Para ser feliz basta con poco, un rincón de paz, un acomodo blando, un rayito de sol, la fresca brisa... Para sentirse así, basta dormirse al arrullo del mar y de las olas como un gato en un montón de redes.
Hola querida, és verdad para ser feliz no és necesário gran cosa. Uno pasa la vida buscando algo a veces inalcanzable y muere y no lo alcanza y a veces una cosita tan cerca nos haria tan feliz!
Hay que apreciar las cosas menudas. Los gatos son sibaritas natos, y si bien lo pensamos, no es por modelos caros, ni complementos, ni joyas...Un lugar palcentero, el locus amoenus de los gatos puede ser un cojín, una losa de barro caldeada por el sol en invierno, un suelo de mármol en verano...y...¡de bigotes! Jota Ele trae a colación un aforismo muy sabio. El filósofo se paseaba por el mercado, repleto de toda clase de mercancías, gozando al contemplar "la cantidad de cosas que él no necesitaba".
Nos pasamos la vida intentando ser felices comprando todo lo que necesitamos y añorando lo que no tenemos, y la felicidad es otra cosa, es saber disfrutar de lo mucho que todos nosotros tenemos.
A todo lo que ya han dicho, añado que para ser feliz hay que estar en paz con uno mismo, no sé si eso es mucho o poco, pero necesario. Gracias por tu visita y comentario Besos
Hola, Rosa, para ser feliz, dices "que hay que apreciar las cosas menudas". Cada uno puede aplicar esta gran verdad a sus propias experiencias. Cuando salgo a la montaña o visito un pueblo, regreso a casa enteramente feliz. ¿Por qué?. Porque la percepción de secuencias enriquecidas de cosas y detalles menudos me han llenado mi vida. A saber: El canto de los pájaros, el susurro de un arroyo,la danza de las mariposas, el descanso bajo la sombra de un árbol, el perfume del campo, el crepúsculo, un perro que ladra en el valle, la grandeza de un árbol monumental, el tarareo de una canción al caminar por un bello sendero, los días azules, la magia de los colores de los paisajes, los niños pedaleando en las tranquilas calles de un pequeño pueblo, el olor del pan, la charla con los viejos, con un pastor, el sonido de las esquilas, los gatos enrollados como ovillos en el alféizar de una ventana, etc.etc.
Y, además: Recibir comentarios positivos en el blog.
Es cierto, si quieres, si te paras a mirar y a escuchar, no hace falta demasiado para ser feliz. Y esas cosas que parecen pequeñas quizá no lo son tanto. Bicos.
maruxiña, uno ha emprendido el camino de la sabiduría cuando aprende a pasar por los escaparates sin desear todo lo que está expuesto en ellos, y cundo es capaz de resistir los reclamos con que a cada momento se nos agobia. Una estrategia comercial es crear la necesidad, pero la mayoría de las veces, esa necesidad es tan falsa, tan de mentira, que no bien tenemos el objeto deseado en nuestro poder, desaparece como el humo de una débil fogata.
MiLaGroS, todos hemos experimentado que entrar en la habitación de un hotel es entrar en un ramanso de paz, de sosiego ¿y sabes por qué ocurre? Pues porque ahí no hay cachivache inútiles, las superficies están limpias de toda esa morralla que solemos amontonar en nuestra casa. Yo soy de las que todo lo guardo, y qué triunfo cuando logro tirar algún trasto inútil...jajaja
Ruy, creía qyue habías escrito un acróstico, pero he intentado leer en vertical y no. ¿Es la siesta la paz, o al menos una hora de paz? Creo que en eso aciertas.
Luis, estoy totalmente de acuerdo contigo. Algunas veces he experimentado todo eso que tan sumamente bien describes. Conozco un pueblo, Vallanca, en Valencia, que obedece a esa descripción de ambiente. Pero debo confesar que soy "rata ciudadana", y me van más las calles de los centros históricos, los adoquines limados por el tiempo, los museos, los claustros ¡Oh, los claustros! y los vestigios arquitectónicos de pasadas civilizaciones...Soy sincera. Y sin embargo, en la paz de la soledad bajo los árboles, uno encuentra la esencia profunda de su alma. Su dimensión como ser humano.
Álvaro, esa gata Jana ¿la dibujaste alguna vez? Seguro que sí. Yo a este gato (o gata, vaya usted a saber) lo encontré en el puerto pesquero de Mazarrón, en donde abundan los gatos y las gaviotas que les disputan la comida, las muy malvadas.
fonsilleda, cuando he visto a los peregrinos de camino a Santiago, con todo su bagaje a cuestas en una simple mochila, he comprendido que el que consigue viajar ligero de equipaje, en vez de con trastos, viaja con su propia alma.
