar
que al igual que en las plumas
de esas aves,
en nuestro espíritu
está toda belleza.



Y caben los poemas que hablan de ilusión, de acento afectuoso en la mirada.

Pero siempre en color, siempre adornadas, las páginas de mi cuaderno.

Y luego, las ilustraciones para mis novelas.

Ayer dibujé la que aparece a continuación. Para mi novela "AURA".

Así la imagino yo. Una belleza manchega, majestuosa y serena.
Tengo un especial cariño a esta novela por ser la primera que escribí.
Me propongo ilustrar varios pasajes de esta historia en mi cuaderno.
Ya os iré presentando más páginas.

viernes, 27 de marzo de 2009

A CADA FOTO UN POEMA


No ando sobrada de tiempo, sin embargo, tengo más que comprobado una cosa que parece increíble: el tiempo es elástico.
Esto consiste en que quien hace más cosas tiene tiempo para muchas cosas más
mientras que el que no hace nada, se queja constantemente de no tener tiempo para nada.
Es así.
Por eso, no estoy dispuesta a dormirme en los laureles,
por muy verdes y aromáticos que sean.
Así es que, en cuanto a este espacio que comparto con quienes se acercan a visitarme, procuro renovar las entradas,
algo así como quien prepara la sala de su casa para la amable tertulia que espera poder disfrutar en ella.
Hoy adornaré mi casa con ramos de poesía, improvisada como siempre, pero precisamente por eso, fresca y espontánea como un puñado de flores silvestres recogidas en la campiña.
Me inspiraré en estas fotografías que he hecho yo misma. La primera, ya lo veis, un cielo nuboso.
NEFELIBATA
Dicen que vivo en las nubes,

no me parece mal sitio,
ya quisiera quien critica
vivir en sitio tan lindo.

Nefelibata: persona que vive en las nubes, persona soñadora.





Canción de la autoestima
Instrucciones de uso: debe repetirse las cuatro primeros versos todos los días por la mañana, preferentemente, inmediatamente después de despertar o al mirarse por primera vez al espejo.
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Sólo por hoy

yo seré

amable y dulce

para conmigo,

que no hay peor

carcelero

que cada uno

para consigo.






Sólo una piedrecita,

un granito de arena,

una gotita sólo,

una cosa pequeña...

Y mejorar la vida,

hacerla más amena,

menos áspera y árida,

más humana, más llena.

Si faltara esa piedra,

esa gota, esa arena,

le faltaría a la vida

alguna cosa buena.


miércoles, 25 de marzo de 2009

Diario de una profesora experimentada. Haciendo guardia entre naranjos en flor en el Día Mundial de la Poesía.

Los ánimos están alterados. Es natural, estamos en época de exámes trimestrales.
A mí me comen los papeles, entre exámenes, trabajos, informes y estadísticas.
Hoy me he puesto nerviosísima al llegar al Instituto, y es que he ido a coger mi TAMAGOCHI, y no estaba en el panel electrónico de la Sala de Profesores.
Para quien no lo sepa, un tamagochi es un aparatito que aquí llevamos todos los profesores para poner notas, pasar lista, amonestar o anotar incidencias, que pasan directamente al ordenador de Secretaría, Dirección y Jefatura de Estudios.
Y cada profesor tiene el suyo, con los cursos a su cargo.
¡Menos mal que un compañero lo ha encontrado sobre un archivador!
Para colmo los alumnos están un poco pesadicos, los pobres. Vamos, que van detrás y delante a ver si aprueban o qué.
Y siempre hay algunos que no han podido examinarse por enfermedad...(lo justifican y se examinan)...o por cara dura, en cuyo caso se fastidian y catean.

He rescatado el título que unos alumnos díscolos me otorgaón hace unos años, para reconocer que yo los había podido someter a la disciplina académica deseable.

