así digo yo las frases,
en serio, para que pienses,
y en broma, para que pases
momentos de buen humor
y momentos de alegría,
que las penas vienen solas,
sin llamarlas, cada día.
amante del epigrama,
que con su agudeza hiere
y en la herida sal derrama.
se amaban como leones.
Todos los amantes tienen
atados los corazones.
Julieta adoró a Romeo
sin atenerse a razones.
Y yo estoy loca por ti
¡No sabes cómo me pones!
***********
Me caldean el corazón
las palabras que me dices,
y me llenan de ilusión
cada vez que me bendicen
como te bendigo yo.
Y en plan sátira:
"Ojos claros y serenos..."
Comienza así un madrigal
¿Cómo comienzo yo el mío,
si tú eres un animal?
17 comentarios:
Se me ocurre que deberías tener cuidado con el Sr.Quevedo, mira que tal y como andan las cosas últimamente....te pueden pedir un pastón por Derechos de Imagen,ja,ja.
Te ha salido super bien (como dicen los niños)
Me encanta la serie de coplillas que nos pones.
Sigue, sigue...ja,ja. como las pilas, no pares.
Besos
"no sabes como me pones" jijiji qué gracia, no me esperaba este final, eres la caña de España jijiji
Biquiños!!!
Hola, Rosa. De nuevo por aquí, paso a saludarte.
Me ha encantado la cenefa de bailarines. Y la caricatura de Quevedo, estupenda. Un beso
Arantza, desde luego tienes razón, pero creo yo que una caricatura...jajaja
Me parece que voy a perder la fama de seriedad con estas excentricidades que últimamente me estoy permitiendo.
No quisiera escandalizar mucho. Que soy una mujer realmente seria, tétrica y amargá jajaja
maruxiña, eso es lo que en Literatura se llama un estrambote, un verso (pueden ser más) añadidos a una estrofa.
A mí me encantan, por algo soy estrambótica en mi proceder.
Clares, hola, hola, hola...lo malo es que ya ves que lo escribo con hache jajaja, si estuviéramos aun en la playa, escribiría ola, ola, ola.
Los dibujillos de los bailarines medievales los hago constantemente, me gusta pintar monigotillos así, o encaramándose a las letras capitales. Soy de bolígrafo inquieto.
Estaremos en contacto.
He escrito aún sin acento, perdón, perdón...las prisas son nefastas.
No sé a qué "aún" o "aun" te refieres, Rosa. No lo encuentro.
Sabe bien vuesa merced que aun, como adverbio de modo no debe ser acentuado mientras que, como adverbio de tiempo, acento ha de llevar.
¿Tétrica y amargá, además de estrambótica?
A ver si me he confundido de blog.
¡Ja, ja, ja, ja!
Bien por esos garabatos y coplillas.
¿Debo entender que, al igual que su seguro servidor, usted también admira a Don Francisco de Quevedo, azote de Góngora, Don Luis, ("Érase un hombre a una nariz pegado")?
Un cordial saludo.
Jota Ele, el aún era de tiempo, era de tiempo...jajajaAunque no lo hayas encontrado. me precio de saber de estas cosas, al fin y al cabo, es mi profesión.
Y sí, caballero, debo confesar que admiro al autor conceptista, pero no comparto con él ni su misoginia no la metedura de pata que cometió al hacer burla de Góngora en el soneto que dice: Quien quisiere ser culto en sólo un día/ la geri-aprenderá- gonza siguiente..."
la verdad es que el cordobés rescató del latín términos que hoy en día todos usamos con naturalidad (joven, presiente) y enriquecen el acervo de nuestra lengua.
Admiro también al Monstruo de la Naturaleza (Lope de Vega) tal como lo llamaba el Manco de Lepanto, que es para mí el primero entre los primeros. La nobleza que muestra en su "Viaje al Parnaso" es inigualable.
Pero ¿qué me dice usía de Fray Gerundio de Campaza, alias Zotes?
Y sí, si que soy un poco tétrica. Con mis novelas hay quien llora en abundancia, con decirte que he curado casos de sequedad ocular perniciosa...jajaja
Hola, Rosa, me he dado una vuelta por tu blog tras los comentarios que has hecho a dos de mis entradas en el mío. Estoy totalmente de acuerdo con las citas de Quevedo, un personaje que, de haber vivido en nuestro sglo, habría levantado ampollas y removido más de una conciencia.
