Nos sigue por donde andamos
constante una Negra Sombra,
la que amargó a Rosalía
sin dejarla vivir sola.
Por dondequiera que fuera
la seguía la Negra Sombra
y teñía de penumbra
sus minutos y sus horas.
Igual la Sombra me sigue,
y me acompaña y asombra,
que no ha de ser en Galicia
donde se encuentre a la Sombra
y a menudo está con todos,
aunque ninguno la nombra.
2 comentarios:
Este bello poema, que nos abre el corazón y sentimientos hermanos nos delata esa sombra como bien dices que tenemos todos y pocos nos damos cuenta de ello.
Si así lo hiziesemos desvelaríamos tantas zonas "oscuras" que nos aprisionan en nuestro deambular por la vida.
Terapia sabia la de la amistad, que cuando prospera la sombra se desvanece ante la fuerza de ese "ente común y unido" que da espíritu y luz al alma.
Mis mejores felicitaciónes.
Pedro. (del Museo Pobre)
Gracias, Pedro.
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