La carpeta de trabajos, decorada como todas las mías, rebosa de tareas entregadas con retraso.
Corrijo unos exámenes hechos fuera de todo plazo, por enfermedad de un par de alumnos.
Timbre va, timbre viene...y me toca GUARDIA. Pues, nada, a por ella. Manojo de llaves, y a correr pasillos, subir escaleras, cerrar puertas...y pasear por el recinto.

El Tháder está rodeado de huertos de naranjos, limoneros.Tanto unos como otros están en flor.
UN delicado perfume de azahar se expande por el aire transparente de la mañana.
Alrededor de los naranjos, los frutos caidos siembran el suelo de esferas como soles de amanecer o de la tarde.
Los limoneros se guarnecen con una alfombra de frutos de oro claro, como soles de mediodía, ácidamente generosos.
Hoy celebraremos el Día Mundial de la Poesía con un recital de poemas de Miguel Hernández.
Velas encendidas, flores, música...y sus versos en voz de los alumnos.
Tristes guerras
si no es el amor la empresa,
tristes, tristes.
Tristes armas
si no son las palabras,
tistes, tristes.
....................

martes, 24 de marzo de 2009

Piedras, piedras, piedras...preciosas piedras del mar

Cuando la hallé, entre tantas otras piedras que el mar lavaba incansablemente a golpe de ola y de espuma, supe distinguir inmediatamente la silueta de la madre que sostiene amorosamente a su hijo.

Tan sólo necesité unos breves toques de esmalte para realzar ante los ojos de los demás lo que yo veía tan claramente.

Se trata de una piedra pesada, muy pesada, quizás sea por su componente mineral. Es una piedra maciza, densa, de gran dureza, imposible romperla aunque uno la golpee fuertemente o la arroje contra otras piedras. Yo suelo hacerlo, porque me encanta el sonido metálico que algunas de estas "joyas minerales" hacen al chocar con otras.

El color natural de mi "escultura encontrada junto al mar" es negro, un negro brillante, profundo como el mar que rompe impetuoso contra el talud pedregoso que desciende hacia él en esa zona de la costa mazarronera.

Es difícil caminar por esta acumulación de mineral, en ese recodo de costa negro, de aguas limpísimas, sin arena que pueda removerse con las mareas.

¡Es mi playa de los tesoros!


En este caso, la piedra tenía un tacto casi de seda mineral, si tal conjunción fuese posible.

La playa del Gachero se llama así por la gran acumulación de gacha de las minas, sobre el monte cercano, junto al faro, hoy en día abandonadas.

Al mar se vertía todo aquel sobrante de piedras, muchas de ellas, con restos de metal incrustado.

La humedad marina llena de óxido sus recovecos de mineral y pule y redondea con perfección otras.

Piedra hallada junto al mar, profundo en esa zona, quise yo conservar en esta pieza la reminiscencia misteriosa y bella, de la noche de luna llena, rielando sobre el agua y trazando una senda de plata y diamantes movibles en su superficie.


Es el cielo de noche clara, poblado de bellos luceros el que a su vez puebla esta extraña gacha, que reposa sobre sus hermanas negras sin pintar.

Detrás, una gran laja de piedra de O Cebreiro, en Galicia.

Y todo ello en mi patio de la playa. Sol, paz y brisa.


Reminiscencias de seda Hindú en esta piedra amarilla.

Y sobre el tono dorado natural de la piedra, el rojo, el rosa, el morado, de las flores y el esplendente verde de las hojas.



Se amontonan las piedras y se dejan besar por el sol amable y mediterráneo.

La redonda bola gris, renuncia a rodar y se acomoda junto a sus compañeras,

y junto a las caracolas marinas, a las que corteja la planta silvestre.

Yo tomo una piedra de limados contornos y la decoro de fantasía azul y verde.

Ya tengo pisapapel para asegurarme de que mis muchos papeles sueltos no van a emprender el huidizo vuelo.


El cañamazo de la novela que llevo entre manos ahora está esbozado en una libreta de las de toda la vida.

