jueves, 25 de diciembre de 2008

Navidad en Ciudad Real


Ciudad Real, reloj del Ayuntamiento. Suena el villancico "Campanas sobre campanas", en la sonoridad de las dos filas de campaniles de bronce que flanquean el balcón que hay a la derecha de la fachada.
Son las doce del mediodía. Se abre la doble puerta de la balconada y aparece Miguel de Cervantes, portando unos rollos de pergamino bajo el brazo, más un tintero y una pluma de ganso, preparada para la escritura.
No tarda en aparecer Sancho Panza, con una hogaza de pan, una ristra de chorizos y una jarra de vino, que lleva golosamente a los labios de vez en cuando.
Por último hace su aparición en la balconada el mismísimo Caballero de la Triste Figura, por otros nombres don Quijote de la Mancha , el Caballero de los Leones, y -más verdadero- Alonso Quijano el Bueno. Trae en la mano izquierda un Libro de Caballerías abierto. Tal vez sea el de Amadís de Gaula, que tanto admira. Y en la diestra, empuña la espada que mueve con brío a la vez que, según se ve, lee algún pasaje de gran ardor caballeresco y aventurero, pues viene abstraído en la obra y ajeno por completo a la realidad.
Las tres figuras mecánicas, de tamaño natural, evolucionan durante cinco minutos en que hacen las delicias de todos los que los miran, embobados por la gracia de la estampa, nostálgicos de la lectura de la inmortal obra cervantina, tan llena de honda filosofía, envuelta en humor tolerante y socarrón.
Y nace el propósito de volver a deleitarse, una vez más, en las páginas paladeadas del Quijote.
Navidad 2008 en Ciudad Real, Almagro y Puerto Lápice.

3 comentarios:

Antonio Verdú Asís dijo...

Ciertamente en España hay lugares encantadores, y los que citas deben ser emocionantes, yo únicamente he estado en Almagro, pero en otras fechas. En Navidad tiene que ser una gozada.

Rosa Cáceres dijo...

He leído "El Quijote" completo varias veces, fragmentariamente, muchas más, claro está. La filosofía del hidalgo manchego me conmueve profundamente, cuando aconseja a Sancho, como si fuera un hijo suyo, con ocasión de lo de la ínsula Barataria.
Figúrate si me gustó encontrármelos por sorpresa asomados a un balcón en Ciudad real.

Amig@mi@ dijo...

Tiene que ser muy bonito en persona ¿No?
Nos conformaremos con lo que tu cuentas.
Besos amiga