Algunos de los personajes de "Buceadores" son reales, como se hace constar en el censo de personajes de la novela, pero otros son hijos de mi imaginación, si bien han venido a ella a través, por ejemplo, de unas pintadas en los muros playeros, como estas dos que presento, que lamentablemente llevaba viendo años y fotografié cuando ya se habían deteriorado bastante. Pero, en fin, son la seña de identidad de "Paco Gañuelas", uno de mis hijos de ficción. Ahí va en fragmentos de textos, para que se le conozca un poco más que hasta ahora:
<<¿Es que somos fenicios?><
<<¡Fenicio tu padre!>>
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(...) Palpó la mochila que él prefería llamar la cofa de pesca (...) en dos zancadas se metió en el bar La Escalera, que estaba todavía bastante animado, a pesar de que ya habían sonado las tres de la madrugada en el reloj de la iglesia de San José. Claro, que desde allí, ya en el mismo Rihuete, el reloj de la torre casi no se oía. Lo que sí se escuchaba, en cambio, era la machacona música bakalao que amenizaba la partida de billar que se estaban echando Cleto Bernal y Ginés Acosta, ya medio borrachos y a punto de caer de bruces sobre la mesa.
-Mira que hierbecica más verde- farfulló Cleto más apoyado en el palo que sosteniéndolo.
-Calla, chaval que si huelen hierba verde vienen los jodíos constructores y le montan un campo de golf a los putos golfistas- respondió muerto de risa GInés, poniéndose un dedo en los labios-. ¡Chisss, chisss, silencio!- exclamó, soltando gotitas de saliva, o de cubata, o de lo que fuera, cada vez que daba la orden de sileencio.
- La madre que parió a tos los constructores , que s´están quedando la costa enteretica, con tó´lo más bonico de España - maldijo Cleto con lengua estropajosa de beodo.
-¡Viva Cartagena!- vitoreó Ginés- ¡Y viva Mazarrón!
-¡Y la cabra de la Legión!
-¡Y toas las cabras de España!
(....)
Guillermo Tell García era un cachondo mental, a la vez que buzo profesional (y ahí no actuaba de cachondeo, sino con todo el rigor técnico imaginable).
En realidad de casta le venía al galgo, porque su padre y su madre eran la monda lironda en carne y hueso.Por eso, porque eran unos auténticos cachondos habían elegido para él cuando lo bautizaron el nombre de Guillermo, habiendo tantos otros nombres en el santoral.>>Que digo yo que no les habría costado ponerme aunque fuera Pancracio, que todo el mundo conoce a ese santo, que está en todas las tyiendas con su moneda antigua de cinco duros en el dedo extendido y su ramico de perejil fresco en un vaso. O si no, Hildebrando, o mejor todavía, Pepe.Pues no, el apellido de mi padre es Tell, y entonces van los muy... y me plantifican el nombrecito: Guillermo. ¡Hala, nene, a aguantar bromicas! Guillermo Tell, los caballos de Guillermo Tell, Guillermo Tell apunta a la manzana. Y yo, o me río o me lío a mamporros
2 comentarios:
Desde Cantabria, en el retiro del fuego de una chimenea en un pueblo remoto, me deleito con las páginas de "Buceadores". Es todo un placer para la mente que recomiendo al lector que quiera, además de percibir almas, sentirse unido a la maravillosa flora y fauna marina que nos presentan sus auténticos personajes. ¡Mis felicitaciones, Rosa Cáceres!
Muchas gracias por elogiar mi novela y por considerarla recomendable.
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