viernes, 11 de septiembre de 2009

Os presento otra de mis novelas: Buceadores


Me gustaría hablaros de otra de mis novelas: BUCEADORES

Aquí están la portada y la contraportada del libro.


El de la foto es Antonio Méndez Campuzano (uno de los personajes) rescatando un ánfora romana a gran profundidad.


Buceadores (Editorial Atlantis. Madrid, 2006)
Es novela histórica y de aventuras. El rescate de unas monedas del tesoro de Escipión Africano, es el hilo conductor de una trama en que se debaten los intereses de buceadores, numismáticos y policías que persiguen a los expoliadores de restos arqueológicos. El odio y el revanchismo mueven a su vez a un grupo de oscuros personajes (Emilio Galifa, la Éboli…) que complican el argumento.

Esta foto es de la presentación en la Universidad Popular de Mazarrón. Con Concejales de Cultura y Turismo, yo, Santiago Delgado y el editor de la Novela, que vino desde Madrid. Miramos un poco a la izquierda porque había una gran pantalla en que se proyectaban imágenes de los escenarios reales de la novela, con música y todo. Estaban tomadas siguiendo al Karyam y las maniobras de navegación, así como a los delfines y ballenas que abundan en la zona.

Esta foto es de la presentación en el Museo Ramón Gaya de Murcia.

Con Santiago Delgado, Académico de la Real Academia Alfonso X de Murcia.

Para encontrar más información, teclear Buceadores Rosa Cáceres en GOOGLE y saldrán páginas y hasta películas.



Algo sobre esta novela

Lo mejor de esta obra es que muchos de los personajes son reales y actuales, al igual que muchos de los avatares que se narran.

Me costó un gran esfuerzo de documentación histórica, pero no fue menor el esfuerzo de hacerme con la terminología y los tecnicismos del buceo, la arqueología, la numismática y la navegación. Claro, que tuve muy buenos asesores, expertos en esos campos, y que manejé toda una montaña de libros.

Otro campo en que también me documenté en cierta manera fue el de los nombres y apellidos de los protagonistas y personajes ficticios de la novela -pues está claro que a los reales los dejé con sus nombres y sus apellidos verdaderos- . Para ello, eché mano de mi conocimiento de la zona, en que abundan unos nombres más que otros, y del listín de teléfonos, en que busqué apellidos que me agradaran y fueran lo suficientemente comunes allí como para que nadie se sintiera particularmente aludido. así pues, también ese extremo está cuidado.

El escenario
Los lugares que aparecen son reales: Cartagena, La Azohía, Isla Cueva de Lobos, Isla de Mazarrón, Cabo Tiñoso, el Alamillo y sus ruinas romanas, la fábrica de salazones de debajo del Faro en Puerto de Mazarrón, la propia villa de Mazarrón y su castillo de los Vélez e incluso las localidades turcas que aparecen en los capítulos de la adquisición de la goleta Karyam.


Añado que, además de conocidos son paisajes muy queridos por mí, así pues, cuando hablo de ellos, hablo en cierto modo de una parte de mí misma. Existen incluso los animales que aparecen en la novela.
El pastor alemán Bolo, perro de Toni Méndez Campuzano, el principesco gato Melquíades, la vieja cabra del Alamillo…, igualmente son ciertas la existencia del cangrejo ermitaño refugiado en el bote de refresco con sus anémonas adheridas, el congrio que ataca al buceador en el rostro y todo los demás animales marinos que se aluden.

Los personajes
Al final del libro aparece la lista de personajes, de la Antigüedad y actuales, con su clasificación en reales y ficticios. También unos datos biográficos de ellos y un glosario de términos que puede ser de utilidad para quien no está familiarizado con las culturas de la Antigüedad.

La estructura de la obra, la acción
Se mezclan hechos históricos reales (aunque novelados) con la fabulación propia de la narrativa de ficción.


En la novela se alternan capítulos situados en épocas históricas- desde los fenicios que comerciaron en nuestras costas, los cartagineses que fundaron su Qart-Hadast (Cartago Nova, Cartagena) o los romanos de Escipión el Africano, a nobles de la Edad Media- con otros que suceden en nuestros días.


Para facilitar al lector la comprensión de la trama, he numerado los capítulos que versan sobre épocas pretéritas con cifras romanas, mientras que he usado los números arábigos, que son los que utilizamos hoy en día, para los sucesos acaecidos en la actualidad.

Tengo que confesar que me divertí mucho escribiendo “Buceadores”. Mi deseo es que los lectores se diviertan igual mientras la leen.

