Comienzo hoy una serie de Microrrelatos en este blog, que tan anárquicamente escribo.
Para ser sincera, este tipo de relato no me parece sino una especie de chispazo, insuficiente para desarrollar una verdadera narración.
Considero el microrrelato algo así como una greguería algo crecida, pero subsidiaria del ingenio.
En honor de Ramón Gómez de la Serna.
CONSULTAR CON LA ALMOHADA
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Siempre había oído decir que los problemas y las grandes decisiones habían de consultarse con la almohada. Por eso no se extrañó cuando comprobó que su almohada hablaba, mejor dicho, le hablaba a él cada vez que su mente estaba ocupada por algún dilema.
-¿Y cuándo no tenía ningún asunto que analizar ni tenía que tomar ninguna decisión?
-Entonces la almohada hacía música o imitaba el sonido del viento o del mar.
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3 comentarios:
Hola Rosa, la almohada tiene a veces psicología y te aconseja lo que más te conviene, acierta o no, pero otras no te deja dormir. No obstante, por eso hay que seguir consultando con ella.
Saludos.
Mira que intento escuchar los consejos de mi almohada noche tras noche, pero siempre me quedo dormida...
Eso es que tienes la conciencia tranquila y no necesitas consejos.
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