Hiperión, tú sonríes, no haces medias muecas...¡por favor! Estoy segur de que alguna vez has sonreído desde dentro, dejando salir la sonrisa en el hálito de un suspiro de satisfacción,después de haber escrito uno de esos poemas tuyos...Tener el don que tú posees debe de ser un buen incentivo para vivir pladeando la vida como una copa de vino añejo.
Si sabemos lo poco que se necesita para ser feliz, por que nos empeñamos en complicarnos la vida? Hay veces que cuando nos damos cuenta ya es demasiado tarde.
Gala, la simplicidad conforta más que lo abigarrado. Lo confortable es mil veces preferible a lo incómodo, por muy acompañado de lujo que vaya. Todos lo sabemos, nadie discrepa, pero nos falta el valor de deshacernos de tanto laster como arrastramos.
José Ato, un artista es un privilegiado, porque sabe hallar en su arte la esencia de la felicidad. Siempre que no lo ciegue la vanidad del éxito, la rivalidad con otros artistas, o la nefasta envidia de la popularidad de algunos. Tus cuadros revelan tu sentimiento: la delicadeza de lo sencillamente bello te conquista. Ese plato andalusí, quizás de tu Medina Siyasa es el ejemplo.
26 comentarios:
Normalmente las pequeñas cosas son las que más satisfacciones nos dan y suelen dejar un poso que dura mucho tiempo.
Beso y feliz fin de semana
Hola querida, és verdad para ser feliz no és necesário gran cosa. Uno pasa la vida buscando algo a veces inalcanzable y muere y no lo alcanza y a veces una cosita tan cerca nos haria tan feliz!
Besitos
Flor
"No es más feliz quien más tiene, sino quien menos necesita"
Bellísima frase y encerrando una gran verdad.
He aquí la prueba. El minino está en la gloria.
Un saludo.
Vengo de otro blog con "gatos", estos metidos entre los dos cristales de la ventana y en dos cestos del pan.
Con qué poco se conforman es cierto ;)
Arantza, Flor, Jota Ele,Amig@mi@:
Hay que apreciar las cosas menudas. Los gatos son sibaritas natos, y si bien lo pensamos, no es por modelos caros, ni complementos, ni joyas...Un lugar palcentero, el locus amoenus de los gatos puede ser un cojín, una losa de barro caldeada por el sol en invierno, un suelo de mármol en verano...y...¡de bigotes!
Jota Ele trae a colación un aforismo muy sabio.
El filósofo se paseaba por el mercado, repleto de toda clase de mercancías, gozando al contemplar "la cantidad de cosas que él no necesitaba".
Nos pasamos la vida intentando ser felices comprando todo lo que necesitamos y añorando lo que no tenemos, y la felicidad es otra cosa, es saber disfrutar de lo mucho que todos nosotros tenemos.
Buena entrada.
Biquiños !!!
A todo lo que ya han dicho, añado que para ser feliz hay que estar en paz con uno mismo, no sé si eso es mucho o poco, pero necesario.
Gracias por tu visita y comentario
Besos
Lindo. Todos somos conscientes de que se necesita poco y sin embargo todo nos parece poco. ¡ Que contradictorios somos!. Un abrazo
!Niet! !No!
Blando
Rayito
Fresco
Arrullo
Sueño..
¿Paz?:
Siesta.
Sin gato
Sin olas
Con redes
Cansadas.
Hola, Rosa, para ser feliz, dices "que hay que apreciar las cosas menudas". Cada uno puede aplicar esta gran verdad a sus propias experiencias. Cuando salgo a la montaña o visito un pueblo, regreso a casa enteramente feliz. ¿Por qué?. Porque la percepción de secuencias enriquecidas de cosas y detalles menudos me han llenado mi vida. A saber: El canto de los pájaros, el susurro de un arroyo,la danza de las mariposas, el descanso bajo la sombra de un árbol, el perfume del campo, el crepúsculo, un perro que ladra en el valle, la grandeza de un árbol monumental, el tarareo de una canción al caminar por un bello sendero, los días azules, la magia de los colores de los paisajes, los niños pedaleando en las tranquilas calles de un pequeño pueblo, el olor del pan, la charla con los viejos, con un pastor, el sonido de las esquilas, los gatos enrollados como ovillos en el alféizar de una ventana, etc.etc.
