viernes, 6 de agosto de 2010

Otro paseo por Granada. Venid conmigo.

Es el cielo desde dentro, es un baño árabe granadino.

Son las estrellas que dejan ver el cielo, son las estrellas al alcance de la mano.


Arcos de piedra, luz que desciende tímida e íntima. Eso es un baño árabe, como éste, junto al Darro.


La abadía del Sacromonte custodia al Cristo de los Gitanos, que cantó Antonio Machado en su famosa Saeta:

¡Oh, la saeta! el cantar

al Cristo de los Gitanos

siempre con sangre en las manos,

siempre por desenclavar
Cantar del pueblo andaluz,

que todas las primaveras

anda pidiendo escaleras

para subir a la cruz...


:::::::::::

Me encantó la cripta -catacumba.

Hay allí una enorme piedra en un lado, yo la toqué porque estaba pulida y brillante y me chocó mucho. La guía explicó que quien la toca se casa antes de un año. Mi reacción fue la lógica; le pedía a Javier que la tocara él también, que no querría casarme con otro jamás...jajajaja.

Vamos, que fue muy romántico. Jajajaja, de verdad.



Junto a la Catedral proliferan puestos de herbolario. El aroma es indescriptiblemente evocador.


En tres ocasiones he tenido el placer de visitar la exposición "Aromas de Al-Ándalus", pues es la misma emoción que nace de la percepción olfativa.

¡¡¡Placentero de verdad!!!

Las estrechisimas callejuelas donde se amontonan toda clase de mercaderías van más allá de lo meramente turístico.



¡¡¡Mirad qué fuente!!!

Rincón encantador de un patio, concretamente, el de los bañuelos junto al Darro.
Armonía de fuentecilla rumorosa, tiestos escalando paredes y la noche que se acerca de puntillas teniendo como heraldo el canto de un grillo poeta.



Y cerca, muy cerca, las estrellas en constelación humilde.


Granada para mí es la gacela hermosa de Andalucía

Al ver este dibujo a la entrada a la subida a la Alhambra, recordé los versos de mi paisano medieval, Ibn Arabí, el Murçí, nacido en 1165 en mi ciudad natal:


Mi corazón abarca todas las formas.

Contiene un prado para las gacelas

y un monasterio para los monjes cristianos

(...)

Yo sigo la religión del Amor.



Si hace calor, hace calor...pero no era sólo el calor, sinceramente, no. Cuando me descalcé y metí los pies en el regato de agua que cae desde la Alhambra, por la cuesta penumbrosa y arbolada, realizaba un rito que repito en lugares que reverencio: mis pies descalzos pisan con respeto, me naturalizan con el lugar, me unen a él de una forma misteriosa.



Un patio de palacio, una fuentecilla rumorosa, poesía que canta el agua, casta y limpia.




Y un arabesco geométrico en el empedrado del suelo. Habrá quien paase y pise sin mirarlo, pero yo quedé seducida por su delicadeza.




Otra fuentecilla con un surtidor de deliciosa musicalidad. Estos son los detalles que me sumen en una especie de contemplación casi mística.



Una ventana con macetas. Arriba, enfrente, La Alhambra luce su esplendorosa silueta.




Ahí la podéis ver.


El río Darro serpentea cantando entre las piedras bajo la majestad de La Alhambra. Al Darro lo cruzan varios puentecillos de piedra, estrechos y antiguos, sólo aptos para el caminante a pie.

En las riveras del riachuelo los gatos tienen su reino y se reproducen como si quisieran formar una legión gatuna variopinta y colorida. Los hay que buscan acomodo en una piedra en mitad de la corriente, amos de su islote miniaturesco.



Bóveda de mocárabes en el Corral del carbón.


Pasando este puente de piedra sobre el río Genil, estaba nuestro hotel, un hotel con encanto ya que se trata de un Monasterio de los Basilios. Ahí se ven sus torres.



Aljibe de un patio del Hotel, renacentista.
Desde la mesa del restaurante del Hotel.



Claustro acristalado del Hotel.




El Claustro con sus bóveda arcadas.
Un patio del Hotel.

Continuará con un paseo por las Alpujarras)

17 comentarios:

L. Gispert dijo...

Granada es única, y con tus fotos y tu texto la has engalanado de poesía, de encanto.

Gracias, por mostrarnos tanta belleza bajo tu lírica semblanza.

Un abrazo,

Luis.

Montserrat Llagostera Vilaró dijo...

GRACIAS POR ESTE HERMOSO PASEO.
HOY HE ESTADO TODO EL DIA FUERA DE CASA.

AHORA SON LAS 20,15 H.

Y COMO DISFRUTO VIENDO TANTA BELLEZA ANDALUZA.

YO HACE MÁS 20 AÑOS ESTUVE PASEANDO POR EL SACROMONTE.

BESICOS, Montserrat

Cabopá dijo...

Me sumo al comentario de Luis G. totalmente,conforme he ido mirando las fotos y leyendo tus palabras siempre tan acertadas, he creído estar en Granada contigo...Que por otro lado sería un placer,como bien sabes...Deberíamos quedar un día con "la del librillo" y hacer una excursión junticas...je,je...Sólo es una idea pero no estaría mal...
Paso unos días en Cabo Palos,y después me voy por tierras asturianas una semanica....Ya contaré a la vuelta....
Lo de Abenarabí, una gozada se me olvidaba decirlo...
Besicos salados.

Cathy Brown dijo...