Y ahora unos retazos de las palabras de introducción y de dos capítulos como botón de muestra.

* * * * *
A orillas del viejo y sabio Mediterráneo, testigo de la Historia, desde la noche de los tiempos, se han sucedido las distintas civilizaciones, una tras otra.
Hoy, cientos de años después, hay hombres y mujeres que se sumergen en la entraña azul del mar para hallar la huella de aquel mundo antiguo que se inició en la leyenda.
Estos buscadores intrépidos de improntas submarinas son los buceadores.

La autora


ROMA. SIGLO III A. D. C.
Emilia Paula, o Emilia Tertia, ya que era la tercera de las hijas de Lucio Emilio Paulo, el héroe de Cannas, esperaba en sus aposentos que sus damas y sus esclavas terminasen de acicalar su cabello y de perfumarla y enjoyarla.
El cónsul de Roma Publio Cornelio Escipión había pedido, días atrás, su mano para su hijo, el joven tribuno militar del mismo nombre.
Hoy era el día en que los novios se unirían en un matrimonio que sellaría la unión de las dos familias más importantes e influyentes de Roma.
-Dicen que el joven tribuno es un hombre muy apuesto.
-Y más valiente aún que su padre.
-¡Estás bellísima, Emilia!
-Vamos, deja que cubra tu rostro con el velo de color azafrán.
-¡Ponte estas pulseras!
La agitación de sus esclavas a su alrededor no era mayor que la agitación de sus pensamientos. Su corazón latía con violencia y sentía las piernas temblorosas, a la vez que una invisible mordaza le impedía articular palabra alguna.
Los músicos del cortejo ya habían llegado hacía rato a la puerta de la mansión dispuestos a acompañar a la novia hasta la casa del novio, al son de sus flautas.
Las dos familias esperaban a la joven, junto con los invitados y los siervos de casa de la novia.
Emilia Tertia conocía el ceremonial de las bodas, estaba dispuesta a la “confarreatio” en que los novios comían juntos un dulce, que era la fórmula reservada a los patricios. Pero la intimidaba terriblemente la procesión ritual hasta casa del novio. No se sentía con fuerzas para soportar los epitalamios de amor y, menos aún, las groseras alusiones a la futura intimidad de los esposos que eran costumbre en boca de los invitados varones más jóvenes del cortejo. Sin embargo, había que afrontarlo. Su madre y las otras matronas romanas lo habían hecho. Ella también lo haría.
La procesión echó a andar en el momento en que comenzaba el crepúsculo. La débil luz del astro supremo se iba diluyendo en sombras que dotaban de un velo de penumbra el ambiente y disimulaban el rubor de la desposada. Las lucernas en manos de los acompañantes del cortejo parecían augurio de temblores lascivos.
Una de sus criadas, que procedía de tierras griegas y era algo adivina, le había vaticinado que daría a luz dos hijos y dos hijas engendrados en su vientre por el Africano. Así es como todos comenzaban a llamar a su futuro esposo. Se sintió más y más acobardada a cada paso que daba.
Por fin, el cortejo llegó a la casa del novio. Ella estaba muy bien aleccionada respecto a los pasos del rito.
Suavemente, golpeó con los nudillos la madera que aún la separaba de Publio, el cual hacía rato que esperaba escuchar el ruido del cortejo y la llamada ritual de la novia.
-¿Quién eres?
-Si tú eres Publio, yo soy Publia.
Entonces la puerta se abrió. Emilia, ya Publia, estuvo a punto de desmayarse, tal era su emoción, al hallarse por fin frente a frente con el hombre que se había convertido en su dueño y señor.
La luz vacilante de las lucerna, que alumbraba su rostro desde abajo, dotaba sus duras facciones de un aire maligno que la llenó de temor. Sin darle tiempo a pensar más, él la alzó del suelo en sus brazos y con ella así tomada atravesó el umbral a la vez que le presentaba las llaves de la casa que ella tomó del almohadón de color púrpura en que él las había colocado.
Él la depositó suavemente en el suelo y la enlazó por la cintura. Así, muy juntos, ambos pasaron con la cabeza baja por debajo de un yugo sostenido por dos invitados, a fin de significar que se sometían a un común vínculo, que eran cónyuges.

Este es el KARYAM, uno de los barcos principales que salen en la acción. Aquí está surcando aguas de La Azohía. Por eso escojo para ofreceros este capítulo. Y os advierto que está basado en hechos reales, narrados por un testigo presencial.

Capítulo 17. La Azohía. Época actual.

