viernes, 17 de abril de 2009

ILUSTRANDO MI NOVELA "AURA" Y DISFRUTANDO A TOPE. NO TENGO ARREGLO.

AMIGOS TODOS, PASEN Y VEAN LAS ILUSTRACIONES QUE HE DIBUJADO EN ESTOS CUATRO DÍAS ÚLTIMOS EN MI QUERIDO CUADERNO FANTÁSTICO.
SOBRE MI NOVELA AURA la primera que escribí y la más querida, quizás.
¡Que no tengo arreglo, vaya! ¡Que soy incorregible!
Aquí vengo otra vez, para que ustedes vean en lo que me entretengo.
Y eso que tengo mil cosa que hacer, pero...el vicio del dibujo me puede, y el de la Literatura, y el de mis novelas, y como no encuentre alguien que me quite el dichoso cuaderno en blanco, pues lo lleno de monigotes.
Y para colmo, también copio fragmentos de capítulos y les pongo su orla y todo...y no vean cómo disfruto.
Seguramente no se podrá leer muy bien, pero como botón de muestra, vale ¿no?

Aura es una señorita rica, de un pueblo manchego en el que no hay ningún varón con suficiente cultura ni refinamiento para emparejarse con ella.
Don Rodrigo Humanes es un misionero que realiza su apostolado en las Filipinas, concretamente en la isla de Mindanao. Está lleno de fe y entusiasmo, pero enferma gravemente y se ve obligado a regresar a España.


Acaba de terminar la Guerra Civil y faltan muchos sacerdotes en las parroquias. En Zafranera, hace de párroco don Waldo Küschel, un cura alemán antipático, que no ha logrado comprender bien ni el idioma español ni a sus feligreses.
Así que a Rodrigo lo envían allí, ya que es manchego y arreglará los entuertos que ha producido el otro cura.
(Una advertencia: la historia está basada en hechos reales)

En esta ilustración, Aura, distingue en la noche la silueta del nuevo párroco, mientras presencia una función de cómicos ambulantes en la plaza mayor del pueblo.

La española cuando besa
es que besa de verdad
y a ninguna le interesa
besar por frivolidad.
El beso, el beso,
el beso en Españaaaaaa...
Así canta la mocita del escenario.


Miren - y oigan con la imaginación- el coro parroquial del pueblo en uno de sus ensayos.



Aura Soto ya se ha enamorado de Rodrigo Humanes, el corazón le late desaforadamente mientras se dirige a la iglesia.
Ha ideado una estrategia genial para aproximarse a él. Pero no voy a revelar en qué consiste, para eso, hay que leer la novela.


Tacón, corazón, tacón, corazón, tacón, corazón. Así caminaba Aura.




Gran escándalo en el pueblo: se ha instalado un burdel en las afueras. Todos los mozos -y los no tan mozos- pululan por los alrededores con la boca abierta ante lo que ven. El Toribio llegó a tragarse un moscardón.


Petra la Coñoalegre es la que lleva ahí la voz cantante, las otras suripantas son tan provocativas como ella: la Piconera, la Florita y la Marrón Glacé.
En la puerta de la casona se dedican a acicalarse ante los atónitos ojos de los gañanes.


Las sacrificadas mujeres del pueblo están muy preocupadas.

¡Que no voy a contar la novela, que pasan muchas cosas! Estas son algunas escenas sueltas, nada más



Cae un aguacero repentino y el padre Humanes encuentra refugio en el chozo del tío Recaredo, un pastor que tiene como única compañía a su fiel perro ovejero Curro, al que da de comer lo mismo que come él.
Todo este capítulo es un elogio de la vida sencilla y de la bondad humana y de los animales.



Otra escena, versa sobre la amarga experiencia de la burla obscena que Aura recibe de parte de Sinforoso el de las palomas.
Don Rodrigo la consuela como puede.



Doña Lorenza, la madre de Aura, pese a su edad y educación tradicional, es una librepensadora.
Siente gran aprecio por el sacerdote, por razones complejas que tampoco voy a explicar aquí, claro.

Y como muestra vale.
He disfrutado mucho haciendo estos dibujos en ratos perdidos.
Me gustaría que agradaran a todos mis visitantes.
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Y falta el colofón:
Unas hermosas matas de hinojo. Para que ustedes hagan bien la digestión de esta entrada.


10 comentarios:

tejedora dijo...

Preciosos los dibujos y como dije, tu letra es parecida a la mía. Estoy de acuerdo contigo: habrá que buscar algo para hacer, ¿no crees? Estar de brazos cruzados no me gusta, ni el aburrimiento tampoco.
Gracias por tu respuesta para con mi opinión sobre “El emboscado”.

Besos y buen fin de semana.

Rosa Cáceres dijo...

Tejedora, muchas gracias. La letra parecida seguramente corresponde a parecioda forma de pensar.
En cuanto al aburrimiento, no lo conozco.

Amig@mi@ dijo...

Rosa, PERO DE DONDE SACAS TIEMPO????
Yo cuando sea mayor quiero ser como tú,hacer de todo y todo bien. Uff, que máquina de mujer!
Besos

Rosa Cáceres dijo...

Amig@mí@, el tiempo es elástico; cuantas más cosas haces más cosas puedes hacer, lo tengo comprobado. Además, eres mujer como yo, y sabes que una mujer puede hacer varias cosas a la vez. A mí me sobra tiempo para todo.
He hecho mil fotos estos días, he dibujado mucho más de lo que he puesto aquí y ya llevo casi corregida toda la novela de "El Emboscado". He leído un libro, y he comenzado otro...
¡Gracias por tu exageración al considerame máquina! Pero yo creo que si hago tantas cosas (aparte de casa, comida, familia, paseos, etcétera) es porque soy un ser humano, y poniéndole empeño...

Arantza G. dijo...

Eres una artista...
Preciosa la entrada que has puesto, desde luego, no te aburres.
Un beso y buen fin de semana

Cabopá dijo...

¡¡mamma mía! eres, eres... única. Ya te lo he dicho en otras entradas. A mi me falta tiempo para casi todo y mira que me organizo.Me encantan tus ilustraciones. Besicos.

Pilar Martín Gumiel dijo...

Preciosos dibujos y por lo que veo una esperta escritora, y si te gusta no lo dejes nunca, tu disfrutas con ello y a nosotros nos deleitas.

Rosa Cáceres dijo...

Arantza, el aburrimiento no es cosa de mentes inquietas, y la mía no para, porque siempre he sido, desde niña, muy imaginativa.
No creas, que todo tiene su lado malo también. A veces me gustaría que no se me ocurrieran tantas cosas...porque dudo de la utilidad de este no parar que llevo yo. Creo que no sirve para mucho, pero, no sé ser de otra manera.

Rosa Cáceres dijo...

Cabopá, estoy pensando que sería mucho mejor no abarcar tanto. Incluso en mi familia algunos me lo dicen, y me aconsejan que no escriba tanto, más que nada porque creen que me cuesta un esfuerzo, otros en cambio no le dan mérito alguno porque dicen que eso para mí es pan comido...La verdad es que escribir para mí es tan fácil como respirar, de hecho, es mi forma de respirar, por eso lo hago. Me propongo no hacerlo, pero lo hago.

Rosa Cáceres dijo...

Campanilla, hace unos días me encontre casualmente con un antiguo compañero de instituto, que me recordó mis momentos -que los tuve- de querer abandonar mi faceta de novelista. Desde entonces van nueve novelas escritas. Y seis publicadas, sin contar los cuentos y los artículos.
Sin embargo, de vez en cuando me acomete esa sensación de estar haciendo el tonto con todo esto.