lunes, 29 de agosto de 2011

¿Quién te enseñó a ti a nadar?

-¿Quién te enseño a ti a nadar?
- Un pececito del mar,
aunque tú no lo creas,
un pececito del mar.
***
¿Recordáis esta canción? Es muy antigua y siempre me ha encantado. Por eso la traigo a colación al ver el pequeño pez que cruza indiferente, o tal vez curioso, ante los dos buceadores. Parece mirarlos a la cara e interrogarlos así sobre sus intenciones con respecto a él.
Así también miramos nosotros a los ojos a nuestros interlocutores, escrutando en su expresión la sinceridad o la hipocresía, la benevolencia o la crueldad, el perdón o el rencor...
Por eso os dedico esta coplilla repentizada por mí ahora mismo:
*
Los ojos son, digo yo,
como ventanas del alma,
y buscamos ver en ellos
la comprensión y la calma.



viernes, 26 de agosto de 2011

Encuentro en el mar; la sirena y la tortuga.


El Karyam navega cerca de La Azohía, en aguas profundas, bajo el torreón vigía que domina las aguas cartageneras y del Golfo de Mazarrón.
Y yo sigo presentando el barco, escenario de muchas escenas escritas por mí, y a algunos de los personajes de mis novelas BUCEADORES e ISLA CUEVA LOBOS, que podéis ver al margen de este blog.

Y es en esas aguas transparentes de La Azohía donde Rosa Canales descubre la presencia de una tortuga. Y se lanza al mar para examinar el estado de salud del animal marino.
Se va acercando...
La tortuga la espera, no huye...
Hay que establecer una especie de diálogo con ella.
Nadar cerca...
La tortuga advierte que esa especie de sirena no le va a hacer ningún daño.
Y entran en contacto como en una conversación amigable.
Nadan en la inmensidad azul y evolucionan gozando de la belleza de la mañana.
Miran lo que hay en el fondo...posidonias, nacras, algunas castañuelas...
La tortuga se deja acariciar; está contenta, ha encontrado una amiga.
La bióloga la examina; la tortuga no está herida, pero parece algo débil. Sería conveniente estudiar su estado con más detenimiento, en superficie. Si pudiera subirla a bordo, para vigilar su estado de salud, y luego volverla a dejar en su habitat natural...


Se acercan al Karyam, Tony Méndez, el patrón está dispuesto a ayudar, también algún pasajero tiende su mano...
-Querida tortuga, pesas demasiado para mí, no puedo subirte a bordo.

(Esta escena está representada en la foto inicial de esta entrada)


-He de dejarte en el agua, aunque he visto que no te negabas a acompañarme a cubierta.
-Adiós, tortuga, eres un animal muy hermoso, quizás nos volvamos a encontrar uno de estos días.
-Adiós, sirena, ha sido una bonita amistad y un rato muy entretenido. Jamás había jugado así con una buena nadadora como tú.
Rosa, a bordo del Karyam, sigue su navegación. La tortuga nada libre y contenta en el mar.

miércoles, 24 de agosto de 2011

Encuentro en altamar con una raya



Mi hija, Rosa Canales, es Bióloga Marina, Oceanógrafa, capitán de barco y Instructora de Buceadores. No os extrañe que sea uno de los personajes de mis novelas de mar, "Buceadores" e "Isla Cueva Lobos", puesto que es mi asesora en esos asuntos.
Esta semana en altamar se encontraron con un par de ejemplares de raya que nadaban cerca del barco; Rosa se lanzó a bucear junto a ellos.

Uno de los dos animales no era sociable y se apartó de inmediato, pero el otro sí lo era y se dejó tocar incluso en el temible aguijón de su cola, con la que puede dar latigazos terribles.
Y se convirtió en el perrillo faldero de Rosa. Por lo visto,el pez se divertía tanto como la bióloga.
Nadaron juntos bajo el agua, disfrutando del inmenso azul.
La raya no se separaba de ella...
- Ven, vamos a nadar por aquí....
-De acuerdo- parecía decir el animal.

