jueves, 12 de noviembre de 2009

Detalles curiosos de artesanía urbana



Me gusta la artesanía. No me considero una persona demasiado nostálgica, o quizás sí lo sea. Puede que sí, pensándolo mejor.

Siento nostalgia de un pasado no vivido, no conocido,
cuando no se fabricaban los objetos en serie,
cuando no había dos botijos iguales,
ni dos platos de cerámica idénticos,
ni nada de nada se hacía por docenas.


Entonces hasta los objetos tenían alma,
sí, alma, estaban vivos, nos hablaban a su manera,
con su presencia,
que nos acompañaba.
Hoy preguntan :¿Para qué sirve?
Y el utilitarismo ahoga el arte humilde que antes embellecía
los objetos cotidianos,
porque lo considera innecesario.

y no había tanta prisa por producir a destajo,
las cosa se hacían, se labraban, se cincelaban, se tallaban
amorosamente, con gusto por la labor,
morosamente, quiero decir,
con morosidad (palabra que hoy quiere decir otra cosa
relacinada con el dinero ¡siempre el dinero!)
Se afirmaban con esmero en el acabado,
porque se quería que duraran para siempre.
Hoy un mueble, un edificio de diez años se considera ya viejo
¡Viejo! Y hay que revisarlo, por si se cae.
Y el acueducto de Segovia en pie,
y la catedral de Burgos,
y la de León,
y la de Santiago de Compostela...
Y digo, con tristeza,
porque me duele la diferencia
con el tiempo actual,
que hasta el agua de lluvia tenía el placer
de discurrir por canalones con rostro,
porque las gotas de lluvia sabían
que eran como las lágrimas
que se deslizan por las mejillas
de las caras humanas,
de hombre
o de mujer.



Y el artesano ponía su marca en la obra,


no con una firma,


sino con la originalidad de su trabajo.


¡Esa la he hecho yo!- pensaba-


ni siquiera se ufanaba de ello en voz alta-


no era más que su trabajo, su dignidad


de ganar el pan con su esfuerzo


para mejorar el mundo.


Y respiraba hondo, satisfecho,


pero sin darse mayor importancia.

No había objeto sin su detalle particular,
irrepetible.
-¿Para qué sirve?
Preguntan hoy.
Para alegrar la vista,
para enseñar el valor de lo bien hecho,
para que estimemos el esfuerzo generoso
(generoso por estar de añadidura,
por no ser obligatorio,
por alimentar el alma ajena)
para eso sirve, para todo eso...
Y a mí no me parece poco.




Pero el tiempo desdibuja esos rostros.


Puede que dentro de nada cualquier


concejal de la modernidad


proponga cambiar estas vetustas


estructuras


por otras más modernas,


hechas en cualquier factoría,


en una fundición de metal


preferentemente extranjera.


Habrá comisiones, concursos


y contratas.


Y yo lloraré por la belleza artesana


que ya pocos amamos.



22 comentarios:

Juan Antonio Torron Castro dijo...

De acuerdo en casi todo, yo tambien tengo nostalgias varias ....., pero o nos adaptamos o nos quedamos muy atrás. La COSA va muy, que muy deprisa, pero tiene su gracia, como demuestra LO presente. Un saludo.
(A tu pregunta, te contesto en mi blog, cualquier duda, a tu disposición.-)

Arantza G. dijo...

Se está perdiendo el arte de hacer las cosas con ganas, con maestría, con ternura, con dedicación.
Las cosas buenas no se deberían perder con la modernidad. Creo que es posible ensamblar lo moderno con lo bien hecho.
Besos grandotes.

Cabopá dijo...

¡Menudo alegato!
Hoy no hay artesania urbana, hoy hay "mobiliario urbano"...y venga por aqui, y por allá papeleras de diseño que valen un potosí, cartelones luminososos con los que te tropiezas o tienes que esquivar para andar........A mi me llevan los demonios sobre todo con ese afan de poner esculturas a to quisque en cualquier calle, plza o plazoleta...........Enfin Rosa muy buena entrada y esas cosicas que nos presentan son preciosas y muy originales seguro que el que las hizo no sólo era artesano.......
Besicos.

Cathy Brown dijo...

Hada...que arte mas hermoso,que figuras!!!!!!me agarro nostalgia...besotes amiga.

Cayetano dijo...

Nostalgia de un tiempo pasado, de otra mentalidad, donde se valoraba el trabajo bien hecho, la labor artesanal... Hoy, inmersos en este consumismo desaforado, no interesan estos trabajos, sino la producción masiva (mas iva)y que compremos y compremos y compremos...
Veo que te has puesto nostálgico.
Saludos.

maruxiña dijo...

Me da un poco de grima lo de las caras ahhhhhhhh jijiji

Biquiños y buen finde!!!

Unknown dijo...

Un homenaje muy bonito para todos aquellos que aún trabajan artesanalmente, que por cierto, son muy poquitos.
Estoy de acuerdo contigo, ya las cosas las hacen para que no duren nada.
Unas palabra muy acertadas para el tiempo en el que vivimos.
Un beso Rosa

Cayetano dijo...

Quería decir "nostálgica". Te he cambiado de género sin quererlo, así de golpe, sin cirugía ni nada. Perdón.
Un saludo.

divagador@ dijo...

¿quién no tiene nostalgias?.-..es el patrimonio más hermoso que uno puede tener y que se debe permitir... darse el derecho a nostalgiar jeje

saludos :P

Rosa Cáceres dijo...