Los dos redondos ojos del animal, oscuros y malignos, brillaron una fracción de segundo con un destello de amenaza que fulguró por sorpresa a pocos centímetros de la máscara de Esteban.
Casi instantáneamente, el muchacho asustado y atónito, sintió un agudísimo dolor en la mejilla derecha. Era como si un montón de afilados estiletes se le hubieran hundido en la carne que no cubría ni la máscara ni el regulador. Estas mordientes agujas se le habían clavado en la mejilla sin piedad, hasta topar con el hueso del pómulo. Lo inesperado del súbito ataque retardó la reacción de Esteban.
La sangre comenzó a manar con profusión del desgarrón en su mejilla. Intentó defenderse de la presa lacerante, intentó hacer que el monstruo lo soltara, pero no logró nada.
Comprendió aterrorizado que lo que se le agarraba a la carne de su cara por medio de sus agudos dientes de serpiente marina era un congrio enorme que superaba ampliamente los dos metros de largo, cuyo cuerpo cilíndrico y musculoso había iniciado un movimiento de rotación sobre sí mismo, al modo de un sacacorchos que se gira para extraer un tapón, solo que ese tapón, en este caso no era de corcho sino la carne de su pómulo.
El dolor era cada vez mayor, hasta hacerse insoportable. Con torpeza extrajo de la funda, atada a su pernera, el cuchillo y lo dirigió desesperadamente hacia el monstruo, pero únicamente logró hacerle algunos cortes que resultaron ser nada más que rasguños en su resbaladiza piel grisácea.
Todo estaba ocurriendo a un ritmo acelerado, sin que Lola hubiese percibido aún la lucha en que se encontraba inmerso su compañero, una enconada pelea silenciosa.
Ahora sí, ahora ella veía por fin el braceo y el pataleo espasmódico de su pareja de buceo y acudía dispuesta a ayudarlo con rápidos aletazos.
Las fuerzas de Esteban decaían por el propio terror que lo atenazaba al que se añadía la profusa hemorragia y, por si fuera poco, los esfuerzos que se veía obligado a realizar para impedir que los raudos movimientos centrífugos del congrio le arrancaran las máscara, el regulador o la escafandra al completo.
Con cada vuelta del bicho su equipo de respiración recibía un empujón que tendía a arrebatárselo, acabando así con sus posibilidades de sobrevivir, y él sufría tal dolor que tenía que sostenerse el regulador sobre la boca, apretándolo con la mano izquierda, para no escupirlo en su instintivo impulso de gritar, cosa que no serviría en esas profundidades más que para acelerar una muerte que ya le parecía ineludible.
Con la mano derecha, que sostenía el cuchillo de buceo, su única arma defensiva, intentaba repeler el ataque, aunque con escasas esperanzas de lograrlo. Bien sabía, por sus conocimientos de Biología marina, que los congrios no sueltan su presa hasta que no se llevan el bocado y éste no iba a ser la excepción.
Lamentó que esta lección hubiera dejado de ser teórica y hubiese pasado a ser práctica, haciéndole experimentar en su propia carne lo que había aprendido en libros de texto.
Para colmo el dichoso congrio era el hijoputa más grande que había visto en esa especie nunca. Y le había tenido que tocar a él.
Sus pensamientos giraban en su mente con más celeridad aún que el cuerpo del bicho giraba en el agua azotándola con la cola. Sus esperanzas también giraban vertiginosamente, como un trozo de pan que fuera atraído por los círculos concéntricos que forma el agua al colarse por un sumidero.
Lola Ifre llegaba en su socorro en ese momento. Pese a su juventud, era una buceadora experta. Su aspecto delicado y su belleza ocultaban un temperamento decidido y valiente. Extrajo de su vaina, atada a su pierna su cuchillo de buceo, cuya enorme hoja de 12 centímetros de acero lo hacía un arma temible, y con rapidez agarró el cuerpo del congrio, medio metro por debajo de la cabeza, y cortó sin vacilar, empleando toda su fuerza, tajando hasta donde pudo.
El monstruo empezó a lanzar coletazos desesperados y, luego, cercenado su cilíndrico cuerpo, continuó intentando girarse encarnizadamente sin soltar la mejilla de Esteban, con su cuerpo herido, casi desprendida la cola por acción del cuchillo de Lola.
Era como si creyera que el mantenerse enganchado a ese jirón de carne que aferraba con los dientes constituía su medio de salvarse. No fue así, claro que no, sino todo lo contrario.
Lola cortó y cortó, como el que trincha un redondo de ternera mechada y, por fin, terminó por partir en dos el enorme cuerpo cilíndrico y resbaloso. Después, procedió a desprender con sumo cuidado los dientes clavados aún en la carne lacerada. Aquellos agudos estiletes de ataque ya no ejercían presión, muerto el animal, y le resultó relativamente fácil, aunque no lo fuera la tarea de evitar mayores daños a la cara de su compañero.

