Esta escena, labrada en el metal de una puerta de doble hoja con un encanto casi infantil, está en Elche. Me imagino que cientos de personas pasarán junto a ella sin mirarla siquiera, pero a mí me subyugan estos detalles de ornamentación artesanal que dotan de una personalidad única a edificios, jambas, ventanas o viejos portalones.
¿Quién labraría esta escena épica de leyenda? ¿Pensó en sant Jordi o quizás tan sólo en un cuento de paladines valerosos y princesas cautivas? ¿Quién encargaría esta labor de labrado en metal, tal vez un rico hombre o tal vez el propio artesano, porque esta sería su casa? ¿Qué quedará hoy en día del antiguo esplendor tras esa puerta cerrada en el centro histórico de la bellísima ciudad del Palmeral y el Misteri?
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