Sí, este es mi mundo personal. Un mundo que compartiré en un futuro con los lectores que se acerquen a mis novelas.





lunes, 23 de marzo de 2009

PIEDRAS COMO CORAZONES, PERO NO CORAZÓN DE PIEDRA

He dicho alguna vez que me encanta coleccionar piedras de la playa.

Y no sé por qué extraña casualidad suelo encontrar muchas de forma acorazonada. Son mi debilidad.

Las considero algo así como talismanes que harán que aumente la ternura de mi corazón. Por eso las mimo, las cuido y las engalano con bellos colores.

¡Qué bonitas son! Mirad las que he puesto en este plato, decorado también por mí.

Las hay ROJAS, como amapolas,

MORADAS como la dulce uva que se deja beber en vino tinto,

ROSAS como la ternura,

VERDES como la brillante hiedra...


Mirad el corazón del trocito de cerámica, cincelado por el mar en esa forma, como si lo hubiera formado para mi regalo.

Mirad el corazón plagado de estrellas .



Muestras son del capricho amoroso de la arena, del mar y de las olas.

Se dan a mí en su perfección mineral, en sus contornos torneados.
Parece un milagro su forma.
Cálido encanto, creado por la naturaleza..., azar misterioso que me permite hallarlas, entre miles de otras piedras que el mar trae y lleva en su danza eterna.


Tengo tantas, tantas...que puedo hacerme la ilusión de haber recogido una buena cosecha de símbolos de cordialidad.
Cordial viene de corazón, y del corazón nace la cordialidad.
Hay concordia cundo los corazones laten de acuerdo.
Y ahora os dedico este acróstico improvisado ahora mismo. Os recuerdo que en los versos acrósticos se puede leer algo tomando sólo la letra inicial de cada verso, de arriba a abajo.
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Canta el mar su canción, y contempla
Olas verdes y azules bailar.
Ríe la espuma de nieve salada
Al romper en la playa otoñal.
Zumba el viento,yo siento la brisa que
Orea placentera mi alma y mi piel.
Nada falta a este instante de calma, de perfecta paz.

¿Habeis leído lo que dice?
¡Sí, sí, respuesta correcta! :CORAZÓN

domingo, 22 de marzo de 2009

El reflejo en el agua

Me gusta la fotografía.
Esta que traigo hoy la hice este fin de semana.
En ella se pueden ver dos sombras sobre el agua transparente del mar. El fondo arenoso contribuye al efecto de nítida visibilidad.
Si he afirmado que me encanta hacer fotos, quizás sospecheis que las sombras son las de mi marido y la mía.
¡¡¡Habeis acertado, somos nosotros!!!
Ambos estábamos maravillados por la belleza de los reflejos que ríelaban en la superficie del mar. Desde el muelle, en silencio, gozábamos del momento. Era nuestro particular carpe diem.
Adornaré esta entrada con un poema que, según mi inveterada costumbre, he repentizado ahora mismo.
SÍ, OTRA VEZ HABEIS ACERTADO; SE TITULA "Nuestras sombras en el mar"`
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NUESTRAS SOMBRAS EN EL MAR

La luz del sol refulgente
pinta bellos reflejos
en el agua serena del mar.

Y los dos contemplamos
la belleza del día,
aspirando el perfume
del yodo y de la sal.

Baila el astro solar en las olas
de luz y oro la arena al pintar,
cuadriculando el fondo de luz bella,
acuarela marina de artista sin par.

Temblorosas se ven nuestras sombras
sobre el verdiazul movible del mar.
Es un don de la vida,
un instante gozoso
que ambos disfrutamos:
sol, amor y mar.

sábado, 21 de marzo de 2009

Lista de cosas cotidianas que proporcinan un poco de felicidad

Cosas que hago y que me aportan felicidad, con la explicación de por qué las enumero y el agradecimiento a amig@mi@ que propuso que hiciéramos todos una lista de ellas.
Aunque no haya un orden concreto, debo confesar que una de las cosas que más me relajan, agradan y alegran es ESCRIBIR.

Escribir novelas que me hagan viajar por la Historia y por la aventura.

