Ciencia y sabiduría

Ayer leí en el periódico La Verdad, de Murcia, una noticia sobre el escritor José Luis Sampedro.
El autor distinguía de pasada entre las dos categorías que se nombran en el título de mi entrada de hoy.
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Siempre he creído que ciencia y sabiduría son dos cosas absolutamente distintas, que si se complementan y unen en un mismo individuo lo hacen excelente, desde luego, pero que no necesariamente se dan juntas en la misma persona.
Me explico; conozco a sabios en ciencia que son analfabetos en sabiduría, porque la sabiduría es otra cosa que tiene que ver más con lo humano, con lo valioso de la vida y el espíritu.
Al decir valioso no estoy diciendo de valor monetario sino enriquecedor en el ámbito de los afectos, el consejo, la apreciación de la belleza intrínseca de la bondad.

"Todo necio
confunde valor y precio"

Decía Antonio Machado.

Yo podría decir:

Es una gran tontería
considerar que en la Ciencia
se halla la Sabiduría.

Y es que a lo largo de mi vida he tenido el privilegio de conocer a algunas personas casi iletradas pero fundamentalmente sabias. Bellísimas personas que hacen mejor la vida de todos cuanto entran en contacto con ellas.

Por cierto, no es lo mismo ser "una persona bellísima" (ejemplos sobran, y más ahora con las operaciones de cirugía estética) que "una bellísima persona".
Si me ponen a elegir, yo no lo dudaría. Para belleza perfecta, un maniquí de escaparate, para embellecer la vida, una persona luminosa.