martes, 7 de julio de 2009

EL BESO DE LOS AMANTES O UNA METAMORFOSIS . Leyenda repentizada ante unas fotos de mar.

Cuenta una leyenda antiquísima...que en la abrupta costa de una región perdida en los confines del mundo conocido por los seres humanos...

se hallaban, esporádicamente repartidas, playas de tersas arenas, tranquilas y deshabitadas, ajenas a los odios y los rencores de los hombres.

La cólera era desconocida hasta por el mar que bañaba aquel lugar paradisíaco.
Así pues, las olas rompían mansanente contra las rocas y las arenas. Y más eran caricia suave que azote tempestuoso.



Libres de asechanzas y de todo peligro, los cangrejos paseaban por las rocas de dos en dos, como parejas bien avenidas.
Mimetizados con la piedra mojada, se esforzaban -sin necesidad alguna- en pasar desapercibidos.
Puede que pretendiendo comportarse como enamorados, que huyen de la observación curiosa y ladina de los envidiosos.

En ese lugar de ensueño - cuya existencia yo misma, que cuento esta leyenda, dudo- dicen que hasta las piedras y los montes se daban muestras de amor.
Y, a su manera, se besaban con pasión.
Dicen también, que una vez llegaron a esas costas un hombre y una mujer cuyo barco había naufragado.
Ambos eran jovenes y hermosos y estaban enamorados.
Dicen que al mirar a su alrededor, eufóricos por haber salvado la vida, quedaron admirados ante aquella majestuosa soledad que los rodeaba y se creyeron Adan y Eva en el Paraíso.




Emocionados, se miraron intensamente. Sus rostros se aproximaron lentamente y sus labios, ardientes de pasión, se unieron en un beso.
Ocurrió entonces que sus cuerpos se convirtieron en petreas masas rocosas, pues aquel paraíso ignoto era lugar prohibido para los humanos.
Desde entonces, permanecen en la playa, besándose en la orilla, tan como los sorprendió la metamorfosis que el fatum había dispuesto para ellos.
Y solamente el mar, compasivo, pasa entre ellos, los acaricia y escucha los sollozos que suenan como un eco casi inaudible en el interior de los dos montículos que conforman el beso de los amantes.
Acabo de repentizar esta leyenda. He estado pintando al óleo toda la tarde y me apetecía hacer otra cosa.

Todos los paisajes son de El Puerto de Mazarrón.




























20 comentarios:

Normis dijo...

Excelente historia de amor , me dejo super enganchada , cuanta pasion , cuantas sensaciones al leerlo y mirar esas maravillosas imagenes , gracias a ti por compartirlas !!!
un abrazo inmenso

Ruy dijo...

Mazarrón...
Se llegaba por caminos polvorientos
a una cala de arena negra y de aguas profundas a pocos pasos de la orilla....no sé ahora.

Cangrejos y rocas teñidas por la constancia de las olas, veo cada mañana, son extraños, son temerosos,son escurridizos, a penas se dejan mirar...No los veo enamorados, no adivino sus juegos..
Duro castigo, para los amantes de
tu historia,ver su pasión reducida a piedra inconmovible a la vida, y sometida para siempre al llanto de las olas que intentan devolverles la ventura.
Tienes querencia por lo abrupto ?
Ya. Quieres pulirlo.. es tu oficio.

Cabopá dijo...

¡Qué buenas fotos! No parece Mazarrón al menos yo así no lo conozco...Los cangrejos están chulos..me gustan los cangrejos. De pequeña con mis primas en Los Alcázares en diciembre cuando salían a la orilla a desovar los cazabamos con un salabre...y luego nos los comiamos..¡qué ricos! con sus huevas....Esto hoy si quedaran sería un cagrecidio, jajaja...Besicos. Tu leyenda estupenda como siempre repentizas muy requetebien...

Militos dijo...

Me encantan las imágenes de rocas y me puedo pasar horas contemplando el choque de las olas contra ellas.
¿Qué quiere decir repentizar, que te la acabs de inventar? Pues preciosa y realmente está plasmado ese beso en las rocas.
me gustó mucho.
Un beso

Lolami dijo...

Me ha gustado mucho la historia, las fotografías son muy bonitas.
Un abrazo

Rosa Cáceres dijo...