Escribir novelas que ahonden en la psicología de los personajes.
Y he de decir que yo siempre estoy escribiendo alguna novela.



Reparar en detalles que hacen las cosas más bonitas.


Los buhos y las lechuzas, porque son el símbolo de la inteligencia.

Los hermosos herrajes de las puertas antiguas.

Las preciosas rosas de mayo.


El rumos de las olas al romper. En eso soy como el protagonista de mi novela "Sixto con rumor de olas rompientes"

La eclosión floral de la primavera, que viste la naturaleza con sus perfumadas galas.


Como he dicho al principio, hace ya unos días que amig@mi@ propuso en su blog algo que me fascinó: hacer una lista con diez pequeñas cosas que aportaran felicidad a cada uno.
Naturalmente que ella tuvo un montón de respuestas.
A todos nos viene bien relexionar de vez en cuando sobre estas cosas, porque corremos el riesgo de no valorarlas, y si no las valoramos es seguro que no las disfrutamos como se merecen.
Yo misma le facilité una lista de diez cosas que me dan alegría o paz interior, que para mí es lo mismo, ya que si una se encuentra en sosiego es porque está bien, sin miedos ni preocupaciones, y eso ya es ser feliz.
Naturalmente, son muchas más de diez las cosas que me reconcilian con la vida. Afortunadamente.
Vamos a seguir con la lista, según se me vayan ocurriendo estas cosas. Seguro que hay muchas coincidencias con vuestras listas personales, si es que las habeis hecho.
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Añadidos a la lista de cosas cotidianas que contribuyen a mi cotidiana ración de felicidad.

* Ver como AMANECE, sobre los naranjos, sobre las montañas, sobre el mar.

*Contemplar la luna de plata en el cielo nocturno, y las estrellas que tililan como si nos interpelaran.

* Pintar, dibujar, adornar mis escritos.

*Leer un buen libro, tener en la mano un libro, atesorar libros, libar en los libros el nectar de la sabiduría. Amo los libros.

* ESCRIBIR, escribir, escribir,escribir, escribir,escribir,escribir siempre. Eso ya lo he dicho ¿a que sí? ¡Es que es verdad!

*Inventar mis novelas, vivir así en otras épocas y en otros lugares. Esto también lo he dicho, bueno, pues lo repito, lo reitero, lo remarco.

*Tomar una infusión de mi gusto. Sostener en la mano la taza humeante.

* Oír buena música a veces. Otras veces escuchar la voz apaciguadora del silencio. Porque es en el silencio donde se hayan las respuestas que ansía encontrar el alma.

* Pasear descalza por la playa, sintiendo el calor de la arena o la caricia del agua de la orilla en los tobillos.

* Mirar fotografías de buenos cuadros. Mejor todavía ver esos cuadros en una exposición o en un museo.

* Componer epigramas, como diría Campoamor "El epigrama ha de ser/ a la abeja semejante:/ pequeño, dulce y picante". Pues así.

* Admirar las flores silvestres: campanillas rosas, margaritas, tomillo, lavanda...y amapolas...

* Abismarme en mis pensamientos. Mi mundo interior.

* Cerrar los ojos y dejarme acunar por el rumor de las olas rompientes.

* Sentir la caricia de la brisa que mueve las ramas de los árboles. Y escuchar el silbo del aire entre las ramas: "De los álamos vengo, madre/ de ver como los menea el aire".

* El embriagador aroma del azahar de los naranjos y los limoneros. Cosas todas ellas de lo más normal en primavera en estas tierras del sureste.

* Los jazmines que veo todos los días de camino a mi instituto. Las diamelas. La madreselva. La flor del árbol del paraíso. Las rosas. Y los alhelíes...¡qué fragancia!

* Coleccionar piedras, de formas curiosas, en especial con forma de corazón.

* Pintar piedras con hermosos colores. Crear así personalísimos pisapapeles y topes de puerta.

* Coleccionar caracolas de mar.

* Escuchar el trino de los pájaros mañaneros. Y el canto del gallo saludando el día. La algarabía de los gorriones. El vuelo de las golondrinas.