Juan Antonio, renovarse o morir, ya lo sé. Pero es una lástima que ya no merezca la pena poner ilusión en lo que se hace. Los objetos que se venden en cantidades industriales, todos iguales, no tiene calidez alguna. Piessa en un crío, está rodeado de muñecos, de peluches, no les hace demasiado caso, pero si vieras a un chiquillo con el monigote que él se ha cosido, torpemente, es verdad, perp él mismo...

Rosa Cáceres dijo...

Arantza, eso creo yo. esto empezó hace ya muchísimos años. En la ropa, el Prêt a porter acabó con la originalidad, aunque facilitara las cosas y abaratara costes. En juguetes, en todo lo que se piense...
Mil veces estimo yo más una figura de barro hecha a mano que una de material plástico absolutamente sin defectos, una entre mil iguales en la tienda.

Rosa Cáceres dijo...

Cabopá, los carteles esos en medio de la acera, cortando el paso, son un verdadero peligro. Más de una torta se da la gente contra ellos.
Pero las esculturas sí me gustan, las bonitas se entiende. Por ejemplo, el marinero de Cartagena, La Regenta de Oviedo..., pero creo que estás pensando en la GRAN PATATA de la Plaza de la Fuensanta ¿verdad? jajaja
Todas los embones de tuberías con cara son de la calle Mayor de Orihuela, aunque recuerdo que ya de niña me gustaban los que había en Simón García, que es la calle en la que nací.

Rosa Cáceres dijo...

Cathy, te imagino bailando hasta con estas figuras.
¿Cómo está Rosita? Si hablas con ella, le dices que aunque no la conozca ya la quiero, que sea valiente y que procure alcanzar su meta.

Un beso a las dos.

Rosa Cáceres dijo...

Cayetano, siempre digo, para sorpresa de los que me oyen, que vivimos en "granjas de consumidores", "estabulados ante la publicidad", últimamente más y más agresiva, que nos crea la pulsión de tener, tener, tener, comprar, comprar, comprar...
Y lo que se compra, se paga -con un trozo de plástico- sin más, no se aprecia, no deja poso en el sentimiento.

Rosa Cáceres dijo...

maruxiña, ¿grima las caritas esas? jajaja Pero si tú eres de la terra das Meigas y de la Santa Compaña...
Claro, que a lo mejor es por eso precisamente.

Rosa Cáceres dijo...

Pili, yo espero que lo artesanal siempre se apreciará. Cuando hay alguna feria de artesanía la gente compra y admira.
También hay amantes de las antigüedades...
En fin, yo desde niña prefería hacer yo mis recortables propios, mis películas para el cine de juguete...hasta algún muñeco. Jamás quise muñecos de tienda. Rara que es una.

Rosa Cáceres dijo...

Divagador, el alma e stá anostalgiada ¿quién la desesnostalgiará? Aquel que la desenostalgiare, buen desenostagiador será jajajaja

Arantza G. dijo...

Te voy a contar un detalle curioso de una de las escultura de esta bonita ciudad llamada Vitoria Gasteiz.
En el centro de la misma, muy cerquita de la Plaza de la Virgen Blanca, colocaron un figura de bronce con una abertura en medio. El autor la llamó "La mirada"
La verdad es que yo no le veo el ojo por ninguna parte, pero respeto muy mucho la decisión del artista, faltaría más.
Como yo, creo que pocos han adivinado el caer de párpados y desde casi el principio de su colocación la gente pensó que más bien se parecía a otra cosa.
Desde el día dos de su existencia, se la conoce vulgarmente como "El coño"
PERDON
Un reflejo de artesanía urbana, o mobiliario, o cosa indefinida.
Besos gordotes.
Disfruta del fin de semana

Rosa Cáceres dijo...

Arantza, jajajaja ¡Cogno! ¡Rayos y centollos! Estoy deseando ver tan inspiradora obra. Eso es erotismo urbano, mujer, que no te has enterao jajaja, es que me rilo de risa.
Estoy preparando un poco mi intervención del miércoles, voy a tener un público muy variado, seguro, y aunque domino todos los registros (sin falsa modestia) no es cuestión de ir cambiando jajaja.
Hoy ya me han llamado para otra...esto empieza ahora, no sé cuándo va a terminar.

La Dame Masquée dijo...

Ay es verdad, madame, que bellos tiempos en los que todo se hacia a mano y con amor, mimando cada detalle y sin prisa. En los nuestros todo ha de ser funcional, practico y rapido, lo mas posible. Nos devora esa voragine que nosotros mismos generamos.
Yo tambien soy una nostalgica de esos tiempos no vividos. Los amo aunque solo los conozca a traves de los libros y de las obras que han quedado.

Feliz fin de semana, madame

Bisous

Josalbe dijo...

Qué curioso que me encuentre a alguien que le resultan de interés las decoraciones de las bajantes de pluviales, ¡a mí también! y hago fotografías por donde las encuentro..., ya me has picado a seguir, y a ordenarlas, pues están cada una por su lado. Muy bien lo que escribes...

fonsilleda dijo...

Suscribo todo lo que has dicho en esta entrada. De principio a fin.
Y esos canalones me paarecen preciosos.
Es cierto que no podemos vivir en el pasado pero que un mueble, después de 10 años se considere inservible, cuando a mí, el que más me gusta de mi casa es un bargueño heredado con 3 o 4 siglos...
En fin, bicos