Y ya sabéis, si alguien está interesado, me lo puede decir.

22 comentarios:

maruxiña dijo...

toy flipando, eres toda una escritora, buaaaa con lo que me cuesta a mí escribir, enhorabuena

Biquiños!

François de Fronsac dijo...

Una novela que me gustó.

Rosa Cáceres dijo...

Maruxiña, jajaja Muchas gracias, a mi no me cuesta escribir, me cuesta no hacerlo. Lamentablemente este mundo de la edición es una selva y creo que me estoy cansando de él. Tengo tres novelas más, ya escritas, sin editar. Y me parece que así se van a quedar.

Rosa Cáceres dijo...

Francisco Javier, a mi también me han encantado las dos tuyas que he leído ¡qué despliegue épico!
Y me encanto la presentación a la que asistí en el Fnac.
A ver si a esta mía puedes acercarte, cuando sea, a Murcia o a Orihuela, porque Alicante te pilla más extraviado.

Cris dijo...

Impresionante todo lo que lleva detrás escribir un libro.
O, al menos, hacerlo bien.
Enhorabuena!

Jota Ele dijo...

Eres toda una intelectual, Rosa.

Por lo que veo, tus novelas no sólo contienen una trama, sino que están documentadas exhaustivamente, lo que convierte a tu obra en una labor de chinos, dicho sea con el máximo respeto a los chinos.

Me congratula tu éxito, aunque veo nubarrones en lontananza. Me refiero a esa "selva" que, efectivamente, es el mundo de la edición.

No te canses. Sigue luchando contra los molinos.

Un cordial saludo.

Perlita dijo...

Querida Rosa, aquí estamos de vuelta aunque veo que tú has tomado a medis las vacaciones.
Una bonita presentación de tu libro que espero le sigan muchas otras a juzgar por tu prolífica y documentada producción. Estoy interesada por cómo conseguir la novela y de haberme avisado por un mail, me habría acercado a la presentación y a conocerte,cosa que me habría encantado.
En Vega Media Press, está la entrevista que me hizo Illán a propósito también de mi libro.
Un abrazo y enhorabuena, amiga. Carmen Sabater.

Cabopá dijo...

Eres una maravilla de escritora,haces con tu presentación que entren ganas de leer todo lo que has escrito....Como te documentas como lo expones y la fuerza y gracia que tienen tus palabras....Parezco la amiga pelota del blog pero es que me dejas boquiabierta con tus explicacines y tus conomimientos sobre el tema,ya,ya se que te documentas pero tu vida en las nubes te debe de ayudar mucho....Besicos.

L. Gispert dijo...

Hola Rosa, un placer leer tus fragmentos de la novela. Eres una gran narradora, y te lo digo sinceramente, con ganas ya de tener una obra tuya en mis manos. Sabes que soy escritor -aunque con otro género- que también me encanta. Valoro mucho tu trabajo y espero que algún día salgan a la luz esa novelas que están sin editar. Yo también tengo tres años con mi última obra sin editar -espero que algún día me la publiquen-. Está dedicada a las fiestas de mi comarca.

Gracias,Rosa, por mostrarnos esos entrañables fragmentos de tus obras. Seguiré fiel a tu camino literario.

Un cordial saludo.

Tesa Medina dijo...

Tengo una novela en el baúl. Sólo tengo editado lo que he escrito por encargo. Conozco el tema de la edición y es una jumgla.

En este momento ando metida en un proyecto grande, para niños, con una ilustradora, y no quiero ni pensar en cuando tengamos que empezar a buscar quien lo edite.

Rosa, si disfrutas escribiendo, hazlo, eso no te lo quita nadie.

El capítulo del congrio es muy real y mantiene la tensión. Hubo un tiempo en que me gustaba bucear, aunque sin botellas.

Ahora ando más enganchada a la fotografía, ésa es mi pasión, y por eso comprendo la tuya.

Suerte, Rosa, besos.

Sarashina dijo...

Aunque no soy yo mucho de novela histórica, esta novela tiene buena pinta. ¿está disponible en las librerías? Voy a ver por ahí. Siempre un placer. Besicos

Rosa Cáceres dijo...