* Admirar la elegancia de los gatos al caminar, sus hermosos ojos, su displicencia de reyezuelos altivos.

* MIL COSAS MIL. Y hay muchas más. EMPEZANDO POR LAS PERSONAS.

* Dime tú que lees esta lista las cosas que me he dejado en el tintero. Las añadiré y te agradeceré que me recuerdes CUÁNTAS COSAS MERECEN LA PENA.

martes, 17 de marzo de 2009

La Azohía con anclas. Una imagen de nostalgia.

Hace tiempo que pinté este cuadrito, en témpera.
Siempre me gustó muchísimo el pequeño pueblecito de pescadores de La Azohía.
En él las montañas son tan altas que forman un circo en cuyas paredes rebota la voz, amplificada en un eco que hace notorio el silencio y la soledad.
Está claro que hablo de cómo era ese rincón natural hace unos años, no muchos, tres o cuatro a lo sumo, pero los suficientes como para que todo haya cambiado un tanto.
En La Azohía había una especie de sembrado de enormes anclas frente al muelle.
Me enamoraban esas áncoras gigantescas.
Las fotografiaba y me fotografiaba yo junto a ellas, que me superaban con mucho en altura.
Gigantesca hermosura de hierros poblados de adherencias marinas. Eso eran.
Un mal día, las anclas desaparecieron de su emplazamiento. No sé dónde están.
Ahora allí aparcan los coches.
Cada vez más coches.
El paraiso ha sido descubierto.
Pululan como negras hormigas los buceadores en el muelle, antaño feudo de pescadores del lugar.
Ya no está la lonja, que aún aparece en mi cuadro.
Pero está el mar.
Y la montaña.
Y la torre vigía de santa Elena.
Y nadie podrá arrebatarme la entrañable belleza del recuerdo.

lunes, 16 de marzo de 2009

Lo diario es lo bello

Os presento hoy un óleo sobre cartón. Es un sencillo bodegón, compuesto por unos pocos elementos, que juegan igualmente con una reducida paleta de colores.
El texto que le sigue lo he repentizado.



Simplicidad cotidiana,
conjunción sencilla de frutos de la tierra,
hermosos en su diversidad de formas,
de texturas,
de colores y aromas,
y la obra de las manos artesanas,
ese jarro verde,
torneado,
el alfar, giróvago como un derviche,
logra la forma perfecta del contorno,
y el paño blanco del mantel,
lavado por manos hacendosas...
Eso es lo más hermoso de estas cosas: que están ahí,
día tras día,
humilde espera de lo inadvertido,
que, descubierto, se hace esplendoroso.
Lo diario es lo bello.

jueves, 12 de marzo de 2009

DIARIO DE UNA PROFESORA EXPERIMENTADA. El cuento de La lechera, visto con otra perspectiva más justa

Aquí os presento otro cómic mío sobre un conocidísimo cuento que pasó a ser fábula, La Fábula de la lechera

Desde la Edad Media, en el siglo XIV, cuando escribió don Juan Manuel su cuento de Doña Truhana, está esta pobre mujer sirviendo de ejemplo de cabeza hueca.


¡Pobrecilla! Hoy alguien ( yo, señores y señoras) va a romper una lanza por esta hacendosa soñadora contando el cuento como debió ser.

Sí, sí, como debió ser. Porque es que, señores, no hay derecho...todos los fabulistas riéndose de ella, que era una pionera de la economía y el progreso, como se ha demostrado hoy en día.

La Fontaine, ese fabulista francés del siglo XVII, empezó por cambierle a la pobrecilla lo que llevaba en el cántaro, que era MIEL, como todos ustedes saben, por LECHE, total para darse el pegote de inventar la Fábula de La Lechera, que estos gabachos siempre quieren ser los más de los más, la grandeur, ya saben...

Luego vino nuestro Samaniego, en el siglo XVIII, pero también quiso que fuera leche lo que la buena doña Truhana llevaba al mercado, y tampoco le hizo justicia.

