lunes, 12 de abril de 2010

Valladolid en mil detalles, vista al microscopio.

La mayoría de los viajeros fotografía grandes monumentos, yo fotografío detalles que a casi les todos pasan desapercibidos y los saco de su anonimato concediéndoles un espacio único en el que destacar.
Un relieve de una puerta de una vivienda me sedujo.

¡Menudo frío hacía en Valladolid! como dice la popular tonada. Una escultura de viajero maleta en mano y paraguas me pareció el espacio ideal para fotografiarme. Mirad qué abrigoncio llevaba puesto, pues aún estaba heladica.


En una fuente, una cara humana escupía agua.


En un capitel historiado un sátiro le toca el trasero a una persona. Siempre me fijo en los capiteles, por eso no me pasó inadvertido.


Una gárgola representa una mujer gritando. Era impresionante ver el raudo paso de las nubes sobre ella.

Me encantan las gárgolas.

El sepulcro de un doncel con una escultura en madera policroimada me pareció de una belleza serena sublime.

Los famosos salvajes de tantas portadas.


Un par de palomas zurean sobre la cabeza de un apostol.


Correos. Buzón de interior. No puede ser más gracioso.



Correos. La boca del león se traga las cartas.
Un atleta de una fuente.
El otro atleta. Entre los dos soportan el plato de agua.


¡Hombre, qué suerte, un escaparete! Es la ocasión de fotografiarme con Javier, aunque sea en plan reflejo.


¿No os parecen estas ramas de un árbol los dedos crispados de una mano que clama al cielo en un gesto de angustia suprema?


Un rótulo sugerente. En mi imaginación ya se perfila una historia con este escenario.

Esta fachada modernista me encantó. Estaba cerca del hotel y la veía a diario.


Me interesan mucho las marcas de cantero, siempre procuro descubrirlas en los edificios medievales.

Otra marca. he transmitido mi afición a mis alumnos y me traen fotos de marcas que descubren y sacan con sus teléfonos móviles.


Detalles encantadores en su sencillez.

¡No me digas, que el nombrecico se las trae! ¿cómo no le iba a hacer la foto?

En Urueña me gusto el rótulo de una panadería.


Y la denominación del pueblo medieval como Villa del Libro.


El remache metálico de una puerta cualquiera.

El aldabón de otra puerta llamó fuertemente.... a mi atención.



Y me acordé de Cayetano (para darle envidia, soy malvada jajaja) cuando en Olmedo encontré unas tinajas en las que sin duda podría refugiarme.
CONTINUARÁ

21 comentarios:

Cayetano dijo...

Preciosas fotos, incluyendo el rótulo de la calle y las gárgolas.
Jejeje, qué bueno lo de las tinajas. Para mí que los inquilinos estaban de vacaciones. Parece, Rosa, que miras dentro de una de ellas pensando... ¿Mira que si estuviera Diógenes por aquí?
Un saludo.

Alvaro dijo...

Lo habeis tenido que pasar muy bien, me han gustado mucho este tipo de fotos que has hecho, ya que son bastante curiosas, como las marcas de los canteros ( intentaré estar atentas a ellas en mi próximo viaje) así como las gargolas y esa fuente con los dos personajes

Rosa Cáceres dijo...

Cayetano, sí que estaba Diógenes, te lo aseguro jajaja, le pregunté qué tal se estaba dentro y me contestó que hacía un frío que pelaba, fue entonces cuando desistí de alojarme en la otra tinaja y me volví al Hotel, que tenía calefacción.

Rosa Cáceres dijo...

Álvaro, mañana regreso al redil, empezaré a enterarme de cuándo podemos preparar el sarao pictórico oriolano. No me olvido ni mucho menos, pero el 24 y 25 me toca Feria del Libro en Elche. Supongo que el acontecimiento de lo del encuentro de pintores requerirá cierta preparación, jajaja, me imagino ya el ridi que voy a hacer lápiz de grafito en mano, a lo mejor me limito a observar.

Fernando Manero dijo...

Sólo a través de este tipo de imágenes es posible llegar a comprender una ciudad y sus infinitos matices. La ciudad es un mosaico de pequeñas piezas que no pueden pasar desapercibidas. Quienes vivimos en Valladolid sabemos lo que eso significa

Rosa Cáceres dijo...

Fernando, en Valladolid experimente el síndrome de Síndrome de Stendhal ante tanta obra de arte acumulada a cada paso. Era un vértigo mezclado con ansiedad, un afán de asimilarlo todo, absolutamente todo, de absorver por todos los poros la exquisitez de la piedra labrada, la maravilla de fachadas y galerías, la recóndita hermosutra de patios y soportales...no sé. Me desbordaba y he de confesar que me enervaba. No me sentía capaz de abarcar tal cúmulo de esplendor. Creo que ser sensible al arte trae estas quiebras...En todo caso, hace falta ser de Valladolid para poder permanecer en cierto modo indiferente a todo lo que allí hay.
Sólo falta el olor a azahar que por aquí tenemos ahora. pero es que si también lo tuviera...

Montserrat Llagostera Vilaró dijo...

