lunes, 15 de septiembre de 2008

Aldonza

Nadie ha oído la voz
de esta manchega dama,
nadie sabe en quién piensa
ni adivina a quién ama.
Quizás al caballero
que con Sancho cabalga
por los llanos manchegos
y Dulcinea la llama.
Quizás la ha enamorado
el brillo de sus armas
o su porte altanero
o su cultura vasta
o, más probablemente,
su valerosa alma,
sus rendidas palabras,
su cortesía innata.
Quizás la ha conmovido
su lucha denodada
por llevar la justicia
a donde es demandada,
y el que proclame al viento
que libra sus batallas
en honor de su dama,
reina y sol de La Mancha.
Ella, Aldonza Lorenzo,
amada y adorada,
tiene por don Quijote
el alma conquistada.
Sabe que siempre lucha,
sabe que nunca gana,
mas sabe que la invoca
al entrar en batalla.
Y siente, conmovida,
que a don Quijote ama,
y en El Toboso espera,
amante, su llegada.
Y el Caballero Andante
sólo piensa en hallarla,
rendirle pleitesía
y ofrecerle su espada,
y llamarla princesa,
su señora, su dama,
la más bella entre bellas,
la Reina de La Mancha.
Por eso impone a Sancho
su marcha apresurada
camino de El Toboso,
en busca de su amada.

2 comentarios:

Antonio Verdú Asís dijo...

Precioso poema Rosa, delicado canto y homenaje a la MUJER.

Rosa Cáceres dijo...

Gracias, Antonio.