sábado, 15 de octubre de 2011






Décima de LOS DOS SABIOS




Cuentan de un sabio que un día

tan pobre y mísero estaba

que solo se sustentaba

de las hierbas que cogía.

¿ Habrá otro, entre si decía,

más pobre y triste que yo?

Y cuando el rostro volvió

halló la respuesta, viendo

que otro sabio iba cogiendo

las hierbas que él arrojó.


.
Calderón De La Barca, en "La vida es sueño" Siglo XVII


*
El precedente de esta décima es "El hombre que comía altramuces", Ejemplo de Don Juan Manuel en "El Libro de Patronio o el Conde Lucanor", siglo XIV
.

Esta décima me lleva a la reflexión de que el refrán "Mal de muchos, consuelo de tontos", debería decir "Mal de muchos, consuelo de todos".



Está probado que si vemos a otros en peor situación que nosotros, nos conformamos con más facilidad, mientras que si nuestra percepción es que somos los únicos desgraciados, se nos hace más cuesta arriba.



Está feo decirlo, es cierto, pero...

25 comentarios:

Montserrat Llagostera Vilaró dijo...

Hola Rosa:
Pero tampoco nos hemos de consolar porque hay otros peores.
Sino que hallar la felicidad prestando atención a los pequeños y bellos detalles que nos rodean.
A veces menda es feliz leyendo un libro de una escritora que se llama Rosa Cáceres, o fotografiando o simplemente mirando las nubes.
Besicos, Montserrat

Amig@mi@ dijo...

En su día lo publiqué yo, Rosa. Me encanta esta décima porque es la pura realidad. Está plenamente vigente y será por nuestra naturaleza de humanos, pero siempre recurrimos al consuelo de que hay gente que está peor.
Gracias por recordarla.

Cabopá dijo...

Un día hoy, para traer esta reflexión muy acertada...
Hace un rato oía a personas jovenes que viven con sus mayores y con la pequeña pensión de estos.

¡No sabemos lo qué tenemos!
...Y como decía Paco Rabal en Pajaricos, "Qué bien se está cuando se está bien"...
BESICOS.

desdelaterraza-viajaralahistoria dijo...

Tan cierto como bonita la décima de Calderón. Un abrazo.

Isabel Martínez Barquero dijo...

Muy adecuado Calderón, Rosa, y es que siempre nos compadecemos sin mirar alrededor, sin ser conscientes de que existen situaciones mucho peores que la nuestra.
Un placer venir a tu casa.
Abrazos.

Rosa Cáceres dijo...

Montserrat, es humano buscar que el dolor sea compartido, porque así nos parece que se divide y se asume mejor.
Tengo que darte las gracias por tu amistad y tu afición por mis novelas; si sirven para contribuir a tu felicidad ya doy por bien empleadas las horas que he trabajado en escribirlas.
Un besico.

Rosa Cáceres dijo...

Amig@mi@, veo que hemos coincidido de nuevo en algo, que es en este caso la admiración por esta décima calderoniana. A mí me gusta igualmente el precedente de Don Juan Manuel, cuyo Conde Lucanor deja tanta descendencia literaria que admira, asombra y pasma. Seguro que don Pedro conocía esta obra medieval.
Pero ayer, en Informe Semanal (y volví a pensar en esta décima) pusieron un reportaje de nuestra crisis e inmediatamente después otro sobre la hambruna en el Cuerno de Áfrina. No digo más.
Un beso

Rosa Cáceres dijo...

Cabopá, la cosa está que arde, la crisis va galopando, y todo recuerda otras épocas pasadas desde que el mundo es mundo, en que los ricos han acumulado cada vez más al tiempo que ahogaban a impuestos y recortes a los más débiles.
Pobre consuelo el que da pensar que hay otros peores, pero es lo que hay...
Un besico

Rosa Cáceres dijo...

dlt, el mérito de Calderón de la Barca está fuera de toda duda, desde luego.
La enseñanza de la décima es que hay que quejarse menos y agradecer lo poco o mucho que uno tenga.
un abrazo

Rosa Cáceres dijo...

Isabel, un placer muy grande recibir tu visita. Ayer estuve paseando por tu blog a través del blog de Thornton, y te vi en fotos con Cabopá, que es mi amiga, porque ya nos conocemos personalmente.
Un abrazo

ANTONIO CAMPILLO dijo...

¡Jesusito mío que me quede como estoy!
Esta es la desgracia que tenemos a causa de una mal interpretada, cansina y obediente pasividad, producida por los poderosos de esta caduca sociedad occidental.