Me alegro de conocerte. Un beso
No me cabe la menor duda que sabes más que yo de estas cosas que, la primera vez que mis hijos me hablaron de la palabreja "tilde", dije muy circunspecto:
Ezo, ¿qué ez lo que ez?
Hen cualkier kaso, tengo para mi que mi hortografia es haceptavle, mientras no se demuestre lo contrario. E dicho.
¡Ja, ja, ja, ja!
Y Góngora, ¡ah! Góngora: "En una de fregar cayó gato caldera".
Por cierto. Ya te digo en mi blog que tus comentarios sí que salen. Lo que ocurre es que tengo habilitada la moderación de comentarios. Hay algún que otro indeseable anónimo pululando por ahí que se dedica a decir estupideces y a insultar. Por eso, prefiero ver los comentarios antes de publicarlos.
Pero, puedo prometer y prometo que tus comentarios saldrán a la luz mientras el Sumo Hacedor me de ocasión para ello.
Saludos cordiales.
Diego, muchísimas gracias por tu visita. Tu blog me encanta, por eso serás visitado por mí en más de una ocasión.
Quevedo es ácido y mordaz, pero es que, además, es de las pocas caricaturas que me salen bien jajaja.
Me agradan más las personalidades más bondadosas y amble. No olvidemos cómo menospreciaba a cualqier mujer, a pesar de ser el autor del que está considerado mejor soneto amoroso de nuestra lírica. Eso demuestra que de la teoría a la práctica...jajaja
Jota Ele, Juan Ramón Jiménez pretendió reformar nuestra ortografía y pasar de la ortografía etimológica a la fonética, por eso escribía "antolojía". Quiso eliminar la Hache, porque es muda y un sinfín de trabas y trampas en las que cae fácilmente quien no sabe latín jajaja. No lo corrieron a gorrazos porque era un Nobel de Literatura.
Hoy en día ha pretendido algo similar García Márquez, aunque con menos insistencia.
No es ninguna memez, sin dominar el latín algunas reglas ortográficas tan sólo se cumplen haciendo uso de la memoria.
En cuanto a Góngora, lo prefiero en su etapa de "príncipe de la luz", no "de las tinieblas", cuando decía aquello de "ándeme yo caliente/ y ríase la gente".
Gracias por su promesa, el voto de un caballero se cumple indefectiblemente. Lo sé.
Efectivamente, Juan Ramón Jiménez en su momento y García Márquez hace unos años, pretendieron, afortunadamente sin éxito, cambiar las reglas de ortografía por una especie de "sálvese quien pueda".
Por una vez, Rosa, lamento discrepar contigo y pienso que SÍ es una memez. Las reglas ortográficas están ahí para y por algo.
Y, tienes razón. Sin haber estudiado latín, la ortografía se convierte exclusivamente en un ejercicio de memoria.
Desgraciadamente, a través del desastroso sistema educativo que nos aqueja, nuestras "autoridades" han preferido que nuestros hijos estudiaran otras "disciplinas", (nunca mejor puestas las comillas), en detrimento del latín. Me refiero a "asignaturas" tales como "Educación para la Ciudadanía", por poner un ejemplo. No quiero entrar ya en otras asignaturas, como por ejemplo Historia que, en ciertas partes de nuestra geografía, lo estudiado es simplemente mentira.
Hablando ésto con mis hijos hace unos años, me preguntaban por la razón de estudiar latín, "si ya no lo habla nadie".
"Porque enseña a pensar", les dije. Porque enseña a pensar.
Y te lo dice alguien que ha tenido que estudiar latín y no sólo en el Bachillerato aquel que yo cursé, que ese sí que era un plan educativo.
Quizás por la razón que les expuse a mis hijos, es por lo que han desterrado el latín de los planes de estudios.
Sí, quizás.
Un cordial saludo.
jajaja, pues yo lo de pensar con estas frases, no mucho, mas bien me he reído :D
Besos
Jota Ele, dejemos la política educativa que, como profesora que soy, me pongo de los nerviossss jajaja
No debo de haberme expresado bien, ¿cómo me va a parecer a mí una memez el latín y la ortografía? ¡Pero si estudié Románicas! jajaja No dejé el letín en toda la carrera.
Amig@, si te ríes, es mi triunfo, piensa quie en la risa navega la sabiduría vital...Ahora ya sabemos que la risa es terapeútica.
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