GRACIAS POR ESTE PASEO BELLISIMO,QUE ME AYUDO A DESPEJAR LA MENTE...QUE BELLEZA TODO,PERO LO QUE DESEO QUE ME MANDES POR CORREO URGENTE(NO ME IMPORTA EL TAMAÑO)ES ESA PIEDRA QUE TOCASTE HADA....POR FAVOR NO SEAS EGOISTA YO TAMBIEN LA QUIERO TOCAR AJA-JA TE QUIERO MUCHO,BESOTES.

Cayetano dijo...

Preciosas las fotos de Granada, una sabia selección, con el Darro y las bóvedas caladas, los mocárabes, las fuentes... Una ciudad que no se olvida fácilmente.
Saludos.

Rosa Cáceres dijo...

Luis G. Hay ciudades -casi todas- que traen a la mente poesías conocidas. Yo soy profesora de Literatura, conozco muchos romances y la obra completa de muchos poetas, además, tengo muy buena memoria para el verso...así es que puedo recitar tiradas enteras de poemas con los que acompaño mis sensaciones viajeras.
En una de mis novelas ("la delicada piel del alma") dedico varias páginas a explicar las sensaciones de la protagonista al viajar y al encontrarse en lugares nuevos. La verada es que esas son sensaciones mías. Ya sabes que no hay medio de evitar mostrarse en lo que una escribe.

Un abrazo, de aquí a Segorbe.

Rosa Cáceres dijo...

Montserrat, fíjate que yo había ido a Granada más de siete veces, pero jamás había estado en el Sacromonte; era mi asignatura pendiente. Siempre optaba por el Albaicín y sus cármenes.

Lástima el calor excesivo, que amarga al má optimista...¡qué fuego, oye!

Aquí ahora llevamos una semana de levante fortísimo, las olas meten miedo, pero por la noche se calma el viento y se asan los pensamientos jajaja

Un besico

Rosa Cáceres dijo...

cabopá, Abenarabí era uno de los autores estudiados en mi carrera, yo siempre lo he llamado Ibn Arabí, aunque sé que hay una calle llamada Abenarabí, por mi barrio está precisamente.
Ese poema completo es un monumento lírico a la tolerancia y al respeto por todos los seres humanos. Se lo recomiendo a todo el mundo.

Te felicito por esos días que vas a pasar en Asturias, disfruta mucho, que allí una puede ser persona en verano, mientras que en Murcia se tiene que conformar con ser un trapo...¡Qué calor!

Las del librillo no sé cuáles ni cuántas somos, pero estaría bien formar un club exclusivo de damas interesantísimas jajaja aunque mejor una logia secreta, hala.

Rosa Cáceres dijo...

Cathy, ¡qué graciosa eres! La piedra era enorme, tamaño lavadora o así, jajaja, aunque redonda, parecía una gran tortuga agazapada en una hornacina de las catacumbas esas, que son cuevas con pasadizos que se entrecruzan. Estaba prohibido hacer fotos, por eso no la he podido poner. Hay una Virgen de la Rosa, del siglo XV, que me encantó.

Bonita, yo pensaré en ti cada vez que vea la foto de esa Virgen.
Un abrazo.

Rosa Cáceres dijo...

Cayetano, para Javier que estudió Historia y para mí, que estudié Románicas, es un placer compartir el mismo entusiasmo por la arquitectura de esa época.
¡Disfrutamos como bestias jajaja!
Un abrazo.

Cabopá dijo...

Rosaaaaaaaaaa, con viento de Levante en mi terraza y mirando al Faro,veo que estás por aquí..je,je.
Aquí hay una cobertura excelente y yo he dejado de leer para entrar en tu ventana un ratico y veo que tu también andas por aquí....
Besicos salados, azulados,salobres,ventosos..ja,ja.
¡Qué divertido!

ARO dijo...

Buen reportaje fotográfico y comentarios. Dan ganas de hacer el equipaje y aparecer por Granada.

Rosa Cáceres dijo...

cabopá, a mí la belleza de las olas me subyuga, pero también es verdad que me atemoriza cuando son tan fuertes. Una vez dentro del agua, no, porque si me va aromper encima me sumerjo bajo ella, pero entrar o salir con olas que te superan el altura y con la fuerza que lleva el mar...
El Karyam no ha podido salir este domingo. Ayer desembarcó mi hija, le pregunté si lo había pasado mal durante la semana, bregando con las olas. Se puso a reirse, dijo: yo no, pero lo pasajeros sí, jajaja
En fin, que he oído mi nombre desde un poquillo al norte y resulta que eras tú...ya me parecía que conocía la voz jajaja
¿cuándo te vas a Asturias a disfrutar de la temperatura y les fabes con almejes?

¡Ah, se me olvidaba! ¡Ya he terminado la primera vuelta de corrección de la novela, han salido 450 páginas-folio. Ahora, a imprimir de nuevo y a comenzar la segunda vuelta...

Rosa Cáceres dijo...

AROBOS, muchas gracias por decir que es un buen reportaje. A ti Granada no te coje demasiado lejos ¿o sí? Yo lo que quisiera es volver a Cádiz y segir explorando sus alrededores, porque fascinados por la ciudad no salimos de allí en la semana entera que pasamos hace un par de años.
Un abrazo.

Merche González dijo...

Gracias, Rosa. Me ha encantado el paseo, exquisito. Preciosas fotos y hermosos comentarios.

Mis sentidos también te dan las gracias.

Besitos

Rosa Cáceres dijo...

Mercedes, gracias a ti por acompañarme en este paseo. En verano casi nadie anda por estos andurriales internaúticos. Yo me dedico también a otras cosas pues es tiempo de sobrevivir al calor bañándose en el mar y en los pensamientos diversos.

Un abrazo.

emejota dijo...

Gracias por estas bellas imágenes y excursiones, Rosa. Recuerdo Granada como algo muy especial, y no descarto volver en alguna buena ocasión. Un abrazo.