Normis, te agradezco mucho tu benévolo juicio. No suelo escribir cosas breves, lo mío es el ampli recorrido de la novela. Pero, mira, ayer me animé al ver las fotos.

Rosa Cáceres dijo...

Ruy, te aseguro que los dos cangrejos (que no eran pequeños precisamente) se dejaron fotografiar por mí sin inmutarse, sin huir...cosa rarísima en esos bichos.
Hoy en día se llega a Mazarrón `por cómoda autovía, desde Alhama o desde Totana. Y, claro, desde Cartagena.
En tantos kilómetros de playa que tiene, hay arenas negras y blancas, a gusto del consumidos. Las rocas potencian el sonido de las olas, rompen la monotonía del paisaje, aunque este paisaje no sea precisamente monótono.

Rosa Cáceres dijo...

Cabopá, pues claro que es Mazarrón, en concreto La Isla y La ermita, al ladico de Bahía.
A mí también me encantan los cangrejos jajaja...pero quedar, quedan. Yo veo muchos.
Me alegra que te guste mi leyenda. La guardaré en mis documentos, no pensaba hacerlo, porque fue un repente, pero...
¡He terminado mi segudo óleo de tema marino! Son para decorar la cabina de mi hija en el Karyam, al fin y al cabo, es su segundo hogar..., si no es el primero. Ahora está navegando por Cabo de Gata, en Almería.

Rosa Cáceres dijo...

Militos, repentizar quiere decir que escribes o rimas algo al instante, sin pensar...has acertado plenamente. Es un arte muy murciano. ´Hay troveros, que se reunen en veladas troveras para entrar en controversias en verso rimaddo en coplas. Así discuten, sin dejar tiempo para componer, sino al instante. Pierde el que se queda sin contestación a las puyas que el otro le lanza.
Es cierto lo que dices de las rocas, amplifican el sonido del mar.

Rosa Cáceres dijo...

Lolami, qué satisfacción tenerte de visita en mi blog, en el que eres muy bien recibida.
Gracias por estar ahí.

Sonia dijo...

Pués qué bonita historia y qué bonitas fotos que la han inspirado.

Un beso

Alvaro dijo...

Que bonita leyenda, me ha encantado leerla, y las fotos una preciosidad, este verano estaré atento por si veo esos paisajes.

Carmen Conde Sedemiuqse dijo...

ese lugar existe lo que sucede que para que el hombre no lo busque se inventaron esa leyenda.
je
besitos y amor
je

Amig@mi@ dijo...

Pues de vez en cuando merece la pena hacer un alto en el camino como este, la mar de productivo ;)
Besos

Rosa Cáceres dijo...

Sofía, es una historia fácil de imaginar cuando se miran esos dos enormes peñascos con un nombre tan sugerente.
Un beso para ti.

Rosa Cáceres dijo...

Álvaro, el paisaje del beso está justo en la playa que hay a continuación de la isla. Hay una ermita en esa playa, justo enfrente del Hotel, el Club de buceo y el restaurante Barbas.
A las rocas en cuestión se llega a pie con el agua por debajo de las rodillas. No tiene pérdida.
¡He pintado tres marinas al óleo! ¿Qué te parece? Estoy como una pitufa, con azul de las manos al codo e incluso la cara jajaja

Rosa Cáceres dijo...

sedemiuqse ¡Qué tema has sugerido! Sería precioso enfocar la leyenda desde esa faceta, inventar un personaje que se dedicara a guardar el arcano de tal paraiso...
Pero ¿sabes lo que yo quisiera? pues reposar en ese lugar deleitoso y que se volatilizaran todas mis preocupaciones y todas mis ideas creativas...¡Hasta esas!

Rosa Cáceres dijo...

Amig@, quisiera poder parar, poder detenerme, dejar de imaginar cosas, dejar de escribirlas...¡Ah, si yo pudiera estarme quietecica...!

Alvaro dijo...

Creo que se donde stá incluso he estado allí, pero tu le sabessacar la belleza alas cosas. A ver si vemos esas marinas!!!!

Rosa Cáceres dijo...

Álvaro, marchando una de marinas en la entrada que voy a hacer ahora mismico.
Va por ustedes...