Pero aquí estoy yo, para desfacer entuertos, como diría Don QUIJOTE, cuyo buen ejemplo nos guíe a la hora de perseguir la justicia, aunque mi consejo es que usemos otros métodos para alcanzarla.


Y ahora, señores y señoras, tengo el gusto de contarles

EL CUENTO DE DOÑA TRUHANA
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Había una vez una buena mujer que se llamaba doña Truhana (vaya nombrecico, sea dicho de paso), era hacendosa, trabajadora, industriosa...vamos, que sacaba ella solica la casa adelante.

Como cada día de mercado, marchaba a vender la miel que ella recogía (era apicultora también ¿no les decía yo que era una joya?) para sacarse unos cuantos maravedíes.

Como era mujer, lo cual quiere decir que su cabeza baraja mil pensamientos al tiempo que hace otra cosa cualquiera, iba pensando en la forma de acrecentar su pobre caudal, en beneficio, claro, de sus hijos e hijas, pues su prole era numerosa.

Del marido no habla el cuento. No sabemos nada de él.

El caso es que ella valía, e inventó un sistema de mejora en escala:Compraría unos huevos, de los huevos saldrían pollos.

Vendería los pollos y compraría una oveja

La vendería y compraría una cerda preñada, para engordarla con desperdicios. Y esperaría a que nacieran los lechones.

Cambiaría la cerda y los lechones por una vaca que le daría leche y algún ternero.

Una vez rica, casaría a sus hijos e hijas con buenos partidos, e iría por la calle , muy orgullosa, acompañada de sus hijos e hijas, nueras y yernos.

Y tal fue su regiocijo, al imaginar esta halagüeña perspectiva, que comenzó a bailar y a reír,

sin querer se dio un golpe en la frente y el cántaró cayó al suelo, rompiéndose y echando por tierra, no solamente la miel, sino también todas sus esperanzas.

Ya, ya sé que fue un poco atolondrada, algún defectillo tenía que tener la buena mujer, la perfección absoluta es casi imposible, a ver, que levante la mano el que sea perfecto en todo.

¿Lo ven? No ha levantado la mano nadie.

Pero , si somos justos, le concederemos que INVENTÓ eso que tan buenos resultados está dando en el tercer mundo a muchas mujeres que se benefician de los MICROCRÉDITOS.

Mohamed Yunus, el Banquero de los Pobres, ha creído en las mujeres y en su innata capacidad para la economía familiar.

AHORA pensemos : si no se le hubiera caído el cántaro, hubiera llegado a ser mucho más rica de lo que era. Y el cuento hubiese sido más provechoso que el que todos conocemos.

miércoles, 11 de marzo de 2009

Un café con los amigos

Mucho me temo que se me ha hecho algo tarde esta noche para colgar en este blog, que es un
perchero virtual, el ropaje de mis errabundas ideas.
A esta hora, sinceramente, mi maquinaria va entrando en reposo, y apetezco más que nada el sosiego del dulce lar.
El dolce far niente, al final de la jornada, es el premio que nos concede diariamente la vida,
y mi consejo es que cada cual disfrute en todo lo que vale ese dulce no hacer nada, esa dulce holganza con un libro en la mano, una buena película en la pantalla del televisor, y quizás una infusión caliente en la taza preferida.
¡UN HERMOSO PREMIO QUE NOS DA LA VIDA!

Y hablando de premios, he conseguido poner aquí los dos que me ha concedido la amabilidad de dos personas maravillosas, y la generosidad, sobre todo.


Muchas gracias sedemiuqse y muchas gracias, Montse, ambas sois encantadoras.

Ahora os presento una pintura mía, como una invitación virtual a una taza de café, confortador y euforizante.

Que os sepa bien.



martes, 10 de marzo de 2009

Diario de una profesora experimentada. UN CUENTO MEDIEVAL, nada feminista, por tanto.