-Podemos ser amigos...¿me acompañas?
-Desde luego, voy contigo; lo estamos pasando muy bien.
-Pero yo tengo que volver a bordo de mi barco, el Karyam ¿sabes? Y tú no puedes venir conmigo para enrolarte en la tripulación, en el rol no admitimos rayas jajaja, además no puedes respirar en el aire, necesitas tu mar...



-Adiós, adiós, ha sido una bonita experiencia. Tal vez nos volvamos a ver.
-Tal vez; y si es así, acudiré de nuevo a nadar conmigo; tú sabes tratarme, no quieres capturarme, sino ser mi amiga.
*****


Este podría haber sido el diálogo ¿no?

domingo, 21 de agosto de 2011

Marejada

Algunas veces en nuestra vida sobreviene por sorpresa una furte marejada.
Tengo una amiga de blog, que comparto con algunos de vosotros, que está soportando ahora esa terrible situación psicológica, moral, vital...
Ella tiene mi apoyo, y lo sabe, pero haría falta mucho más para que a su vida volviera la tranquilidad y la felicidad perdida...

En su mundo personal todo está desde hace días desenfocado, borroso, como un espejismo en el desierto, que se desvanece y se escapa de las manos antes de lograr tocarlo.
Porque a ella le hace falta, más que el pan, unas palabras claras que enfoquen su presente y su futuro, e incluso lo que ya es pasado pero ha sido la raíz de esa mala hierba que le ha crecido a los pies, rodeándola como selva maldita.

Si alguno sabe quién es ella (no me toca a mí decirlo) por haber leído en su blog la sincera confesión de lo que le está ocurriendo, que le dé una palabra de aliento, que sea una roca a la que agarrarse, aun precariamente...
Y mi más sincero deseo: que vuelva a ella la paz perdida.
Porque ella vale mucho, tiene muchísimas cualidades, es inteligente, excelente poetisa, llena de sensibilidad, es guapa y es valiente, pero sobre todo, es buena persona, y agradecida, que es cualidad de las personas bien nacidas.
Así es que está claro que saldrá de esta, pero mientras esté en mitad de esta marejada, estaremos con ella.

jueves, 18 de agosto de 2011

De sol a sol

De sol a sol van los días, deslizándose con pereza de lagarto adormecido por el calor...
Seguramente a la vuelta de tres meses estaré renegando del frío, pero ahora me toca quejarme del calor...¡qué cansera!

lunes, 15 de agosto de 2011

Praderas de posidonia

Las praderas de posidonia crecen alfombrando de verde el fondo del Mediterráneo.
Cuanto más abunda la posidonia mayor es la salud del mar. Hallar algunos de estos filamentos verdes flotando o en la orilla significa que la calidad de las aguas de esa playa es magnífica.
¡Ojalá la supiéramos cuidar! Pero los arrastreros la dañan sin remedio.
Ramón Gómez de La Serna en sus geniales GREGUERÍAS, esas metáforas más humorismo, decía que las que encontramos en la playa son los cabellos que se les caen a las sirenas al peinarse. Me parece una preciosa definición.
Claro que otras veces decía que el hallazgo obedecía a que el mar se estaba quedando calvo.
A mí me encanta el olor de la posidonia.
Antes se hacían colchones con ella, cuando ya estaba muy seca. Supongo que eran los colchones más marineros del mundo.

viernes, 12 de agosto de 2011

Hoy os presento a...

Hoy os presento a dos de mis hijos: Rosa y Juan Ignacio. A Rosa ya la conocéis, sobre todo los que hayan leído dos de mis novelas, "Buceadores" e "Isla Cueva Lobos", porque es uno de los personajes.
Ambos hacen signos para indicar en el código de los buceadores que todo va bien.
A Juan Ignacio no os lo había presentado, y menos con el equipo de buceo puesto. Pues nada (nunca mejor dicho, ya que nada bajo el agua en esta foto) aquí lo tenéis, y os saluda y todo.
Aquí se la está jugando, porque el pez es una tembladera, que suelta descargas eléctricas y ese mismo día se le tiró a la cara a uno de los buceadores del grupo y le hizo bastante daño.


