Décima de LOS DOS SABIOS
Cuentan de un sabio que un día
tan pobre y mísero estaba
que solo se sustentaba
de las hierbas que cogía.
¿ Habrá otro, entre si decía,
más pobre y triste que yo?
Y cuando el rostro volvió
halló la respuesta, viendo
que otro sabio iba cogiendo
las hierbas que él arrojó.
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Calderón De La Barca, en "La vida es sueño" Siglo XVII
Calderón De La Barca, en "La vida es sueño" Siglo XVII
*
El precedente de esta décima es "El hombre que comía altramuces", Ejemplo de Don Juan Manuel en "El Libro de Patronio o el Conde Lucanor", siglo XIV.
Esta décima me lleva a la reflexión de que el refrán "Mal de muchos, consuelo de tontos", debería decir "Mal de muchos, consuelo de todos".
Está probado que si vemos a otros en peor situación que nosotros, nos conformamos con más facilidad, mientras que si nuestra percepción es que somos los únicos desgraciados, se nos hace más cuesta arriba.
Está feo decirlo, es cierto, pero...
25 comentarios:
Hola Rosa:
Pero tampoco nos hemos de consolar porque hay otros peores.
Sino que hallar la felicidad prestando atención a los pequeños y bellos detalles que nos rodean.
A veces menda es feliz leyendo un libro de una escritora que se llama Rosa Cáceres, o fotografiando o simplemente mirando las nubes.
Besicos, Montserrat
En su día lo publiqué yo, Rosa. Me encanta esta décima porque es la pura realidad. Está plenamente vigente y será por nuestra naturaleza de humanos, pero siempre recurrimos al consuelo de que hay gente que está peor.
Gracias por recordarla.
Un día hoy, para traer esta reflexión muy acertada...
Hace un rato oía a personas jovenes que viven con sus mayores y con la pequeña pensión de estos.
¡No sabemos lo qué tenemos!
...Y como decía Paco Rabal en Pajaricos, "Qué bien se está cuando se está bien"...
BESICOS.
Tan cierto como bonita la décima de Calderón. Un abrazo.
Muy adecuado Calderón, Rosa, y es que siempre nos compadecemos sin mirar alrededor, sin ser conscientes de que existen situaciones mucho peores que la nuestra.
Un placer venir a tu casa.
Abrazos.
Montserrat, es humano buscar que el dolor sea compartido, porque así nos parece que se divide y se asume mejor.
Tengo que darte las gracias por tu amistad y tu afición por mis novelas; si sirven para contribuir a tu felicidad ya doy por bien empleadas las horas que he trabajado en escribirlas.
Un besico.
Amig@mi@, veo que hemos coincidido de nuevo en algo, que es en este caso la admiración por esta décima calderoniana. A mí me gusta igualmente el precedente de Don Juan Manuel, cuyo Conde Lucanor deja tanta descendencia literaria que admira, asombra y pasma. Seguro que don Pedro conocía esta obra medieval.
Pero ayer, en Informe Semanal (y volví a pensar en esta décima) pusieron un reportaje de nuestra crisis e inmediatamente después otro sobre la hambruna en el Cuerno de Áfrina. No digo más.
Un beso
Cabopá, la cosa está que arde, la crisis va galopando, y todo recuerda otras épocas pasadas desde que el mundo es mundo, en que los ricos han acumulado cada vez más al tiempo que ahogaban a impuestos y recortes a los más débiles.
Pobre consuelo el que da pensar que hay otros peores, pero es lo que hay...
Un besico
dlt, el mérito de Calderón de la Barca está fuera de toda duda, desde luego.
La enseñanza de la décima es que hay que quejarse menos y agradecer lo poco o mucho que uno tenga.
un abrazo
Isabel, un placer muy grande recibir tu visita. Ayer estuve paseando por tu blog a través del blog de Thornton, y te vi en fotos con Cabopá, que es mi amiga, porque ya nos conocemos personalmente.
Un abrazo
¡Jesusito mío que me quede como estoy!
Esta es la desgracia que tenemos a causa de una mal interpretada, cansina y obediente pasividad, producida por los poderosos de esta caduca sociedad occidental.
