Breve círculo en la estrella,
agua redonda, estrellada,
y en el centro el surtidor,
que es la imagen de tu alma
casta, rumorosa, pura,
pues está hecha
de agua.
Y el rumor de tus
canciones
en la fuente el eco agranda
y rebosa de tu círculo
a la estrella que lo guarda
y lo contiene,
amorosa,
en ocho puntas acuáticas.
Esa estrella, fiel,
refleja
la verde sombra arbolada
y el azul claro del cielo
tan limpio
y pleno de calma.
4 comentarios:
Qué bonitas la fuente y tu poesía.
La una sin la otra pierden...
¿Es árabe?
Me recuerda a las de la alhambra
Que graciosa resulta la fuente, y tu poesía es tierna como corresponde a dicha fuente, todo un acierto
Gracias, Amiga. La fuentecilla pertenece a la alcazaba de Almería. Me encantan estas fuentes pequeñas, que sususrran su acuática canción y ponen el acento al silencio, sólo roto por el píar de los pájaros y el murmullo de la brisa.
Álvaro, me agrada que captes la ternura inspiradora de esa humilde fuente, a la vez tan plena de belleza. Y ¡sabes? en el agua de la estrella nadaban minúsculos peces rojos que se resguardaban bajo la sombra circular del plato.
Rosa, que medices???
En la alcazaba de Almería?
jaja
la tengo aquí al lado y no la reconocí.
Un besote
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