martes, 3 de febrero de 2009

A una fuentecilla rumorosa


Breve círculo en la estrella,
agua redonda, estrellada,
y en el centro el surtidor,
que es la imagen de tu alma
casta, rumorosa, pura,
pues está hecha
de agua.
Y el rumor de tus
canciones
en la fuente el eco agranda
y rebosa de tu círculo
a la estrella que lo guarda
y lo contiene,
amorosa,
en ocho puntas acuáticas.
Esa estrella, fiel,
refleja
la verde sombra arbolada
y el azul claro del cielo
tan limpio
y pleno de calma.

4 comentarios:

Amig@mi@ dijo...

Qué bonitas la fuente y tu poesía.
La una sin la otra pierden...
¿Es árabe?
Me recuerda a las de la alhambra

Alvaro dijo...

Que graciosa resulta la fuente, y tu poesía es tierna como corresponde a dicha fuente, todo un acierto

Rosa Cáceres dijo...

Gracias, Amiga. La fuentecilla pertenece a la alcazaba de Almería. Me encantan estas fuentes pequeñas, que sususrran su acuática canción y ponen el acento al silencio, sólo roto por el píar de los pájaros y el murmullo de la brisa.
Álvaro, me agrada que captes la ternura inspiradora de esa humilde fuente, a la vez tan plena de belleza. Y ¡sabes? en el agua de la estrella nadaban minúsculos peces rojos que se resguardaban bajo la sombra circular del plato.

Amig@mi@ dijo...

Rosa, que medices???
En la alcazaba de Almería?
jaja
la tengo aquí al lado y no la reconocí.
Un besote