La foto la tomé en La Azohía, como parte del archivo fotográfico para mi novela "Sixto con rumor de olas rompientes". La pequeña playa junto al puerto, al amparo del monte que muestra el torreón vigía, estaba llena de barcos en reposo. En el mar otros se balanceaban meciéndose como se mecen los sueños. Pero los de la playa, a salvo de fluctuaciones, tranquilos, dormían al sol mediterráneo y permitían que su belleza marinera, polícroma y entrañable, fuera captada por los ojos, la cámara fotográfica y, más aún, por el alma de la escritora.
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