
Esto de los profesores tiene delito, jajaja. No hay forma de despegarse del deber, ni los domingos, oye, que ya parece que...Y además se lleva uno o una (lo que cada cual sea) los problemas de los alumnos (los que dan o los que padecen y tú sabes porque te han pedido ayuda) en la cabecica, que se te aparecen las caras de los chiquillos hasta en sueños. Como que son "hijos didácticos", como digo yo, criaturicas de Dios... Y claro, con edad ya de amores, desamores, traiciones y tó lo que se pesca en los antros de corrupción botellonil... pues la cosa está que arde, algunas veces, porque otras parece que todo va como la seda, que no sé yo cómo irá la seda, pero se dice mucho.
A ver si me hacen el examen medio qué, vamos sin decirme muchos disparates, que hay que ver qué cosas escriben, por ejemplo, que la mejor obra de Blasco Ibáñez fue ..."Mortadelo y Filemón" o que "Edipo" la escribió Sofócales.
Claro que cuando la cosa es de ete calado, por lo menos hace reír, que parece un chiste.
Me entero de lo de Luis Leante y me hago cruces. Claro que eso si que tiene delito; no solo es profesor, sino que es profesor de Latín ¿a quién se le ocurre?, y novelista, y ganador del premio Alfaguara del año pasado, y autor de "Mira si yo te querré" (una novela ante la que hay que descubrirse, con los nevazos que están cayendo), y por si fuera poco, resulta que es de Caravaca de la Cruz...¡si es que no se puede aguantar! ¡Ay, ay ay, pero qué malísimos son algunos profesores!
Pongo dos exámenes, de diez preguntas cada uno.Acabo medio majareta. Los meto en la carpeta específica, que tengo preparada, otra muestra de mi material personal de trabajo.
Por cierto, que a los alumnos les gusta mucho esta carpeta , he tenido que hacer fotocopias para que se hagan carpetas iguales a cuatro alumnas que me lo pidieron.
Y con el trabajo hecho, respiro; es un decir, porque tengo el segundo trancazo de narices de la temporada y no sería capaz de oler ni el más fuerte de los perfumes, yo, que tengo el olfato de un perdiguero de Burgos. Pero de la garganta estoy mejor, los antibióticos que me recetó el especialista, claro. Como no quise dejar de ir a clase, para explicar la materia de estos exámenes que acabo de poner ahora....
Otra vez, en el pecado llevo la penitencia.
Bien, bien, bien...¡¡¡Ya soy libre!!! ¡¡¡Mi caballo alado me espera!!!
-¿Qué caballo?- preguntarán amoscados los que lean esto.
-¿Acaso tienes un equino metido en el piso? Pues no te arriendo las ganancias, como se líe a dar coces a los muebles, y con lo que en sucian, que tendras el piso como una cuadra, lo estoy viendo, y el vecino de abajo...con los cascos puestos para no oír el ruido que hará el dichoso jamelgo por el pasillo con los cascos.
No se sulfuren, calma, haya paz: la SOLUCIÓN , bajo el retrato caballuno.

SOLUCIÓN: este caballo lo he pintado yo, es una pintura a la aguada, es muy bonico, pero no es el Pegaso -el hermoso caballo alado que, según la mitología griega, nació de la sangre de Medusa cundo fue decapitada por Perseo-en que pretendo escapar, sino en el más amanoso "pegaso" de un libro, el que estoy leyendo ahora mismo. "DELFINES", de Alberto Vázquez Figueroa.