domingo, 17 de febrero de 2008

Páginas de "Buceadores"

Fragmento del capítulo 18 "La Azohía. Época actual"
Los dos redondos ojos del animal, oscuros y malignos, brillaron una fracción de segundo con un destello de amenaza que fulguró por sorpresa a pocos centímetros de la máscara de Esteban. Casi instantáneamente, el muchacho, asustado y atónito, sintió un agudísimo dolor en la mejilla derecha. Era como si un montón de afilados estiletes se le hubieran hundido en la carne que no cubría ni la máscara ni el regulador. Estas mordientes agujas se le habína clavado en la mejilla sin piedad, hasta topar con el hueso del pómulo(...)
La sangre comenzó a manar con profusión del desgarrón (...) Intentó defenderse de la presa lacerante, intentó hacer que el monstruo lo soltara,pero no logró nada. comprendió aterrorizado que(...) era un congrio enorme que superaba ampliamente los dos metros de largo, cuyo cuerpo cilíndrico y musculoso había iniciado un movimiento de rotación sobre sí mismo al modo de un sacacorchos que gira para extraer un tapón, sólo que ese tapón en este caso no era de corcho, sino la carne de su pómulo.
(...) Lola Ifre llegaba en su socorro en ese momento. Pese a su juventud, era una buceadora experta (...) Extrajo de su vaina, atada a su pierna, el cuchillo de bueceo, cuya enorme hoja de doce centímetros de acero (...) agarró el cuerpo del congrio medio metro por debajo de la cabeza y cortó sin vacilar, empleando toda su fuerza, tajando hasta donde pudo.
(...)-¡Maldito hijo de Lucifer!¡Ojalá se envenene con lo que se ha tragado, si no llega a ser por Lola...si llega a aparecer un marrajo al olisque de la sangre...!-se exaltó Paco.
(...)-¡Eh¡ ¡Mirad ese barco que aparece a estribor!
-¿No es el Karyam?
-Juraría que sí. Desde luego, parece una goleta.
-¡El barco de Tony Méndez!-exultó esperanzada Lola- Ese barco tiene camarotes para acostar a este pobre, y agua, y botiquín y radio y...
-¡Hay que llamarlo!- ordenó Guillermo.
(...) Paco Gañuelas , sintiéndose a salvo entonces, recuperó sus ganas de embromar a todo el mundo, incluido al herido, y dirigiéndose a él le expetó:
-Macho, te ha dejao el bicharraco como a un "mascabrón" de proa.

3 comentarios:

Museo Pobre del Pintor dijo...

Ciertamente me ha cautivado. Nunca pensé que me pudiese seducir tanto el "vivir" en diferentes épocas en el tiempo a través de Buceadores. Un compendio del saber submarinista de donde he "vivido" ya mi propia experiencia. Sus personajes tan reales que los sientes. Lola enamora y Éboli hipnotiza, cuando terminas el libro te quedas apretándolo. ¡¡Felicitaciones !!

Rosa Cáceres dijo...

Muchas gracias por tan elogioso comentario. Verdaderamente, resulta reconfortante tener lectores tan entusistas.

François de Fronsac dijo...

Hola.

A mí, que estoy leyéndolo ahora, me sorprende encontrarme en el libro con personajes que he conocido, como el caso de Jordi Salas.