Cris, desde luego, para ambientar bien una novela, lo primero es la documentación. Paisajes, flora, fauna, apellidos, comidas, costumbres, fiestas, tradiciones...y si es de HIstoria, hechos reales, batallas, leyes, papel de las Instituciones, modas, también modas en el enfoque del amor...
Luego, ya a escribir, y a dejar volar la imaginación.
El comienzo de la novela es otro quebradero de cabeza, a partir de ahí, para mí es maravilloso.

Rosa Cáceres dijo...

Jota Ele, gracias por tus palabras. Siempre fui ratón de biblioteca, devoradora de libros y enciclopedias y apasionada del léxico, mi juguete preferido eran los buenos diccionarios, pero no los escolares, los serios.
Mi padre era muy culto y recuerdo cuando, siendo yo de unos doce años estando en cama con unas anginas,aburrida, mi padre entró a verme y dijo:"Toma, para ti".
Era un libro del siglo XVIII francés, de Alain Rene lesage, el "Gil Blas de Santillana", que luego estudiaría yo en la Universidad, partiendo con ventaja, pues aunquie parezca increíble, lo leí.
Estudié Románicas por vocación, mi marido Historia...Jajaja que seguimos devorando saberes como carcoma en madera.

Rosa Cáceres dijo...

Perlita, esas presentaciones son agua pasada, las pongo para darme un poco más a conocer a mis amigos virtuales.
La que viene próximamente es la de "El Emboscado", que ya anunciaré cuando llegue el momento, porque de momento nada más que tengo el compromiso del 18 de noviembre, en la CAM de Orihuela.
También está una entrevusta que me hizo a mi Illán Vivas en vega Media Press, a ver si sé encontrar la tuya.
Un beso.

Rosa Cáceres dijo...

cabopá, cómo me animas. Muchas gracias.
Sé que no tardaremos demasiado en conocernos. Lo más tarde en una presentación de estas en los próximos meses. A ver si te resulta divertida, porque la gente que asiste normalmente se lo pasa bomba jajaja,
Y se me pueden hacer todas las preguntas que se quiera.
En Una de las presentaciones varios presentes coincidieron en que mis novelas eran muy fuertes y subidas de tono, en el tema erótico...jajaja Me tuve que reír.Por más que yo decía que no era para tanto, la gente que sí, que sí con la cabeza jajaja

Rosa Cáceres dijo...

Luis, pero ¿cuánto duran las fiestas de tu comarca? Con razón Segorbe tiene fama...
Además pertenece a la Comunidad Valenciana, y ya sabes lo que decía Miguel Hernández en "Vientos del Pueblo": "Valencianos de alegría".
Mis novelas editadas están a la derecha de la página en mi blog.
Sin editar tengo dos terminadas y la que estoy escribiendo, claro, que ya va cerca de 2000páginas y estoy deseando terminar de hilvanarla, porque luego vienen las revisiones que pueden llevar un año o más.
Si quieres algún libro mío, los vendo a precio de oferta especial.

Rosa Cáceres dijo...

Tessa, yo por encargo sólo escribo narraciones breves. tengo bastantes, pero yo soy corredora de fondo, es decir, mi género es la novela.
El mundo de la edición es desde luego, como tú dices, una jungla. Eso hace que se plantee adentrarse en él o no. A no ser que lo haga una arropada por algún agente literario. Pero yo no tengo ninguno.

Rosa Cáceres dijo...

Clares, está en librerías en internet, y tengo disgusto por lo cara que la han puesto.
Mi preferencia, es la histórica y -no te extrañará- la psicológica.
Hice mi tesis con Baquero Goyanes, sobre "Caracteres femeninos en Galdós".
Así que "AURA", "LA DELICADA PIEL DEL ALMA" son psicológicas, y basadas en hechos reales.
"Sixto" en Murcia Tres Fronteras, pincla la portada de la que te guste y te saldrán los datos y dónde se vende, con precios. Más elevados que los que yo pongo.
Yo es que hago ofertas.

Rosario Robredo dijo...

Rosa ¡enhorabuena! es una delicia...sin duda la leeré.
Felicidades señora de las letras!!!
Hermoso fin de semana.

Un abrazo

Nalda dijo...

Ha sido un placer leer el post, así que supongo que leer el libro será todo un festival.

Un saludo

Rosa Cáceres dijo...

Charo, muchas gracias. Espero que lo leas y te guste.

Rosa Cáceres dijo...

Nalda, muchísimas gracias por aparecer en mi rincón. Me ha encantado tu blog. Volveré y espero que tú también vuelvas al mío.