Un abrazo, Rosa.

L. Gispert dijo...

Cuanta razón tienes Rosa. Su vigencia conforma situaciones diferentes en las personas. Pero, creo que es un error conformarnos anteel adverso espejo de los demás, donde te miras y te ves de otra forma... No se, creo que cada uno debe conformarse con lo que tiene y lo que le viene.... Pero siempre con el "corazón en la mano" y la mirada animada, hacia ese sendero que recorremos, que es nuestra vida, sin desviarnos en buscar el precipicio, ya viene él...

Un beso,

Luis.

Blao dijo...

"Está feo decirlo.." pero mucho más sentirlo. O ¿acaso estamos hechos de materiales no del todo nobles? Me refiero a la competitividad y a la envidia.

Rosa Cáceres dijo...

Antonio, desde luego parece que la sociedad tal como estaba enfocada ha ido a la catástrofe financiera, menos los listorros de siempre, que a río revuelto...
Un abrazo

Rosa Cáceres dijo...

Luis, la moraleja en don Juan Manuel era que el primero de los hombres reaccionó y volvió recuperar su fortuna con esfuerzo y tesón.
El lamento estéril es, lógicamente, inútil, aunque nos sirva para desahogarnos muchas veces.
Un abrazo

Rosa Cáceres dijo...

Juan, está feísimo sentirlo, pero peor aún poner en práctica cualquier artimaña para hundir al prójimo...
La envidia, entendida como la tristeza por el bien ajeno, castiga más al envidioso que al envidiado. En cuanto a la competitividad, se intenta inculcarla a todos hoy en día, pero creo que en determinados ámbitos conduce a la envidia nada más.
un abrazo

Francisca Quintana Vega dijo...

Hola, amiga ...
Sí que es cierto de que el mal ajeno, nunca deseado, sí nos hace darnos cuenta de que siempre nos pudo ir peor...de que a nosotros no nos ocurre igual... y parece, de esa forma, que nuestro mal es menor...si lo comparamos...muy cierto...una muestra muy curiosa de las realidades de la vida.
Un beso....y ánimo con esas presentaciones de tu novela...yo sigo leyendo tu "emboscado"...y me encanta.

Rosa Cáceres dijo...

Francisca, me da mucho gusto que estés leyendo esa novela mía. Verás, cuando la escribí dije que sería la última...tanto fue el trabajo que me dio con el trenzado de situaciones y personajes, pero luego, ya ves, escribí otra más larga todavía y dos más que aún no están publicadas, porque me lo quiero tomar con calma.
Gracias por los ánimos que me das para la próxima presentación.
Un besico

Anónimo dijo...

Cuando se comparten sentimientos y uno se da cuenta que no está solo, realmente es más llevadero.Siempre hay un peor.
Reciba mis saludos.

Rosa Cáceres dijo...

paratilibre, el compartir divide pesares y multiplica alegrías.
Un saludo cordial

José Vte. dijo...

Esta décima de Calderón de la Barca la recuerdo de darla, con insistencia, en el colegio cuando era niño. Recuerdo bien incluso la ilustración de la enciclopedia, de un hombre andando por el desierto dejando caer unas hierbas y otro, detras, recogiéndolas. Siempre me impresionaron mucho estos versos, hablan de que por muy mal que uno esté o se sienta, siempre habrá otro que esté peor que uno mismo.
Puede ser reconfortante o desolador. Según se mire.

Un abrazo

Rosa Cáceres dijo...

José Vicente, como profesora de Literatura es una composición a la que siempre he aludido en referencia al cuento del Conde Lucanor que le sirve de precedente.
Si se considera ese cuento, la moraleja es decididamente alentadora.
Un abrazo

Segundo Sánchez dijo...

Casi, con los tiempos que corren, habría que aplicar el dicho: "cuando las barbas de tu vecino veas pelar pon las tuyas a remojar".
Un saludo.

Rosa Cáceres dijo...

Valverde de Lucerna, sin ninguna duda nuestro refranero tiene recetas para todo.
Un abrazo

Trini Reina dijo...

hay otro refrán español que dice "Dios aprieta, pero no ahoga" yo digo, y acordándome de éste, "mal de mucho consuelo de tontos", que no ahoga porque siempre, si miramos alrededor o atrás o adelante, siempre hay alguien peor que nosotros; pero no porque no apriete de lo lindo...

Mi madre nos contaba esta fábula con los altramuces en lugar de con la hierba.

Saludos