Un abrazo, Rosa.
Cuanta razón tienes Rosa. Su vigencia conforma situaciones diferentes en las personas. Pero, creo que es un error conformarnos anteel adverso espejo de los demás, donde te miras y te ves de otra forma... No se, creo que cada uno debe conformarse con lo que tiene y lo que le viene.... Pero siempre con el "corazón en la mano" y la mirada animada, hacia ese sendero que recorremos, que es nuestra vida, sin desviarnos en buscar el precipicio, ya viene él...
Un beso,
Luis.
"Está feo decirlo.." pero mucho más sentirlo. O ¿acaso estamos hechos de materiales no del todo nobles? Me refiero a la competitividad y a la envidia.
Antonio, desde luego parece que la sociedad tal como estaba enfocada ha ido a la catástrofe financiera, menos los listorros de siempre, que a río revuelto...
Un abrazo
Luis, la moraleja en don Juan Manuel era que el primero de los hombres reaccionó y volvió recuperar su fortuna con esfuerzo y tesón.
El lamento estéril es, lógicamente, inútil, aunque nos sirva para desahogarnos muchas veces.
Un abrazo
Juan, está feísimo sentirlo, pero peor aún poner en práctica cualquier artimaña para hundir al prójimo...
La envidia, entendida como la tristeza por el bien ajeno, castiga más al envidioso que al envidiado. En cuanto a la competitividad, se intenta inculcarla a todos hoy en día, pero creo que en determinados ámbitos conduce a la envidia nada más.
un abrazo
Hola, amiga ...
Sí que es cierto de que el mal ajeno, nunca deseado, sí nos hace darnos cuenta de que siempre nos pudo ir peor...de que a nosotros no nos ocurre igual... y parece, de esa forma, que nuestro mal es menor...si lo comparamos...muy cierto...una muestra muy curiosa de las realidades de la vida.
Un beso....y ánimo con esas presentaciones de tu novela...yo sigo leyendo tu "emboscado"...y me encanta.
Francisca, me da mucho gusto que estés leyendo esa novela mía. Verás, cuando la escribí dije que sería la última...tanto fue el trabajo que me dio con el trenzado de situaciones y personajes, pero luego, ya ves, escribí otra más larga todavía y dos más que aún no están publicadas, porque me lo quiero tomar con calma.
Gracias por los ánimos que me das para la próxima presentación.
Un besico
Cuando se comparten sentimientos y uno se da cuenta que no está solo, realmente es más llevadero.Siempre hay un peor.
Reciba mis saludos.
paratilibre, el compartir divide pesares y multiplica alegrías.
Un saludo cordial
Esta décima de Calderón de la Barca la recuerdo de darla, con insistencia, en el colegio cuando era niño. Recuerdo bien incluso la ilustración de la enciclopedia, de un hombre andando por el desierto dejando caer unas hierbas y otro, detras, recogiéndolas. Siempre me impresionaron mucho estos versos, hablan de que por muy mal que uno esté o se sienta, siempre habrá otro que esté peor que uno mismo.
Puede ser reconfortante o desolador. Según se mire.
Un abrazo
José Vicente, como profesora de Literatura es una composición a la que siempre he aludido en referencia al cuento del Conde Lucanor que le sirve de precedente.
Si se considera ese cuento, la moraleja es decididamente alentadora.
Un abrazo
Casi, con los tiempos que corren, habría que aplicar el dicho: "cuando las barbas de tu vecino veas pelar pon las tuyas a remojar".
Un saludo.
Valverde de Lucerna, sin ninguna duda nuestro refranero tiene recetas para todo.
Un abrazo
hay otro refrán español que dice "Dios aprieta, pero no ahoga" yo digo, y acordándome de éste, "mal de mucho consuelo de tontos", que no ahoga porque siempre, si miramos alrededor o atrás o adelante, siempre hay alguien peor que nosotros; pero no porque no apriete de lo lindo...
Mi madre nos contaba esta fábula con los altramuces en lugar de con la hierba.
Saludos
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