miércoles, 5 de agosto de 2009

MAR Y EUCALIPTUS; PERFECTA CONJUNCIÓN DE COLORES Y AROMAS

Hoy me he levantado soñadora. Creo que entonces más bien debería decir que me he levantado como todos los días, puesto que no hay para mí mejor territorio que el de los sueños y, en consecuencia, es ahí donde resido por elección propia.

Me he asomado a ver el mar a través de las ramas de un eucaliptus. El aroma de sus hojas se ha fundido con el aroma salino de la brisa.
Me encanta la conjunción de mar y eucaliptus, tan habitual en las playas mazarroneras.


A partir de las once, baño en la playa de Nares:
El agua cristalina baila al son de las olas y es posible dejarse mecer en ellas como el niño pequeño se deja mecer en los brazos de su madre.

Se disfruta la tranquilidad de una playa deliciosa.

La paz del mar convoca los pensamientos.
Rompen mansamente las olas acompasando su ritmo al ritmo de mis meditaciones.
El silencio de los labios abre paso al monólogo del alma, e incluso al diálogo que el alma puede establecer con su más íntima esencia.
El mar propicia el misticismo en algunas personas.
Creo que yo soy una de ellas.










14 comentarios:

Amig@mi@ dijo...

Preciosas fotos, me encantan los árboles al lado del mar...
Tienen una magia especial, como si fueran aún más altaneros.
Un abrazo

Rosa Cáceres dijo...

Amig@, considero un lujo vital contemplar el mar desde la sombra fresca de un árbol, que no tiene parangón con la que produce una sombrilla o un toldo, porque abanica y aromatiza y permite que te unas aún más con la naturaleza. Aquí es posible disfrutar de la sombra de las palmeras, algún que otro pino, bastantes eucaliptus y (en los oasis) naranjos.
Y tienes razón al considerar que tiene magia, magia clorofílica por lo menos.

Normis dijo...

Que belleza amiga mia , me has sacado de la rutina y me has hecho viajar y soñar un rato , gracias por eso !!!!
un abrazo fuerte y feliz resto de semana

Cabopá dijo...

Cuando era pequeña,cerca de casa de mis padres había un eucaliptus cuando caía el fruto ibamos a recogerlos y nos haciamos pulseras...Luego en el Parque del Retiro con mis hijos las recolectabamos y las colocabamos en el coche para que hicieran de ambientador...Aunque éste árbol no es demasiado querido a mi simpre me ha gustado.Rosa, como te entiendo en tus meditaciones..Yo este mes laboro más que medito...Besicos.

MiLaGroS dijo...

¡ Que bonito lugar!. También a mi el mar me provoca misticismo. Un abrazo,afortunada.

roxana dijo...

que buena combinación!!!!!!!!!!!!!!!!mar y arboles!!!!!!!!!!!!!!!!!!
ambos tan saludables y frescos!!!!!!!!!!!!!
me encantó!
beso

François de Fronsac dijo...

Verde, azul, blanco,... has conseguido combinarlos como si fuese uno de tus dibujos.

Rosa Cáceres dijo...

Normis, a eso le llama una hermana mía "viajar en seco", como si dijéra lavar en seco. Y es que mirando fotos de lugares y añadiéndoles imaginación, echa a volar la alfombra mágica que nos transporta a ellos.

Rosa Cáceres dijo...

cabopa, ¡otra coincidencia! en La Alberca, pasábamos temporadas en el monte, cogíamos esas semillas de eucaliptus y nos hacíamos collares y pulsera tambien, como tú.
Yo adoro el eucaliptus pese a su mala fama, en el pantano del Talave, en el de Camarillas, hay bosques enteros. Sus hojas alanceadas son una delicia para mi olfato. Te aseguro que junto al mar, hacen un conjunto perfecto.
Pero no tengo más reedio que argüirte en eso de que ahora laboras más que meditas ¿Es que la cabeza no funciona con una escoba, un trapo o una rasera en la mano? Díme el truco, que de vez en cuando me gustaría que la mía dejara un poco de pensar cosas jajaja

Rosa Cáceres dijo...

MiLaGroS, en una de mis novelas hablo de este tema y aseguro que en este pueblo hay muchos "mÍsticos mirando al mar".
Yo he conocido a varios de ellos. Horas y horas en muda contemplación de esa superficie cambiante, como nuestra vida, unas veces pacífica, otra sometida a vientos ya favorables ya contrarios.
Da qué pensar.

Rosa Cáceres dijo...

roxana, a pesar de que est es zona extremadamente árida, seca, calurosa, hay oasis de arbolado de vez en cuando. Sobreabundan las palmeras, cuya sombra se agradece infinito. Es una delicia contemplar el mar, después de un buen baño, bajo la sombra de sus palmas.

Rosa Cáceres dijo...

Francisco javier, veo que te ocurre algo parecido a lo que me ocurre a mí: que miras un paisaje y lo interpretas en clave de pintura...o de escenario. No sé si a mi me pasa por pintora o por escritora. En tu caso debe ser un don de los nacidos en Celestos.

Arantza G. dijo...

Que gusto...es un placer volver por estos lares y encontrarme con la frescura y la dulzura...
Hummm, que bonito todo.
Un besito.

Rosa Cáceres dijo...

Arantza, es cierto que son lugares bonitos. Esta mañana hemos dado un paseo por varias playas y por estas calas sombreadas, era una maravilla. pero el calor que hace es horroroso. O estás en el agua o te estás asando. No tienes ganas de nada. Y las noches...no refresca nada, es horrible. Con la ventana de par en par, entra la luz de la luna y parece que es de día...¡Ay, qué calor!