Muchas veces dibujo a don Quijote, perseguidor de la utopía de la justicia, poerseguidor de sueños.
En sus ojos, Dulcinea, en su boca, la cortesía dedicada a unas damas que no lo eran.
Alonso Quijano el Bueno. El apodo lo define, porque sólo los que son buenos pueden soñar. Y sólo gracias a los sueños avanza el Mundo y se transforma.
Se reían de él. Siempre la masa amorfa se ha reído y se ríe del soñador que, precisamente porque sueña un mundo mejor, pone su tesón y su esfuerzo en mejorar su entorno.
Amaba los libros, y aquel tiempo idealizado de los caballeros andantes, hombres de honor sobre toda ponderación. Nunca existió tal tiempo de bondad y lealtad, pero es necesario seguir soñándolo. Dicen que los sueños se hacen realidad muchas veces. Tal vez...
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