domingo, 30 de diciembre de 2012

Queridos amigos, hoy os quiero dejar mis mejores deseos para el año 2013:

 Que el mejor espíritu de ilusión ante las cosas buenas de la vida, por muy menudas que sean, anide en vuestra mente y en vuestro corazón. Ya que lo que pensamos también forma parte de nuestra realidad.



Que esas ilusiones optimistas sobrevuelen vuestar vida con poderosas alas, para elevaros y no dejaros caer en la tristeza, sea cual sea el terreno por el que tengáis  que transitar.

 Que en vuestra mente dancen las buenas ideas, 
en  vuestro corazón dance la alegría,
 en vuestra boca dance la sonrisa
 y en vuestra lengua las buenas palabras,
 que alegran tanto al que las recibe como al que las prodiga, que son  fuego en que  caldear el alma, 
candela ofrecida en la oscura noche,
 pan y sal que reaniman 
y aguaque vivifica para el sediento.

¡QUE EL AÑO PRÓXIMO SEA PARA TODOS VOSOTROS UN AÑO LUMINOSO!

miércoles, 26 de diciembre de 2012

Si paso a paso se apaga el sol...



si paso a paso se apaga el sol de este año, esperemos que se apaguen también los fuegos que el dolor y la injusticia ha encendido en tantos agraviados, a los que no podemos olvidar en estos días en que parece que hay que estar contento contra viento y marea.

Si paso a paso avanzan hacia su ocaso los días de este año de venturas, pero también de desventuras, esperemos que el  amanecer del próximo  nos deparen alguna perspectiva de mejora.

Siempre pensé que es imposible ser feliz si no se cuenta con una buena dosis de egoísmo, un egoísmo que permita ver sufrir al prójimo sin sentirse afectado por su sufrimiento. 

Sin embargo, hagamos lo posible por no añadir más leña de sufrimiento al fuego del que sufre, y brindemos una palabra de ánimo o lo que podamos aportar en apoyo del desconsolado.

Con mis mejores deseos para todos los que lean estas líneas,  feliz fin de año y feliz año nuevo.

miércoles, 19 de diciembre de 2012

Una estampa de Navidad



Con este retazo de un capítulo de mi novela "AURA" os deseo unas Navidades llenas de paz interior. Que la tranquilidad plante cara a los nervios, que están siempre a flor de piel, que la armonía familiar sea superior a cualquier tipo de enfrentamiento, que leais buenos libros y comáis buen turrón, y que afronteis el año nuevo (después de comprobar que el mundo no se ha acabado este 21 de diciembre) con todo el HUMOR y el AMOR de que seais capaces.




57.-NAVIDAD EN ZAFRANERA. UN BELÉN MANCHEGO. 1958.


El cielo presentaba en la fría mañana de Diciembre un color de algodón sucio, preludio de lo que no tardó en producirse. Primero menudos, como cabezas de alfiler, y luego gruesos como peladillas, los copos de nieve caían leves y silenciosos como gélidos pétalos de invierno.
Sobre el suelo de las calles se posaba la nevada como una alfombra de pureza cegadora y en los portales de las casas unos montoncitos blancos se acumulaban como buscando el abrigo de la piedra.
La casa señorial de los Soto aparecía aún más imponente, cubiertas sus tejas por el manto níveo, y las gárgolas coronadas también de blanco abrían sus fauces amenazadoras que manaban agua nieve.
El enorme portón de dos hojas estaba abierto de par en par, no para que entrara por él un carruaje, sino como invitación a los vecinos del pueblo y a la chiquillería. Unos y otros en esos días, con motivo de la Navidad, tenían franca la entrada a tan imponente y cuidado patio.
Allí, en el antiguo recinto de carruajes, protegido por la ancha galería sostenida por columnas, estaba instalado el monumental belén de artesanía integrado por más de doscientas figuras de regular tamaño, propiedad de la familia Soto, colocado sobre tablas que descansaban en fuertes caballetes de madera cubiertos por telas antiguas de tono verdoso.
Las propias manos de Aura Soto distribuían cada Navidad las figurillas por el ingenuo escenario, situando con especial cuidado las del Misterio del Nacimiento. Pero no solamente eran sus manos sino su inteligencia y su buen gusto los que actuaban consiguiendo el armonioso conjunto.
Gozaba Aura con el pasmo de los niños pequeños ante los mil detalles de aquella obra de arte. Nada era dejado al azar. Allá un montoncito de leña de vid, más allá unas ramita figurando un bosquecillo-oasis donde reposaban los camellos de la caravana de los Magos. Las estrellas de cristal de Venecia, con más de un siglo de antigüedad, colgaban de hilos de sedal invisibles sobre el portal…
Todo, todo estaba medido para convocar las miradas hacia la Madre, el Niño y el Patriarca José.

