
lleno de ilusiones,
cada una de ellas distinta de las otras,
pero todas capaces de hacer que un nuevo día
sea lo que siempre debiera ser: una aventura inesperada,
un territorio vital por explorar.
Caracola, perla o estrella de mar,
esqueleto de erizo,
piedra en forma de corazón...
Son símbolos de los mil componentes
de los días de tu vida en verano.