lunes, 23 de febrero de 2009

El cielo que habitamos

Cuando abro una carpeta de cartulina, pintada por entretenimiento y olvidada quizás entre mil papeles acumulados en una estantería, más de una vez me reencuentro con mis balbuceos poéticos del pasado. Este ha sido el caso.

EL CIELO QUE HABITAMOS

No estás, amor, en el beso.
No resides, amor, en el abrazo.
Amor, tú estás en esa lágrima
que con la lágrima del otro se ha mezclado.

No te hallaré, amor, entre la gente,
Ante muchos, jamás yo te he encontrado.

¡Solos, amor! ¡Tú y yo, amor, solos!
¡Te daré las caricias de mis manos!
¡Te daré los pedazos de mi alma!
¡Entrarás en el cielo que habitamos,
cuando, amor, los dos lloramos solos,
cuando, amor, solos los dos estamos!

5 comentarios:

divagador@ dijo...

cuantas veces hemos soñado con un amor que no tenemos, que perdimos o simplemente no encontramos... cuantas veces hemos querido habitar un cielo compartido o recordado haberlo habitado...
hermosas tus poesias... besos

Rosa Cáceres dijo...

Es un milagro que desde tan lejos que estamos nos comuniquemos con tal celeridad, Divagando. Acabo de publicar este poema de amor y ya lo has leído y comentado. Es fabuloso. Muchísimas gracias.

Carmen Conde Sedemiuqse dijo...

Es precioso y el dibujo igualmente
besitos y amor
je

Amig@mi@ dijo...

Es muy bonito, sale del alma, y llega al alma...
Mañana yo poesía, me diste envidia ;)
Besos

Rosa Cáceres dijo...

Gracias sedemiusqse, eres muy amable, me agrada que te guste mi poema.
Montse, no me perderé el poema que compartas con tus seguidores, entre los que, naturalmente, me encuentro. Estoy deseando leerlo.