jueves, 13 de diciembre de 2012

Un óleo con amapolas

Hace muchos años pinté este lienzo que representa un jarrón con amapolas y margaritas silvestres.

También compuse unas coplillas sobre las amapolas y las flores del campo. Ahí van:

    Las hermosas amapolas
      son flores de un solo día,
ojalá duraran siempre
  como soles de alegría.

    Entre hierbas la amapola
nos regala su armonía,
   su roja sonrisa hermosa
    como una luz de alegría.

         La bondad cuando es humilde
como una flor campesina
es más  pura y agradable,
      puesto que en poco se estima.
Y, si el orgullo engreído
se quiere medir con ella,
siempre quedará vencido 
 en su pérfida querella.


lunes, 10 de diciembre de 2012

Contra el pesimismo



Contra el pesimismo que nos acecha, dadas las circunstancias adversas que nos rodean, se me ocurren algunas frases para combatir el desánimo:
 
Cada día, a pesar de todo, tiene su pequeño paraíso. Piénsalo, seguro que hay algo bueno que has encontrado a pesar de los pesares.

Mira la hermosura de estos árboles que he fotografiado; estas maravillas existen en el mundo, en tu mundo. 

Procura no hundirte; quizás eres la tabla de salvación a la que alguien espera agarrarse para que su ánimo no se vaya a pique.








sábado, 1 de diciembre de 2012

Me despido





Queridos amigos, con esta entrada me despido por unos días. Me voy de viaje y espero aprovechar para descansar y también para localizar escenarios de acción que me sirvan para mis novelas.

Os dejo unos textos de uno de los capítulos de AURA. La novela que está en proceso de reedición.

Hasta la vuelta:


******


(...)

La noche anterior había llovido algo, no mucho, lo suficiente para que la tierra exhalara vahos de creación estrenada, para que la hierba brillara enjoyada con diminutas gotas de agua, para que las flores de la primavera lucieran sus colores más frescos, el lujo de los lirios del valle, que dice el Evangelio, superior a la pompa de Salomón y sus mantos reales.

(...)



    Las había de muchas clases: las palomas zuritas, con su gran envergadura y su plumaje ceniciento azulado con reflejos metálicos verdes en el cuello y morados en el pecho, las palomas torcaces, más grandes, palomas buchonas, palomas silvestres y palomas reales, la mayor de todas las variedades.

    El Sinforoso, el Sinfo, cambió la cara que adquirió una expresión de ternura. Comenzó a emitir sonidos imitando el zureo con que las palomas arrullan y empezó a susurrar palabras tiernas a sus protegidas:

    -“Zuritas, hermosas, zuras, zuritas… ruuu, ruuu, zuras, zuritas bonitas, guapetas…, ruuu, ruuu…”

    Las aves acudían a él esperando el grano con que las alimentaba o el regalo de una caricia. Movían sus cuellos con alegre viveza, se le posaban en brazos, hombros y cabeza, mientras él no cesaba de reír.