Entre los cuentos de don Juan Manuel, mis preferidos son aquellos que han tenido descendencia literaria.
Hoy os muestro uno de ellos, que conocereis seguramente mejor por la versión que de él hace nada menos que William Shakespeare en "La fierecilla domada".
Las ilustraciones son mías. Un bolígrafo, y ahí están, en viñetas, auque aquí no se aprecien bien.
Permitidme que os cuente el ejemplo con moraleja en un lenguaje más actual.

Había en un lugar que podría ser cualquiera de Europa, en esa etapa oscura de la Edad Media, un mancebo que se buscó una buena forma de salir de la pobreza; a saber, le echó el ojo a una moza que apaleaba los cuartos, como los gigolós de ahora, hijos míos, aunque el muchacho estaba dispuesto a casarse con ella, faltaría más, esto pasaba en el siglo XIV.

El inconveniente era que la moza apaleaba los cuartos, sí, pero también apaleaba a los que se acercaban a ella con ánimo de golosinear sus caudales. El chaval no se amilanó por eso, menudo era él.

-Padre, trátame casamiento con la vecina rica, que además está muy, pero que muy rica-dijo.

Al padre le pareció una locura, pero lo hizo-vista la seguridad que mostraba su retoño-, y como el padre de la doncella estaba que no veía la hora de colocársela a algún atrevido galán, pues esto es que se era, que se casaron.

¡Ah, pequeños míos, pero la historia no acaba aquí, sino que comienza.



Los familiares de ambos les habían preparado una espléndida mesa para que cenaran solicos los dos en la casa que habitarían, que tenía de todo: perro, gato e incluso el caballo del doncel, pues habéis de saber que era caballero (tenía caballo) aunque pobre.


En aquella época poseer un caballo determinaba la clase social, era importantísimo. Solamente se era caballero si se tenía un caballo.


Pero era corriente que personas y animales compartieran techo.


-Dame agua para lavarme las manos- ordenó él a su reciente esposa.


Y ella, que ya era feminista, a pesar de haber nacido en la Edad Media, respondió que nones.


Así que él se la pidió al perro y, claro, tuvo que matarlo, porque no se la trajo. Ella se partía de la risa, porque tenía un corazón de piedra y el perro lé traía sin cuidado.


Entonces él se la pidió al gato, y la sangrienta escena se repitió, igual que el ataque de risa de esa especie de defensora de los derechos de la mujer que insistía en que , si quería agua, fuese él mismo a por una jofaina.


Pero, cuando el mozo hizo lo mismo con el caballo, jurando que haría igual con todo aquel que lo desobedeciera...ella empezó a temblar, porque lo de matar el caballo era ya cosa seria, pero más que nada, le entró el pánico porque miró alrededor y allí no quedaban más que el asesino, espada ensangrentada en mano, y ella. Así es que le trajo el agua al muy...., en fin, no sabemos qué apelativo le daría la novia en su fuero interno...


Y ya tuvo él una esclava sumisa de ahí en adelante. Porque ella le tenía un miedo que para qué decir. Y se convirtió en un héroe para las dos familias, un ejemplo a imitar por todo varón que se preciase. capaz de forjar la felicidad y la armonía en su matrimonio a golpe de espada.


Y AHORA VIENE LA SEGUNDA PARTE DEL CUENTO, AQUELLA EN QUE SE HALLA LA SABIA MORALEJA

Habiendo observado el padre de la moza, la inteligente acción de su yerno, decidió someter el carácter irascible de su esposa (la madre de la moza, que de tal palo tal astilla) usando el mismo ingenioso proceder.

Se armó el buen hombre con una espada, y metiéndose en el corral de su casa, comenzó a amenazar a las aves gallináceas, cortándoles el cuello entre grandes voces y fuertes razones.
Mas su mujer, que esta si que era de las de armas tomar, le dijo así:
-Pero marido..., que ya nos conocemos cuarenta años. Deja de hacer el tonto y dame esos pollos para el arroz.






De toda la historia narrada se deriva esta moraleja:

Si al comienzo no muestras cómo eres,

al final no podrás, aunque quisieres.