Hola Rosa:

Todas las fotos son magníficas.
A mi las gárgolas me dan un poco de yuyu, ja, ja...

Eres muy observadora y encuentras detalles, en lo que para muchos pasan desapercibidos.

Recibe un abrazo, Montserrat

roxana dijo...

QUE BUENO!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! ME ENCANTÓ . EN MI PROXIMO VIAJE MIRARE MAS ESOS DETALLES Y LOS FOTOGRAFIARÉ TAMBIEN. eXCELENTE! SE VE QUE LA PASASTE BIEN!!!!!!!!!!!!!!!
un beso

Cabopá dijo...

¡¡¡Unas fotos inmejorables!!!
Estas hecha una artista de los pixeles...
Te acabo de mandar tres correos,uno no, tres...Estoy derrochona esta noche...
Los detalles de Valladolid al microscopio son de una belleza muy particular, dan una idea de como haces tu las cosas incluidos los días de viaje turistico....
Besicos...
Ah,para lo de Orihuela,se lo podemos decir a mi hermana,que tambien pinta.

Juan Patricio Peñalver dijo...

Hola Rosa, gracias por tu visita a mi blog y por tus expertas palabras.

Yo conocí hace unos días a unos chicos de Valladolid que, ciertamente, como tú apuntas en uno de tus comentarios, se muestran "indiferentes" a todo lo que allí hay. Prácticamente dedicaron todos sus esfuerzos a "venderme" Salamanca y en cambio no me hablaron nada bien de Valladolid. Yo escuché sorprendido y pensé que estaban exagerando, pero gracias a esta entrada tuya, tan interesante y tan ilustrada, me corroboro en que estos vallisoletanos no saben lo que dicen, pues ya me habría gustado a mí estar allí saludando a Diógenes dentro de su tinaja y todo lo demás.

Saludos cordiales.

Amig@mi@ dijo...

Preciosa entrada Rosa.
Pero me quedo con las tinajas.
Ya sabes que "los barros", me encantan, como buena talaverana y, estas piezas son preciosas.
Besos

Gala dijo...

He vivido durante cinco años en Valladolid y tu post anterior me ha traido muchos recuerdos.
Todo lo que nos enseñas en este es nuevo para mi.
Como tu dices, son los detalles en los que muchos no nos fijamos.

Muchos besos

Cathy Brown dijo...

QUE LINDO ME ENCANTA ESTO AMIGA...QUIERO MAS!!!!!!BESOTES,TE QUIERO MUCHO.

Rosa Cáceres dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Rosa Cáceres dijo...

Montserrat, te he contestado extensamente y el ordenador me ha impedido añadir mi cometario, no sé si ahora lo conseguiré.
Me había lanzado a explicarte algunas experiencias mías y se ve que al bicho este no le ha molado jajaja
Bien, ahora creo que me permitirá decirte que las gárgolas no hacen náaaaaaaaaaa y no hay que tenerles yuyu. Me encantan las tuberías de desague manchegar que figuran un dragoncillo con collar.
Un besico, rosa abrileña.

Rosa Cáceres dijo...

Roxana, todo está en los detalles. A mí me revelan mucho de cómo son los lugares y de las personas.
Un gesto, una forma de mirar o el tono empleado, una puerta con una cenefa pintada o con una flor seca clavada (qué preciosas son por el norte), un vaso con un ramillete de flores silvestres, una estrella de mar en la pared...

Rosa Cáceres dijo...

Cabopá, he visto tus correos, qué atenta eres... ya te he contestado.
Tienes razón en lo de tu hermana. Sería estupendo si ella quiere venir.
En la próxima reunión de la junta de la Asociación lo planearán todo y ya os diré.

Rosa Cáceres dijo...

Lugareño, solemos despreciar lo nuestro y abrir los ojos de asombro ante lo ajeno. Nunca me ha pasado a mí, en realidad. Quizás sea porque soy persona introvertida (aunque nadie se lo cree) y miro mucho a lo de dentro, y por tanto a lo más cercano.
Sé que "la foto" turística es otra, pero para mí la esencia se encuentra en los detalles.
Muchas veces me entusiasmo ante la forma de una piedra que está tirada en el suelo, o ante una ramita, por ejemplo. "¡Tira eso!" me dicen. "Déjame- respondo- que yo sé lo que he visto en esta piedra".

Rosa Cáceres dijo...

Amig@, las tinajas son preciosas, pero la cerámica de Talavera es excepcional. En la casa de playa familiar había un botijo que era una obra de arte.
Pero en cuanto a tinajas, también hay una en el patio que es tan grande como estas.
De todas formas, lo que dije: yo prefiero la habitación del hotel jajaja

Rosa Cáceres dijo...

Cathy, si es que pondría todas las fotos...pero no tengo tiempo.
De todas formas alguna más pondré, para contar cosillas.
Voy a toda marcha. Hoy ha sido el primer día de clase.

Rosa Cáceres dijo...

Gala, que te había saltado, jajaja.
¿has vivido en Valladolid? pues entonces sabes lo que es frío jajaja
Ahora en Alicante estarás disfrutando de otro clima.
Voy a estar en Alicante el día 24, en El Corte Inglés, con motivo del Día del Libro.