"Fue un recorrido delicioso.Sixto, con la llave en el bolsillo, se inclinó para doblar varias veces el bajo de su pantalón que quedó recogido bajo sus rodillas, cogió sus zapatos con su mano izquierda mientras tendía su derecha, ya enjoyada con la alianza de oro de casado, a su mujer, dirigiéndole una abierta sonrisa.
Santa no mostró ninguna rticencia, ya sin testigos que los observaran, con gracia exenta de mojigatería alguna, subió la falda de su vestido, haciendo reposar la breve cola sobre el brazo derech, que sostenía simismo los blancos zapatos de tacón.
(...)El soplo de la brisa se coló de golpe en la habitación acompañándolos como un fiel servidor. La luz se adentró igualmente, adueñándose del espacio y el rumor de las olas puso fondo musical a ese momento de magia irrepetible.
(...) ¿Qué tiene el mar y su horizonte para muchos seres humanos? ¿Qué tiene, que llena el alma , que templa y serena el espíritu? Acaso es el "viento de Dios que aletea por encima de las aguas", como dice el Libro del Genesis?
Es frecuente esta adoración por el movible espectáculo de las olas en el viejo Puerto de fenicios, de cartagineses y de romanos. Debe de ser que el terreno da cosechas de románticos empedernidos...."
(fragmentos de "Sixto", Editora Regional de Murcia , 2006)
<
Habanita Rocío caminaba como a ritmo de bongós. Sus redondas nalgas altivas se movían como bajo el palmeteo de un bongonsero invisible que las hiciera retemblar armónicamente.
Bon...gó, bon...gó, bon...gó, cuando paseaba lentamente.
Bon-gó, bon-gó, bon-gó, si tenía un poco de prisa.
Bongó, bongó, bongó, si decididamente tenía mucha, pero que mucha prisa.
Habanita Rocío tenía en en su sonrisa el color blanco dulce del azúcar, sius dientes perfectos recordaban la forma de pequeños terroncitos de nácar.
Y en sus labios rojos llevaba el sabor del ron de caña que se adivinaba embriagador, aun antes de probarlo.
Habanita rocío tenía en su cintura la flexibilidad de la caña del cañaveral, cuando es verde y tierna. Y el cimbreante vaivén de la palma dl palmar caribeño cuando sopla la bridsa de la bahía.
Y poseía en sus manos y en su cara el color de la canela.
Así era Habanita Rocío a sus dieciseis años.
(...) Decían que la hermosa negra Matacumbé no era una santera más, como las que abundaban por aquellos pagos, sino que ella era una auténtica Mambo, una sacerdotisa del vudú traído de África por sus antepasadosy llegados a Cuba desde Haití.
(...) Muchas veces los tres músicos se tenían que dejar la piel, como suele decirse, enfrentándose a otros músicos del barrio del Vedado, para que no les comieran el terreno y sellevaran a los espectadores tras ellos.
Miguelito Machín, que presumía de ser pariente de Antonio Machín, era el vocalista de uno de los grupos rivales.
Miguelito tenía muy buen porte. Eso le daba cierta ventaja. Miguelito Machín era un mulato claro, con facciones de negro guapo. (...)
"De donde crece la palma", Editora Regional de Murcia ,2006
2 comentarios:
Cuando salió este libro?? Es que has publicado varios libros con la Editora Regional?.
Las dos novelas van en un solo volumen, son de 2006. Si visitas mi web, las verás reseñadas en el espacio "OBRAS" y entre ellas "Novelas".
Publicar un comentario