domingo, 2 de agosto de 2009

DÍAS DE VERANO

Días de verano, como un plato nacarado,
lleno de ilusiones,
cada una de ellas distinta de las otras,
pero todas capaces de hacer que un nuevo día
sea lo que siempre debiera ser: una aventura inesperada,
un territorio vital por explorar.
Caracola, perla o estrella de mar,
esqueleto de erizo,
piedra en forma de corazón...
Son símbolos de los mil componentes
de los días de tu vida en verano.


9 comentarios:

MiLaGroS dijo...

Muy tierno, el plato lleno se ilusiones. Un abrazo.

Cabopá dijo...

Componentes de mi vida en verano:

Travesía Los Alcázares-Cabo Palos.

Lecturas bajo el jazminero en el patio...o en la terraza mirando el mar...

Hablar con mi madre....

Hacer comiditas,lavadoritas..comprar en los supermercados,pescaderías etc..
Ayer en un super que empiza por M..se acabó entre otras cosas la leche y el papel higiénico..jajaja.
Me alegre de que estés ahí...y podernos comunicar Besicos.

tejedora dijo...

Es cierto, Rosa. Cuántas ilusiones hay.
Preciosa la foto.
Muchos besos.

fonsilleda dijo...

Me gusta tu plato. Y me quedaría con "un territorio vital por explorar".
Bicos

Amig@mi@ dijo...

jaja, ya te dije que me traje de Cadiz un montón de piedras que ya están repartidas por mi jardín.
Un abrazo

Cabopá dijo...

Ayer hice un comentario y no se ha publicado, me acabo de dar cuenta que has habilitado la moderación de comentarios y que debes aprobarlos....Besicos.

Rosa Cáceres dijo...

Amigas mías, resulta que sin saber cómo, he debido habilitar lo de aprobar comentarios. NO sé quitarlo, pero me fastidia mucho, porque yo no lo he puesto intencionadamente. Soy un desatre informático, que a punto estoy de atarme un mantel de cuadros a modo de capa como los monigotes de Forges de Informática para Torpes.
Perdonad que no respondiera antes a nadie. Pensé que esta entrada no le había agradado a nadie.
Estoy inmersa en mi novela "Isla Cueva Lobos", que quisiera concluir este verano, y creo que no pienso ya con claridad. Cuando me concentro mucho en un argumento, salgo de la realidad y os aseguro que algunas veces no es agradable, porque miras a tu alrededor y no reconoces ni lugares ni personas nio nada. Voy sonámbula, metida de lleno en una nave corsaria berberisca del siglo XVI, ando de alafias o rescates, de emboscadas y banderas abandonadas en la arena de la playa. Me defiendo de tiburones de arena y buceo en busca de las monedas del Lote Escipión en las profundidades de Cueva Lobos...En fin, si tampoco hago muchos comentarios, no significa que no os visite, que sí lo hago, pero en sielencio, que no sé ni lo que me digo.
Un beso, seis besos, mil besos...y sigo encontrando piedras de corazón a docemnas ¡No sé qué hacer con ellas! ¿Quiere decir algo?

Roque Soto dijo...

Cuantas ilusiones puestas en los veranos de nuestras vidas. Cuantas veces esperamos esa estación como el preludio de una gran aventura.

Un abrazo

Rosa Cáceres dijo...

sam rock, cuánta verdad dices y cuántos castillos de arena destruyen las olas. Mis castillos son quizás menos pretenciosos, pero se cimentan en papel y tinta. me conformo con centrarme en escribir una novela durante el verano, o al menos en hacerla avanzar. Luego vendrán las revisiones en invierno, entreveradas con el trabajo diario. Pero el verano es en mi caso tiempo de largos baños en el Mediterráneo y en mi novela de turno.