Y, además: Recibir comentarios positivos en el blog.
Con mis afectuosos saludos, Rosa.
cuanta azón tienes. Por cierto, yo tenía una gata así, blanca y con los ojos azules, se llamaba Jana
Es cierto, si quieres, si te paras a mirar y a escuchar, no hace falta demasiado para ser feliz.
Y esas cosas que parecen pequeñas quizá no lo son tanto.
Bicos.
Es verdad, no hace falta tanto para tener una media mueca de felicidad...
Saludos!
maruxiña, uno ha emprendido el camino de la sabiduría cuando aprende a pasar por los escaparates sin desear todo lo que está expuesto en ellos, y cundo es capaz de resistir los reclamos con que a cada momento se nos agobia. Una estrategia comercial es crear la necesidad, pero la mayoría de las veces, esa necesidad es tan falsa, tan de mentira, que no bien tenemos el objeto deseado en nuestro poder, desaparece como el humo de una débil fogata.
Gracias Rosa por pasarte por mi blog. Con tu permiso me hago seguidora tuya.
Un saludo
Begoña, es lo mismo que yo pienso: la paz interior es el mayor de los bienes, pero es imposible lograrla si el corazón ansía mil cosas superfluas.
MiLaGroS, todos hemos experimentado que entrar en la habitación de un hotel es entrar en un ramanso de paz, de sosiego ¿y sabes por qué ocurre? Pues porque ahí no hay cachivache inútiles, las superficies están limpias de toda esa morralla que solemos amontonar en nuestra casa.
Yo soy de las que todo lo guardo, y qué triunfo cuando logro tirar algún trasto inútil...jajaja
Ruy, creía qyue habías escrito un acróstico, pero he intentado leer en vertical y no. ¿Es la siesta la paz, o al menos una hora de paz? Creo que en eso aciertas.
Luis, estoy totalmente de acuerdo contigo. Algunas veces he experimentado todo eso que tan sumamente bien describes.
Conozco un pueblo, Vallanca, en Valencia, que obedece a esa descripción de ambiente.
Pero debo confesar que soy "rata ciudadana", y me van más las calles de los centros históricos, los adoquines limados por el tiempo, los museos, los claustros ¡Oh, los claustros! y los vestigios arquitectónicos de pasadas civilizaciones...Soy sincera.
Y sin embargo, en la paz de la soledad bajo los árboles, uno encuentra la esencia profunda de su alma. Su dimensión como ser humano.
Álvaro, esa gata Jana ¿la dibujaste alguna vez? Seguro que sí. Yo a este gato (o gata, vaya usted a saber) lo encontré en el puerto pesquero de Mazarrón, en donde abundan los gatos y las gaviotas que les disputan la comida, las muy malvadas.
fonsilleda, cuando he visto a los peregrinos de camino a Santiago, con todo su bagaje a cuestas en una simple mochila, he comprendido que el que consigue viajar ligero de equipaje, en vez de con trastos, viaja con su propia alma.
Hiperión, tú sonríes, no haces medias muecas...¡por favor!
Estoy segur de que alguna vez has sonreído desde dentro, dejando salir la sonrisa en el hálito de un suspiro de satisfacción,después de haber escrito uno de esos poemas tuyos...Tener el don que tú posees debe de ser un buen incentivo para vivir pladeando la vida como una copa de vino añejo.
Si sabemos lo poco que se necesita para ser feliz, por que nos empeñamos en complicarnos la vida?
Hay veces que cuando nos damos cuenta ya es demasiado tarde.
Un beso
...dimelo a mi, que me conformo con pintar un simple plato andalusí, con su brillo ajado resbalando por el borde.
Un besico pa la escritora.
Gala, la simplicidad conforta más que lo abigarrado. Lo confortable es mil veces preferible a lo incómodo, por muy acompañado de lujo que vaya.
Todos lo sabemos, nadie discrepa, pero nos falta el valor de deshacernos de tanto laster como arrastramos.
José Ato, un artista es un privilegiado, porque sabe hallar en su arte la esencia de la felicidad. Siempre que no lo ciegue la vanidad del éxito, la rivalidad con otros artistas, o la nefasta envidia de la popularidad de algunos.
Tus cuadros revelan tu sentimiento: la delicadeza de lo sencillamente bello te conquista.
Ese plato andalusí, quizás de tu Medina Siyasa es el ejemplo.
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