Un detalle del fondo.
Y ahora se despiden Rosa y Juan.

lunes, 8 de agosto de 2011

Un premio en tierras de sierra y aceituneros

Esta es la cróniquilla de mi agradable experiencia como ganadora del 2º premio de narrativa Rodrigo Manrique, de Siles, Jaén.
Por la mañana, dimos un paseo por el pueblo y nos acercamos al lugar clave, pues iba a ser- según nos informaron unas amables vecinas- el escenario del evento literario al que habíamos acudido.
Desde el coche yo había hecho muchas fotos como esta que os muestro, de laderas montañosas sembradas de olivos. El paisaje jienense hace soñar.
También las escarpadas cumbres de la serranía impresionan.
Las calles de Siles conservan arcos como este, resto de la muralla y un aire señorial y recoleto a la vez.
El escenario a la luz del sol. Por la noche, con el torreón iluminado y la luna en el cielo, sobre él, presidiéndolo todo, os aseguro que constituía una estampa de ensueño.
Yo, que conozco exhaustivamente la obra de Jorge Manrique, estaba absolutamente en la gloria.
Bajo el sol su delicioso entorno de calles con casitas de fachadas floridas, hacía suponer la maravilla nocturna que vendría. No quedé defraudada, y menos al escuchar los acordes de música medieval que endulzaban la noche de los premios.


Una imagen del ágape para los escritores y acompañantes antes del evento. El ambiente, de lo más cordial.
Mi acompañante, mi marido, Javier. Para mí la mejor compañía imaginable. Además es mi chófer, jajaja, sin él a ver cómo iba yo a por los premios.
¡Preparados, listos, ya....! Los ocho premiados. Por orden de izquierda a derecha, 1º premio y sucesivos. Nuestros manuscritos en la mano para la lectura.
Mi turno de intervención. La luz que iluminaba el atril me cegaba con respecto al auditorio. Digamos que estaba sola con mi texto; “Un Cyrano cualquiera”, cuyo argumento se centra en un joven con una grave deficiencia física que, enamorado de una muchacha llamada Elisa, sin posibilidades de ser correspondido, acepta poner sus dotes para la palabra escrita al servicio de las pretensiones de su amigo Mario, que logra así conquistarla. El protagonista se presta a esa estrategia (como hizo Cyrano de Bergerac) porque siente que enamorar a Elisa con palabras emanadas de su corazón es el único triunfo al que puede aspirar.
El señor que está en primer término es un Concejal que hizo una semblanza de don Rodrigo Manrique y de la infancia de su hijo Jorge Manrique, el genial autor de las "Coplas por la muerte de su padre", transcurrida en esa casa, con juegos en aquella plaza. Me encantó oírlo, me emocionó hallarme en un lugar con tanta historia.
Al fondo estoy yo. Era el maremagnum tras acabar el acto de entrega de premios.
Posando todos con el Alcalde, que aparece en la imagen a mi derecha, izquierda de la foto.
Con el 2º premio de poesía, que venía de Cádiz.
Al día siguiente. El dueño del hotel, don Santiago Cruz, nos mostró las instalaciones, las espléndidas terrazas, y nos hizo algunas fotos.
Como ésta.
Aquí estoy conversando con don Santiago Cruz, que nos ponderó la excelente gastroinomía de su Restaurante (doy fe de que no exageraba) con una simpatía arrolladora. Me hizo firmar en el Libro de Honor del establecimiento.


¿Habíais visto alguna vez esta señal de tráfico? Por los alrededores del Río Mundo abundaba.
No pude resistirme a fotografiar varias de ellas jajaja...¡Mira que si te sale un sapo saltarín por la carretera!

Se me olvidaba esta imagen del restaurante del Hotel Cruz.

Aquí estoy en Ríopar, en el camino de vuelta.
Y con esta imagen despido esta entrada. Ya veis, quería compartir con vosotros la alegría de estos dos días en tierras de Jaén.